El programa de Alvise: una cárcel gigante, trabajos forzados y sortear miles de euros al mes

Alberto Pozas

11 de junio de 2024 22:15 h

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“La gente se cree que no tengo programa. Claro que lo tengo, solo que no lo publico. Porque soy perro viejo”. Luis 'Alvise' Pérez consiguió este domingo más de 800.000 votos y tres escaños en el Parlamento Europeo después de una campaña poco habitual: una docena de actos, muchos mensajes en Telegram y pocos anuncios electorales. Pese a sus palabras, el líder de 'Se acabó la fiesta' no ha hecho público a día de hoy un programa electoral que, según ha dicho en algunas entrevistas, tiene “más de 300 páginas”. Pero sí ha esbozado algunas promesas estrambóticas, como la construcción de una “cárcel gigante” para 40.000 personas a las afueras de Madrid o reinstaurar los trabajos forzados.

La explicación a por qué no hace públicas todas sus propuestas varía en función de la entrevista. En el canal de Marc Vidal aseguró que no lo publicaba por ser “perro viejo”. “He aprendido cómo funciona este tema. A la política no hay que entrar prometiendo, hay que entrar habiendo cumplido”, añadió. “Mi programa electoral es todo lo que hemos logrado. Hechos, no programas, no promesas vacías”, dijo en otra intervención. En el canal del militar Pedro Baños, cuatro días antes de la cita con las urnas, dio otra versión. “Tenemos un programa de más de 300 páginas”, afirmó, explicando que solo lo haría público si un gran medio de comunicación le permitía a explicarlo en directo: “¿Queréis escuchar mis propuestas? Me invitáis a vuestro plató, criminales de la información”.

La única manera de reconstruir el programa de Alvise Pérez y su agrupación de electores es tomar nota de los anuncios que ha ido haciendo de forma deslavazada en una docena de entrevistas, encuentros y mensajes de su canal de Telegram con más de medio millón de seguidores. Algunas de ellas, las más famosas, son las que ha repetido de forma sistemática tanto en su acto de cierre de campaña en la plaza de Colón de Madrid como en la misma jornada electoral. Otras han sido solo para los oídos de la parroquia de medios de comunicación de extrema derecha.

Seguridad: una cárcel y trabajos forzados

La seguridad, la inmigración, el crimen, la pederastia y la clase política española son uno solo en la campaña de Alvise Pérez, tal y como lo llevan siendo en su canal de Telegram desde hace años. El agitador ultra bebe de la política penitenciaria salvadoreña de Nayib Bukele, al que aspira a adelantar. “Bukele se queda blando”, dijo en DistritoTV antes de anunciar que pretende introducir los trabajos forzados. Lo hará, asegura, a través de una modificación de la Constitución. “Si Dios quiere y el pueblo me lo permite”, agregó.

Su discurso pasa por afirmar que los criminales, sobre todo los que además son migrantes sin papeles, viven en las cárceles mejor que los españoles en sus casas. Y su objetivo, ha dicho, es que estén “como pollitos en una granja, pagando con trabajo”. Meterá en la cárcel, además, a todo aquel que lleve un tatuaje que recuerde a una banda criminal.

El eje central de su política de seguridad, además de “la deportación masiva e inmediata de todos esos criminales que han entrado de forma ilegal”, es construir una nueva cárcel. Lo que plantea es un centro penitenciario en el este de Madrid para meter a 40.000 personas entre migrantes, políticos y criminales. “Mano dura, la construcción de una mega cárcel sin piscina ni gimnasio donde meteremos, previa reforma legislativa, a todos aquellos políticos que viven del robo”, dijo en la discoteca Cats de la capital el domingo. Y citó dos ejemplos de políticos a los que pretende encarcelar, además de a Pedro Sánchez: Felipe González y José Bono.

En su criba masiva no se salva ni el rey. En una entrevista reciente, Pérez criticaba que el monarca fuera a firmar la ley de amnistía, como así ha sucedido antes de su publicación en el BOE. “La pregunta obvia de todos los españoles es: ¿Para qué cojones sirve el rey? ¿Por qué tenemos que dedicar 10 millones al año para que viva en la Zarzuela?”, se preguntaba el agitador.

Justicia: encarcelar a jueces y disparar a narcos

Todas estas promesas sobre seguridad que han centrado su campaña no tiene nada que ver con los tres escaños que su agrupación de electores ha conseguido para sentarse en Bruselas. Tampoco con su propuesta para encarcelar a “jueces y magistrados” a los que, según aseguró en Periodista Digital, tiene grabados “cobrando comisiones ilegales” o su propuesta para que los familiares de los condenados por corrupción también vayan a prisión si se han beneficiado “sabiendo” que era dinero sucio.

Otra de sus propuestas es enviar a prisión a jueces que incurran en “errores graves” que terminen beneficiando a algún criminal. Y permitir a los guardias civiles que disparen contra los traficantes de droga. “Pam, pam, pam. Narco, para que llore mi madre, que llore la tuya”, dijo en Colón ante cientos de personas que jalearon cuando disparó al aire con una mano.

