Los presupuestos generales de Portugal para 2013, considerados los más duros de su historia reciente, pondrán a prueba la solidez de la alianza conservadora en el Gobierno, según coinciden la mayoría de analistas lusos.
La propuesta presupuestaria del Ejecutivo para el próximo año, entregada ayer al Parlamento, recoge un amplio abanico de ajustes fiscales que en la práctica provocarán una “enorme” subida de impuestos, de acuerdo con las palabras del propio titular de Finanzas, Vítor Gaspar.
Esta “receta” ideada por el gabinete del primer ministro, Pedro Passos Coelho, se ha encontrado con el rechazo de la oposición, los sindicatos y la patronal, e incluso el actual jefe de Estado, el también conservador Aníbal Cavaco Silva, ha vuelto a advertir del efecto recesivo de más recortes.
El incremento de la carga fiscal también ha recrudecido la contestación social con manifestaciones multitudinarias que no se veían desde hace año y medio, antes de que Portugal pidiera el rescate y acudiera a su cita con las urnas, que dio el Gobierno a los conservadores.
El proyecto presupuestario ha provocado igualmente las primeras divergencias públicas entre los socialdemócratas (PSD) y democristianos (CDS-PP), que juntos forman un Ejecutivo que cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento.
El CDS-PP del actual ministro de Exteriores, Paulo Portas, el aliado minoritario del Ejecutivo, se ha opuesto tradicionalmente a cualquier subida de impuestos que castigue especialmente a los jubilados, a las familias y a las pequeñas y medias empresas.
Medios lusos informaron hoy incluso de una reunión de los miembros que conforman el núcleo duro del partido en la que ya se llegó a poner encima de la mesa la posibilidad de abandonar el Gobierno.
Muy cuestionadas por la oposición han sido ya las palabras pronunciadas ayer por el ministro de Finanzas, quien advirtió de que Portugal cuenta con un escaso margen de maniobra para encontrar medidas alternativas a las recogidas en su propuesta.
El Gobierno, por su parte, insiste en que la suya es la única salida posible para el país para cumplir con sus objetivos de reducción del déficit y dado que su autonomía es reducida desde que solicitara el rescate de 78.000 millones de euros a la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Éstos son, sin lugar a dudas, los presupuestos más duros de la historia”, subrayó en declaraciones a Efe el presidente del Instituto de Derecho Económico, Financiero y Fiscal luso, Eduardo Paz Ferreira, uno de los mejores expertos en fiscalidad del país.
En su opinión, la subida de las tasas “afecta a todos aquellos que viven de las rentas del trabajo” y alcanza de forma sólo tangencial a aquellos que viven “de los rendimientos del capital y el patrimonio”.
De hecho, las simulaciones de consultoras como Ernst & Young o Deloitte hablan de que son las familias con menores rendimientos las que más pierden con este aumento generalizado de las tasas.
Según datos oficiales, el sueldo medio en Portugal es de los más bajos de toda la UE y ronda los 17.000 euros brutos anuales, 7.000 menos que en la vecina España y menos de la mitad que en Francia o Alemania, por ejemplo.
“Es verdad que en Portugal la carga fiscal era más baja que en otros países europeos, pero al tener un menor salario el aumento se nota más. Y en estas cifras no se incluye el 11 % que pagan todos los trabajadores por la seguridad social”, recalca Paz Ferreira.
La propuesta presupuestaria recoge la subida de los gravámenes a los autónomos; corta el precio pagado por hora extra a los trabajadores públicos; reduce en un 6 % el subsidio de desempleo a todos los que reciben más de 420 euros y en un 5 % el subsidio por enfermedad siempre que obligue a estar de baja más de un mes.
El país, bajo asistencia financiera de la UE y el FMI a cambio de un severo programa de ajustes, tiene previsto que su PIB caiga un 3 % este año y un 1 % en 2013, mientras su tasa de paro superará el próximo ejercicio el 16 %.
Los últimos sondeos también reflejan el deterioro de la confianza de los portugueses en su Gobierno 16 meses después de haberlo elegido.
Según la mayoría de analistas, la decepción entre el electorado se debe a que comprobó cómo los ingentes recortes no mejoraron la economía del país e hicieron necesarias más medidas de austeridad.