La ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha defendido este viernes ante el Consejo Ciudadano Estatal de su partido –el máximo órgano de la formación– que las consecuencias de la “crisis económica” que pueda surgir a raíz de la invasión de Ucrania por parte del presidente ruso, Vladimir Putin, se paguen “con los beneficios de las empresas energéticas que se han aprovechado, más que nunca durante 2021, de los altísimos precios del gas”.
Esas consecuencias, ha dicho, “no pueden recaer sobre las espaldas de quienes no llegan a fin de mes”, por lo que defenderá ante el Gobierno de coalición con el PSOE, del que ella forma parte, que España despliegue un “nuevo escudo social y verde” que permita “proteger a la gente”, al mismo tiempo que se aceleran “las transformaciones profundas” que, a su juicio, necesita el país. “No es tiempo de parches, ni de volver a pedirle a la gente que posponga sus urgencias, es tiempo de abordar los problemas desde su raíz”, ha añadido, ante la plana mayor de Podemos. “Es el momento de que volvamos a ofrecer seguridad y certeza”, ha añadido.
En primer lugar, Belarra ha propuesto un “plan de emergencia energético” que “incluya un duro recorte adicional de los beneficios caídos del cielo de las empresas eléctricas y cheques de ayuda a las familias españolas para pagar las facturas de la luz y del gas”. La líder de Podemos plantea, así, ayudas de 300 euros para que “19 millones de familias españolas” puedan pagar esos suministros. Se trataría de una medida “similar” a la desarrollada en Francia, “que costaría alrededor de 5.700 millones de euros”. Es, según ella, “algo perfectamente viable y que evitaría la pérdida de poder adquisitivo y la reducción del consumo de los hogares”.
“Esta crisis no la puede pagar la gente, la tienen que pagar los beneficios excesivos e injustificables de las eléctricas. Hemos estado pagando energías baratas, como la nuclear o la hidroeléctrica, al precio de las más caras. O lo que es lo mismo, pagar zumo de naranja a precio de champán francés. Es obsceno que en el año en que los españoles y españolas pagaron una de las facturas eléctricas y de gas más caras en décadas, las empresas energéticas del IBEX 35 cuadruplicaran sus beneficios o que el Presidente de Iberdrola, el señor Sánchez Galán, se haya subido un 8% el sueldo y haya ganado 35.000 euros al día”, ha enfatizado.
“Esta vez no podemos fallar”
Belarra ha recordado que “el Gobierno ya intentó una vez recortar los beneficios caídos del cielo y las empresas eléctricas encontraron un agujero en la regulación para seguir ganado aún más”. “No puede volver a pasar, esta vez no podemos fallar. Debemos recortar estos beneficios y desconectar el precio del gas de la fijación de precios en el mercado mayorista eléctrico, algo a lo que Europa nos ha dado luz verde. Esto permitiría contener las subidas en las facturas de la luz”, ha señalado. Entre las medidas, Podemos también contempla “un recargo del 10% en el impuesto de sociedades a las grandes eléctricas”, que en 2021 “ganaron cuatro veces más” que el año anterior. “Es lo justo, pero sobre todo es la manera más eficiente a nivel económico de gestionar esta crisis”, ha zanjado.
Podemos también reivindica que el Consejo de Ministros impulse un “pacto de derechos sociales” porque, según Belarra, la “prioridad” el Ejecutivo en esta crisis “tiene que ser proteger a las familias con medidas ambiciosas y valientes financiadas con una reforma fiscal de emergencia”. “Las grandes empresas y las grandes fortunas no han hecho ningún esfuerzo durante la crisis de la COVID 19 para aportar a las arcas públicas. Esta vez tiene que ser diferente. Por eso proponemos acometer con urgencia una reforma fiscal que nos permita blindar la sanidad y la educación públicas e impulsar un verdadero sistema estatal de cuidados”, ha remachado.
“Este Gobierno tiene que apoyar a las familias, a todas las familias, con una renta para la crianza de 100 euros al mes y también con medidas de conciliación que no pueden esperar más como la ampliación de los permisos de paternidad y maternidad a 6 meses”, ha dicho.
