Foto de familia, escenografía que imita la de la Conferencia de Presidentes, discursos breves y sin preguntas de los periodistas. Así ha decidido soslayar el PP las evidentes discrepancias internas que hay entre la dirección nacional y las regionales, y estas entre sí, a cuenta de la reforma de la financiación autonómica que quiere afrontar el Gobierno, obligado por el acuerdo sellado entre el PSOE y ERC para la investidura de Salvador Illa. Alberto Núñez Feijóo ha impuesto el silencio ante la catarata de declaraciones contradictorias de sus barones, que no se ponen de acuerdo siquiera sobre si acudir o no a una hipotética reunión bilateral con Pedro Sánchez. Los socialistas le reprochan que su proyecto sea “enfrentar a Catalunya con España”.
Feijóo ha reunido este viernes a los presidentes autonómicos de su partido en un palacete del norte de la ciudad de Madrid. Ninguno ha hecho declaraciones al entrar. El PP ha montado una gran mesa con Feijóo al frente y todas las banderas autonómicas tras él. Las de los presidentes presentes, pero también la ikurriña vasca o la senyera catalana. En el frontal de la mesa, el lema: “Cumbre de presidentes. España somos todos”. Pero en la convocatoria no estaban los presidentes que no son del PP, como es lógico.
En medio de la reunión, el líder del partido y los barones han realizado una declaración de unos minutos para salir en los informativos de televisión y radio. Primero, el jefe de filas en un atril propio con los presidentes de gobierno a su alrededor. El tiro de cámara, preparado para enfocar a Feijóo frente a la puerta principal del palacete. Dos columnas a cada lado del líder del PP y las banderas de España y de la UE culminaban el trampantojo del Palacio de la Moncloa.
Tras la intervención de Feijóo, todos han vuelto al interior del edificio. Minutos después, han vuelto a salir los jefes de ejecutivo de dos en dos, para hacer sendas declaraciones a la vez en atriles más pequeños y con el jardín de fondo. Los primeros, simultáneamente, Juan Manuel Moreno e Isabel Díaz Ayuso. “Esto parece la feria”, ha dicho el presidente andaluz, jocoso, ante la escenografía y método de comparecencia impuestos por Génova.
La unidad de acción del PP materia de financiación autonómica se limita a rechazar el concierto económico pactado para Catalunya. Pero el principal partido de la oposición no tiene una alternativa pactada. O no la expone. El PP se limita desde hace semanas a clamar contra las supuestas concesiones a Catalunya.
Y así lo ha evidenciado otra vez Feijóo en su intervención. El líder del PP ha asegurado que la reunión de este viernes “trasciende las siglas” del partido, pese a que solo había representantes de él. El jefe de la oposición ha asegurado que el objetivo era anunciar a los españoles que existe “una alternativa de cambio sólida”, aunque no ha ofrecido una sola pista de cuál es ese proyecto.
Desde el PSOE se han apresurado a criticar el mensaje lanzado por Feijóo. “El PSOE reacciona al mensaje de Feijóo. ”De nuevo, el único plan del Partido Popular es enfrentar a Cataluña y España. No les vale con haber provocado el mayor conflicto territorial en la historia reciente de España -un conflicto solucionado por los socialistas-, sino que cada día parecen empeñados en traerlo de vuelta“, lamentan desde la calle Ferraz.
Los socialistas zanjan que la cumbre de los populares concluye “sin una propuesta válida y seriamente trabajada para el sistema de financiación autonómico, caducado desde 2014”.
18.000 millones de fondos europeos
Feijóo ha dedicado su exposición a lanzar sus habituales dardos contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que ha acusado de acabar con la unidad de los españoles. “Ofrecemos a los españoles algo muy diferente de lo que le proporciona en Moncloa. Ante la ausencia de convicciones, ofrecemos principios. Ante la irresponsabilidad, sentido común. Ante el enfrentamiento, entendimiento. Ante el egoísmo, solidaridad. Y ante la decadencia, esperanza”, ha sostenido.
