El 28M ha teñido de azul el mapa autonómico y municipal tras certificar la muerte definitiva de Ciudadanos. El retorno de un millón y medio de votos al PP le permitirá conquistar todo el poder regional salvo Castilla-La Mancha y Asturias, a la espera de Canarias, donde el PSOE ha sido primera fuerza pero depende de Coalición Canaria, que puede optar por gobernar con los populares. Siempre que logre cerrar acuerdos con Vox, todo el resto del poder autonómico será para el PP.
Cae un feudo histórico del socialismo como la Extremadura de Guillermo Fernández Vara. Cae El Gobierno salido del Pacte del Botànic que alumbró el cambio en la Comunitat Valenciana tras décadas de corrupción de los populares. El PSOE cede Balears y Aragón a la suma de las derechas, que también permitirá asaltar la fortaleza de Miguel Ángel Revilla en Cantabria. En Murcia será necesario contar con Vox para garantizar otra legislatura más a las derechas, pero en la Rioja ni siquiera eso: allí el candidato debutante del PP, Gonzalo Capellán, dispone de mayoría absoluta.
Ninguna, en todo caso, con los números que logra Isabel Díaz Ayuso en Madrid, quien pese a perder más de 45.000 votos respecto a 2021, con el 47,3% de las papeletas se va acercando ya a los porcentajes de las grandes récords del aguirrismo antes de la quiebra del bipartidismo y de que el PP se partiese en tres. Hizo una campaña para quitar de en medio a Pedro Sánchez, pero a quien perderá de vista es a Vox, dos años después de desprenderse de Ciudadanos. Cuatro años después de que ambos partidos la aupasen a la presidencia con el 22% de los votos tras perder con Ángel Gabilondo, Ayuso ha barrido del mapa a las dos formaciones que la llevaron a la Puerta del Sol cuando era una candidata semidesconocida. Ciudadanos ya no tiene escaños ni concejales y Vox será un partido irrelevante en la oposición, que además se ha dejado 88.000 votos desde 2021. Del dirigente que eligió a Ayuso en 2019 como cabeza de cartel, Pablo Casado, no hay noticias.
Y con todo, pese a su apabullante victoria, el vuelco electoral del PP en todas partes relativiza en cierto modo esta segunda victoria de Ayuso: la líder madrileña se sube al club de las mayorías absolutas, sí pero comparte podium no solo con Moreno Bonilla, también con el candidato de La Rioja y hasta con el alcalde de su ciudad, José Luis Martínez Almeida.
Ambos, alcalde y presidenta, salieron exultantes a festejarlo al balcón de Génova 13 junto al líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, que pudo vivir su primera gran noche desde que llegó a la presidencia del PP hace ahora 13 meses.
Mientras Almeida clamaba a los simpatizantes que a Feijóo se le estaba poniendo cara de presidente del Gobierno, su jefe de filas hacía gestos con el pulgar hacia arriba. Su camino a La Moncloa está ahora más despejado: en mes y medio el grueso de comunidades y capitales serán del PP.
Pese a sus discretos resultados en Madrid, donde no tendrá nada que decir ni en la Comunidad ni el Ayuntamiento, Vox es el segundo triunfador de la noche: mejora sus números en la gran mayoría de circunscripciones y sobre todo está en disposición de condicionar gobiernos en Cantabria, Comunitat Valenciana, Balears, Aragón y Extremadura, ya sin Ciudadanos en la ecuación. Su líder, Santiago Abascal, viene advirtiendo que exigirán entrar en la gestión y que no van a regalar ningún Gobierno al PP.
Capitales simbólicas que pasan al PP
Numéricamente, el PSOE aguanta algo mejor que los partidos a su izquierda, pierde un punto de voto e incluso logra crecer en algunas circunscripciones pero el resultado es igualmente calamitoso: no capitaliza la caída de sus socios y solo está en disposición de mantener los gobiernos de Castilla-La Mancha con la mayoría absoluta in extremis de Emiliano García Page, Navarra si llega a un acuerdo con EH Bildu y en Canarias está a merced de lo que hagan el PP y Coalición Canaria.
En las municipales pierde plazas muy simbólicas como el ayuntamientos de Sevilla y Valladolid, donde Óscar Puente gobernaba desde hace ocho años. El 17 de junio el PP tomará el bastón de mando en Palma, Logroño y Ferrol también de manos de alcaldes socialistas. En Santiago, la capital de Galicia, el PSOE se ve sorpasado por el BNG, que tiene todos los números para hacerse con la alcaldía. Y si se miran las alcaldías de Andalucía, van camino de convertirse en un feudo del PP. La cara del municipalismo socialista, el incombustible Abel Caballero resiste sin despeinarse en Vigo con 19 de los 27 concejales. Pero tiene perseguidores: en Badalona, el polémico candidato del PP, Xavier García Albiol, suma solo uno menos: 18 en otra corporación de 27. La sangría previsiblemente continuará cuando los partidos hagan cuentas de las diputaciones, cuyos gobierno se eligen en función de la suma de concejales.
En los partidos a la izquierda del PSOE, drama total. Unidas Podemos no logra representación en el Ayuntamiento de Madrid y se queda fuera de la Asamblea de Madrid y de las Cortes Valencianas. Ni Roberto Sotomayor ni la activista por la vivienda Alejandra Jacinto han rebasado el listón del 5% de votos en ambas instituciones, y el resultado constituye el mayor fiasco de ese espacio desde la irrupción de Podemos en las europeas de 2014. Que el vicepresidente valenciano Héctor Illueca alcanzase el 5% de los sufragios era imprescindible para reeditar el Gobierno valenciano. Así se entendieronlos esfuerzos en los últimos días de la campaña de Yolanda Díaz y de Pablo Iglesias por arropar esa candidatura. Tampoco pudo ser.
Alcaldes del cambio como 'Kichi', en Cádiz, y Joan Ribó, en Valencia, entregarán el próximo 17 de junio el bastón de mando a los candidatos del PP, primera fuerza en ambos municipios, donde también suman con Vox. Y en Barcelona Ada Colau se queda muy cerca de repetir al frente de un tripartido, pero 140 votos le separaron de la segunda posición: ha quedado por detrás de Xavier Trias y Jaume Collboni, del PSC y ERC, de momento no ha dado ninguna señal tampoco de ir a apoyar al candidato del PSC.
La única buena noticia a la izquierda del PSOE está en Zamora, donde el candidato de Izquierda Unida, Francisco Guarido, pierde la mayoría absoluta pero puede aspirar a un tercer mandato si pacta con el PSOE. Y también está garantizada la continuidad de la izquierda en Rivas Vaciamadrid, el mayor ayuntamiento que gobierna la izquierda en la región con una confluencia de la que se autoexcluyó Podemos a última hora.
En el capítulo de extravagancias, Gonzalo Pérez Jácome, el atrabiliario candidato de Ourense y su carrusel de escándalos, se convierte en el candidato más votado en la ciudad y podría revalidar su pacto con el PP.