Para Belarra también es “urgente” acabar “con la morosidad de grandes corporaciones que mantienen deudas fuera de plazo con PYMES y autónomos”, por lo que plantea que “quienes continúen con esta práctica” se queden “excluidos del reparto de fondos europeos”. “Es fundamental establecer ayudas directas a estas pequeñas y medianas empresas, para que puedan hacer frente al aumento de costes. Además, el conflicto va a afectar particularmente a nuestro sector ganadero, que importa piensos de Ucrania. Por tanto, debemos crear medidas de apoyo para el sector, por ejemplo declarando como estratégicos los proyectos de producción local de piensos sobre especies autóctonas, y al mismo tiempo pisar el acelerador para terminar con la dependencia exterior en materia alimentaria”, ha enfatizado.
La diplomacia, “el camino más difícil”
Durante su discurso, Belarra también ha remarcado el rechazo de Podemos al envío de armas a Ucrania, un posicionamiento que en las últimas semanas ha enfrentado a la dirección de su partido no solo con la mayoría del Gobierno y los ministros socialistas, favorables a ese envío, sino también con su propia candidata para encabezar un proyecto político confederal, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, o al ministro de Consumo y líder de IU, Alberto Garzón, así como a aliados dentro de Unidas Podemos como En Comú Podem.
“En estas últimas semanas desde Podemos hemos vuelto a elegir el camino más difícil en un momento clave, pero creo firmemente que es el camino correcto”, ha sostenido, dando a entender que comprende la polémica generada en el seno del espacio confederal, que desde todas las partes se ha dado por zanjada. “Hemos defendido las vías diplomáticas y pacíficas como medida más eficaz para acabar cuanto antes con la guerra en Ucrania”, ha recordado, antes de “agradecer a la militancia de Podemos, pero también a la de Izquierda Unida, del Partido Comunista de España y de Alianza Verde” el haber defendido lo “ético y justo”. “Aunque se nos criminalice e infantilice por ello, hemos defendido la paz en el único momento en que es complicado hacerlo, durante la guerra”, ha insistido. “Lo contrario de la guerra es la política”, ha zanjado.
“No se trata de si enviar o no armas a Ucrania”, ha añadido, “se trata de dilucidar si el conflicto se soluciona por la vía militar”, o si se apuesta “todo” a las vías políticas. “Enviar armas no cambiará la correlación de fuerzas a favor de los ucranianos”, ha señalado. “La UE y España debería utilizar todo su poder institucional para que las negociaciones tengan apoyo y fructifiquen”.
Según su argumentación, “muchos y muchas demócratas” piensan “que las Naciones Unidas o la OSCE tienen todavía un mayor margen de actuación mucho mayor del que están desplegando”, por lo que se ha preguntado “por qué no se están poniendo más esfuerzos ahí”. “Tenemos muchos ejemplos de conflictos armados en los que una fuerte implicación internacional ha logrado que se alcancen acuerdos de paz”, como “el de Colombia, donde mediaron Noruega y Cuba, y donde Naciones Unidas jugó un rol clave o El Salvador, donde el representante especial del secretario general de la ONU, Álvaro de Soto, medió hasta alcanzar los acuerdos de paz en el año 1992”, ha apuntado.
Belarra ha reivindicado así “un movimiento social y ciudadano fuerte que exija paz y no guerra”. Sin él, ha dicho, “es muy difícil que quienes pueden hacer algo, lo hagan y que apuesten de verdad por las vías diplomáticas”. “Recordemos que las guerras son siempre tienen detrás un gran negocio armamentístico, y detrás de cada una de ellas hay fuertes intereses económicos y geopolíticos muy poco confesables. Por eso, desde Podemos queremos impulsar, estamos impulsando ya, un movimiento europeo por la paz, de la mano de líderes progresistas como Jean-Luc Melènchon o Jeremy Corbyn”, ha afirmado.
Tender puentes “con la otra Rusia”
Lo que el partido busca es “un movimiento” que permita “tender puentes con la otra Rusia, la que no acepta el autoritarismo y el desprecio por los derechos humanos de Putin”. “Un movimiento europeo para lograr, lo antes posible, una solución pacífica y duradera para Ucrania. Mejor hoy que mañana, mejor mañana que pasado. Mejor con menos víctimas mortales, con menos sufrimiento y con menos destrucción que con más víctimas, más sufrimiento y más destrucción”, ha concluido.
Ese posicionamiento también pasa, en su opinión, por impulsar una política de asilo “para acoger con dignidad a las personas refugiadas que huyen de la guerra de Ucrania, y también de otros conflictos y problemáticas mucho más olvidados”. “Cada vez más gente se está dando cuenta de que no es muy coherente que Europa solo se estremezca por el sufrimiento de otros europeos”, ha remachado.