La escuela concertada sale a la calle con varias protestas en coche contra la ley Celaá
La escuela concertada ha salido a la calle este domingo para protestar contra la nueva ley educativa. La plataforma Más Plurales, formada por asociaciones de padres y madres de alumnos, sindicatos, empresas y diferentes colectivos del ámbito de la educación concertada, han convocado manifestaciones en diferentes ciudades, en la mayoría de los casos en coche, a las que se han sumado el PP, Vox y Ciudadanos.
El lema de la protesta, 'Por el derecho a elegir la educación que queremos', apela de nuevo a la misma “libertad” que reclamaron a gritos las bancadas conservadoras en el Congreso cuando la ley salió adelante este jueves.
Debido a las restricciones sanitarias para evitar la propagación del coronavirus, la protesta ha tenido lugar en forma de movilización motorizada a lo largo de la mañana del domingo en las principales ciudades españolas, con la excepción de las comunidades autónomas de Catalunya, Comunidad Valenciana, País Vasco y Canarias.
En Madrid, la manifestación ocupaba el trayecto del Paseo de la Castellana entre la Plaza de Cibeles y la Plaza de Cuzco, donde miles de coches decorados con globos, lazos y pancartas de color naranja expresaban su desacuerdo a través de pitidos y caceroladas. A pesar de que en principio se animaba a la gente a acudir en coche, en Cibeles, donde estaba organizada la lectura del manifiesto, había también bastante gente a pie aplaudiendo a los vehículos mientras sonaban de fondo canciones como “I want to break free” que animaban el ambiente.
Entre los manifestantes había muchas familias que acudían acompañadas de sus hijos para criticar la reforma y, especialmente, para defender la educación concertada. Una madre expresaba su preocupación por el futuro de esta modalidad: “Yo puedo pagar un colegio concertado, pero no uno privado, que suban las cuotas si es necesario, pero que no lo quiten”, afirmaba, aclarando que esta subida de precios no sería lo ideal, “pero podría servir como medida paliativa”. La misma manifestante insistía en la importancia de proteger la educación concertada, “porque es muy propia de las clases medias y son las clases medias las que enriquecen al país”.
Los propios protagonistas de esta reforma legislativa, alumnos y alumnas, también estuvieron presentes en la protesta. A escasos metros de donde el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se estaba sacando fotos con los manifestantes, tres jóvenes de diecisiete años que estudian en un colegio concertado diferenciado por sexo explican por qué opinan que es necesario mantener este tipo de centros: “No estamos diciendo que la educación concertada sea mejor o peor, simplemente es más acorde a nuestros valores”, afirmación ante la que su compañera añade: “Y si consideran que la educación concertada es mejor, quizás deberían invertir en ella”.
Además de estas protestas, el Partido Popular ha iniciado una recogida de firmas en contra de la nueva ley que, según dicen, servirá de base para el recurso que pretende presentar ante el Tribunal Constitucional cuando la ley esté aprobada definitivamente tras su paso por el Senado. Aseguran que llevan ya más de diez mil apoyos solo en Madrid.
La principal crítica a la nueva Ley Orgánica de Modificación de la LOE viene por parte de los defensores de la educación concertada, que afirman que con esta reforma educativa lo que pretende el PSOE es eliminar esta modalidad. Lo que hace la norma es limitar algunas de las prácticas que han permitido a determinadas comunidades autónomas privilegiar la escuela concertada frente a la pública, como la cesión de suelo público para construir centros concertados. También prohíbe concertar centros que segreguen a su alumnado por sexo y trata de evitar que los colegios cobren cuotas a las familias, algo que ya era ilegal pero se hace de forma habitual con unos pretextos u otros.
Entre los propios participantes hay diferentes formas de ver estas cuotas. Hay personas, como una profesora de universidad jubilada que está presente en la protesta, que le quitan peso al afirmar que en estos centros se cobran actividades extraescolares, como clases de refuerzo o plazas en el comedor, tal y como pasa en la educación pública, mientras que Emilio Díaz, portavoz de Escuelas Católicas en la Comunidad de Madrid, defiende que “algunas asociaciones necesitan establecer vías de financiación en forma de donaciones voluntarias porque con el módulo económico de los conciertos no llegarían a final de mes”.
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