Hace casi un mes hizo otro anuncio en su canal de Telegram: una 'ley de inocencia infantil' con la que castigar no solo la promoción de la pedofilia, sino “cualquier acto de comunicación pública que busque legitimar, normalizar o promover relaciones sexuales entre adultos y menores”. Lo hizo en plena polémica por la campaña con la que el Ayuntamiento de Almería vinculaba el sexo con menores al consentimiento de los niños.

También en su canal de Telegram, Alvise Pérez anunció otra reforma legal que tampoco se podría poner en marcha desde Bruselas: prohibir que “asesinos y pederastas” cobren dinero por dar entrevistas o por las películas que se rueden sobre sus crímenes. Los beneficios, dijo, deben ir “íntegra y obligadamente a las víctimas y familiares de las mismas” al margen de las indemnizaciones que hayan establecido los jueces. El anuncio llegó el mismo día en que trascendió que Instituciones Penitenciarias negaba a Ana Julia Quezada, asesina del niño Gabriel, la posibilidad de hablar con la productora que graba una serie sobre el crimen.

Economía y agricultura: también inmigración ilegal

En cuanto a la economía, y entrando en materia europea, Luis 'Alvise' Pérez no ha especificado cómo haría efectiva su animadversión explícita al pago de impuestos. Pero sí ha dejado claro que no tiene ninguna intención de aceptar el proyecto del euro digital, que desde hace años la extrema derecha vincula al final del dinero en efectivo.

“Yo quiero prohibirlo, que nadie pueda rastrear transacciones privadas. El euro digital no es como una criptomoneda, dependes de un burócrata”, dijo hace unos días a preguntas de Marc Vidal. En su canal de Telegram, también hace unas semanas, anunció que usaría su escaño en Bruselas “para promover una ILP que blinde constitucionalmente el uso del dinero en efectivo”. Propone algo denominado “auto-custodia fiscal” para una “presión de recolección colectiva inversa” que reduzca “masivamente” la deuda pública.

Hace unos días, Pérez participó en un debate organizado por la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) donde sí mezcló sus consignas habituales con algunas propuestas medianamente concretas. “Marruecos es nuestro enemigo, para no aumentar los costes, ser más productivo, se requiere innovación”. Para Pérez, uno de los grandes problemas del campo, como en la seguridad, es la inmigración ilegal, algo que “es un problema laboral del sector”.

En ese debate hizo “una propuesta firme”: modificar el reglamento europeo de 2015 que regula las ayudas de política agrícola. “El gasto masivo que hay en la Unión Europea se va a la burocracia, a los políticos, a todos los que están en esta mesa”, dijo mientras sus compañeros de debate levantaban las cejas. Su objetivo, dijo sin dar más detalles, es “priorizar la ayuda directa a los agricultores”. También ha propuesto prohibir que la inteligencia artificial se use para “la vigilancia y el espionaje”.

“Antes me corto yo la cabeza”

La mayor parte de las propuestas que hace Alvise Pérez, por tanto, poco tienen que ver con la actividad que se desarrolla en el Parlamento Europeo. Tampoco tendrían muchas posibilidades de prosperar sin unas modificaciones de la Constitución que convirtieran la Carta Magna en algo completamente distinto a lo que es. Su programa no es público, pero afirma que existe y que ha sido elaborado por un “equipo”. “Tengo 20.000 enmiendas aquí”, dijo durante una entrevista.

Las grandes estrellas de la campaña, sin embargo, han sido tres: construir una cárcel, meter en la misma a Pedro Sánchez y, finalmente, sortear su sueldo. Un eurodiputado, después de pagar sus impuestos, se embolsa casi 8.000 euros todos los meses, sin contar las asignaciones que le corresponden para poder desarrollar su actividad. Pérez, sin explicar cómo, ha prometido que lo sorteará todo.

“Me daría vergüenza cobrar un solo euro público mientras el pueblo español se está ahogando en la más absoluta miseria”, dijo en el debate de ASAJA. “Donamos el 100% del sueldo público porque no somos parásitos”, añadió el domingo después de conocer los resultados. “Antes me corto yo la cabeza que cobrar un solo euro público en toda mi vida”, dijo en DistritoTV.

La campaña de Pérez, propuestas al margen, también se centró en afirmar que el gran objetivo de su entrada en la política es blindar una supuesta lucha por la corrupción a través de la publicación de audios y documentos, atribuyéndose la apertura de casos como el de Koldo García o la causa contra la esposa del presidente del Gobierno.

En una entrevista, Alvise Pérez llegó a compararse con Julian Assange, fundador de WikiLeaks. En otra, con Nayib Bukele. También afirmó que había “contactado” con agentes de la Unidad Central Operativa en sus investigaciones desconocidas sobre corrupción. La canción de su candidatura tampoco es mucho más específica sobre el programa que pretende desarrollar en Bruselas y sobre a quién se le acaba la fiesta: “Al trilero que miente y apesta, al vocero que nunca contesta, para todos los gandules rojos y azules, para gente deshonesta que cobra y duerme siesta”.