Aunque los precios de los alimentos cayeron durante el último mes gracias a la rebaja del IVA, la inflación de estos productos roza el 15% en un año. Podemos insiste en que el Gobierno debe ser más ambicioso con sus medidas y tras la negativa de su socio de coalición a poner un tope a una lista de productos básicos le ha trasladado una contraoferta: bonificar una cesta básica con fondos del Estado, como se hizo con el combustible el año pasado, para devolver los precios a los niveles previos a la guerra en Ucrania.
La propuesta de la formación que dirige Ione Belarra es una bonificación de un 14,4% sobre una cesta básica “que se haría efectiva al pagar en caja y aparecería reflejada en el ticket”, explican fuentes del partido. La idea es que en esa cesta básica se incluya una serie de productos como leche, aceite, huevos, frutas, pan o carne y pescado.
La medida tendría un impacto notablemente mayor en los hogares con rentas bajas, que son aquellos que destinan una mayor parte de su renta a la alimentación“, sostienen fuentes de la formación, que propone también que la Agencia de Información y Control Alimentarios monitorice los precios con carácter semanal e imponga multas si las empresas ”aumentan sus márgenes de beneficio“, especialmente los grandes supermercados. ”En caso de infracción reiterada, la consideración pasaría a ser similar a la de un delito fiscal“, defienden.
“Finalmente, y a medio plazo, se propone mejorar la Ley de Cadena Alimentaria y establecer una Comisión de Regulación y Control de precios, con el fin de mejorar la transparencia y elaborar recomendaciones para regular precios en sectores estratégicos”, propone Podemos.
El PSOE rechaza la intervención del mercado
La medida que propone Podemos llega después de que el PSOE rechazara la idea que le trasladaron hace unas semanas para intervenir este mercado y poner un tope directo a determinados productos, como que se hizo con las mascarillas y los test de autodiagnóstico de la COVID en las farmacias durante la pandemia.
El Gobierno introdujo en el último real decreto de medidas para paliar los efectos económicos de la guerra en Ucrania, aprobado a finales de diciembre, una rebaja del IVA del 4 al 0% para una cesta de productos de primera necesidad y del 10 al 5 para otros productos como el aceite y la pasta, a pesar de que para Unidas Podemos este mecanismo no era el adecuado, como lamentaron entonces.
La rebaja del IVA aprobada a finales diciembre se notó en enero en productos frescos o de primera necesidad como el pan, la leche, los huevos o las patatas y también en el precio del aceite y las pastas alimenticia. Estos productos experimentaron el primer descenso de precios respecto al mes anterior en el último año.
No obstante, a pesar del recorte fiscal, muchos alimentos siguen encabezando la subida de la cesta de la compra en comparación con el último año. Es el caso de la leche entera que, aunque fue en enero un 1,5% más barata que en diciembre, seguía siendo un 33% más cara que en enero de 2022. Lo mismo ocurre con el aceite de oliva, uno de los productos que más incrementaron su precio durante el último año: su precio disminuyó un 1,2% respecto al mes anterior, pero sigue siendo un 30% superior a hace doce meses.
Yolanda Díaz insiste en un acuerdo con las distribuidoras
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha insistido por su parte en la necesidad de llegar a un acuerdo con las distribuidoras para que sean estas empresas las que se hagan cargo de las bajadas de precios. “Es imposible hacer la compra para muchas familias. Hay que llegar a un acuerdo a cargo de las grandes distribuidoras con productos de calidad, que incluyan productos para las grandes distribuidoras. Me parece que debe ser así, los márgenes de las grandes distribuidoras son excesivos”, ha dicho la ministra de Trabajo en declaraciones a los medios en los pasillos del Congreso preguntada por la medida.
Fuentes del entorno de la vicepresidenta temen que una bonificación para los alimentos similar a la de los combustibles pueda terminar implicando que las distribuidoras no bajen los precios tanto como la subvención y terminen aspirando esos recursos públicos que van destinados a la bonificación. Aunque celebran que haya diferentes propuestas dentro del seno del Gobierno para abordar este tema, defienden que la mejor manera es un acuerdo con las distribuidoras para que sean esas empresas las que asuman todo el coste de una medida así.
Belarra ha replicado preguntada por esta discrepancia que el escenario ideal sería “un tope para los alimentos”, pero ha precisado que entienden que ante el silencio de los socialistas tras proponer esta alternativa de la bonificación sí podría ser aceptada por su socio. Además ha insistido en la idea de reforzar los controles y endurecer las multas para vigilar que las empresas cumplan con la bajada de precios y ha propuesto completar estas medidas con un gravamen extraordinario a las grandes distribuidoras de alimentos.