Praga elimina el símbolo soviético y lo traslada al Museo de la Memoria

La estatua del mariscal soviético Iván Kónev, uno de los artífices de la liberación de Praga de los nazis en 1945, ha sido hoy removida definitivamente de la Plaza de los Interbrigadistas de Praga, tras una polémica que ha durado años.

Ahora la estatua de bronce de Kónev, centro de reunión cada año de los nostálgicos del comunismo, pasará a engrosar el fondo del Museo de la Memoria del Siglo XX, informó un portavoz del Distrito 6 de la capital checa.

Iván Kónev (1897-1973) también pasó a la historia por liderar el aplastamiento del levantamiento de Hungría en 1956, que pedía la apertura democrática y el fin del sometimiento a Moscú.

Se le atribuye un papel importante, al frente del ejército soviético, en la división de la capital alemana en dos zonas y la construcción del Muro de Berlín.

Estos matices históricos aparecen en una placa añadida al pedestal en 2018, con motivo del 50 aniversario de la ocupación de Checoslovaquia por las tropas del Pacto de Varsovia, para apagar el movimiento aperturista de la llamada “Primavera de Praga”.

La estatua de bronce, que se colocó en 1980, muestra al mariscal con un ramo de flores de lila en la mano, la manera cómo se dio la bienvenida y agradeció a los efectivos del Ejército Rojo que entraron en Checoslovaquia para liberar al país de los alemanes.

Pero desde la caída del régimen comunista en 1989, esta estatua se ha convertido a menudo en diana de actos vandálicos.

En 2018 apareció cubierta de pintura rosa, lo que obligó al consistorio a montar una mampara de protección.

Eso produjo un acalorado debate ciudadano, al que se sumó la diplomacia rusa, que criticó la ambigüedad de los políticos checos, que en su opinión luchan contra los símbolos que vencieron al fascismo.

En 2019, los ediles de consistorio de Praga 6 optaron por sustituir la estatua por un memorial de la liberación de la capital checoslovaca, aunque aún no han trascendido detalles sobre en qué consistirá.