El líder del PP ha asegurado que “España se enfrenta al desafío de la desigualdad”. “Por la debilidad parlamentaria del Gobierno, por la debilidad de los principios del Gobierno y por la debilidad del presidente del Gobierno. Por el poder a toda costa. Ya no cuentan los intereses generales. Ya no cuenta la palabra. Ya no cuenta el servicio a las instituciones”, ha espetado.
“El único proyecto que hoy tiene el Gobierno de España es retener el poder. El proyecto del PP es mejorar España, y con ese objetivo firmamos hoy una declaración”, ha anunciado Feijóo. Un documento que ya fue filtrado anoche a diferentes medios de comunicación. “Sí es necesario un nuevo modelo. Son necesarios más recursos”, ha reconocido. “Pero el arreglo entre el Gobierno y el independentismo no mejora la financiación de los servicios públicos de ninguna comunidad, tampoco de Catalunya. Lo que se busca en la financiación del procés”, ha reprochado. “Con la amnistía se concedió la inmunidad al pasado y al futuro procés. Y con el cupo separatista lo pagaremos todos los españoles”, ha dicho.
Feijóo ha planteado las líneas generales del acuerdo de mínimos suscrito hoy por los barones del PP. “En primer lugar, que se abandone el cupo independentista”, ha arrancado. “Pedimos y reiteramos la convocatoria inmediata de la Conferencia de Presidentes”, ha añadido, para seguir: “En tercer lugar, todos los presidentes renuncian expresamente a caer en una bilateralidad tramposa en lo que se refiere al sistema de financiación de los servicios públicos de todos los españoles”.
La primera concreción ha llegado en el cuarto punto: “Creemos necesario que haya una inyección económica inmediata a las comunidades y creemos que es posible descentralizando una parte de los fondos europeos a fondo perdido de los que dispone España”. Feijóo ha pedido “18.000 millones de euros de los fondos Next Generation que [el Gobierno] no ha sido capaz de ejecutar. Exigiremos, además, que a medida que se identifiquen más fondos provenientes de remanentes y el Gobierno no adjudique, se transfieran a las comunidades autónomas, evitando así la devolución de fondos a Europa”. Pero no solo el Ejecutivo deja sin gastar estos fondos, también las regiones del PP.
Madrid y Andalucía, discrepancia sin preguntas
Feijóo ha llegado al modelo de financiación autonómica en el quinto punto: “Nos comprometemos a contribuir activamente para lograr un nuevo modelo de financiación multilateral con más recursos que desde el régimen común atienda a las particularidades de cada territorio y con especial atención a la sanidad pública”.
Y fin. No ha dado un solo dato al respecto. Eso sí, ha pedido más dinero para las comunidades autónomas con un “fondo transitorio que compense los desequilibrios hasta que se apruebe el sistema renovado”.
Después han llegado los presidentes autonómicos. Y ya desde el inicio ha quedado patente que la unidad de acción no pasa del papel. Los primeros en hablar, a la vez, han sido Moreno y Ayuso. El presidente andaluz ha asegurado que el sistema que pretende el Gobierno significa “que los que tienen más pagarán menos que los que tienen menos”, pese a que él ha rebajado una y otra vez los impuestos a las rentas más altas de su región.
Pero Moreno ha advertido además de que acudirá a la Moncloa si le llama Pedro Sánchez: “Vamos a hablar con todo el mundo, y por supuesto a dialogar con el presidente del Gobierno”.
La réplica 'ex aequo' ha llegado a 10 metros de distancia. “Celebro este compromiso de no hablarlo en ninguna reunión bilateral para ser engañados”, ha dicho Ayuso.
La presidenta de Madrid ha reconocido que “todos los presidentes y todas las comunidades autónomas” tienen “problemas singulares”. Ella, en concreto, ha mencionado “un problema de inseguridad que está creciendo, un destrozo absoluto de las Cercanías, una inseguridad que crece y un descontrol migratorio”. “Y claro que quisiera que esto fuera atendido en La Moncloa”, ha añadido, para retomar la idea inicial: “Pero celebro que todo aquello que tenga que ver con la caja común y con los intereses de los españoles en su conjunto solo se hable en un foro leal, con luz y taquígrafos y con todos juntos”.
Tras la retahíla de comparecencias, los barones y el líder del PP han vuelto al interior del palacete. La reunión sigue mientras disfrutan de la comida.