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Protestas y restricciones en la Cachemira india tras el atentado suicida

EFE

Srinagar (India) —

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Las restricciones al movimiento y a la circulación continuaron hoy en partes de la Cachemira india por segundo día, después de que una manifestación en protesta por el ataque suicida del jueves contra las fuerzas de seguridad, en el que murieron 42 policías, degenerara ayer en violencia.

“El toque de queda permanecerá vigente en Jammu, aunque la situación será reexaminada por la tarde para decidir si se relajan las normas”, afirmó en un comunicado el juez del distrito, de mayoría hindú a diferencia de la mitad cachemir del estado de Jammu y Cachemira, la única dominada por musulmanes del país.

Grupos de manifestantes convocados por las asociaciones de comerciantes y de abogados locales quemaron ayer al menos una treintena de vehículos, dañaron otros cincuenta y atacaron a habitantes de barrios musulmanes en Jammu, la capital de invierno estatal, afirmaron a Efe testigos oculares.

Shahid Rafiq, un cachemir residente en la ciudad, explicó que los participantes en la protesta quemaron su coche y otros dos vehículos a las puertas de su residencia en el barrio de Gujjar Nagar, habitado principalmente por musulmanes.

El presidente del sindicato de funcionarios estatal, Ghulam Rasool Mir, calificó la manifestación violenta de “intento de dañar la armonía comunitaria y la hermandad” en el estado.

“La administración debe ponerse en marcha para asegurar que estos ataques son detenidos instantáneamente y que las vidas de los cachemires y otros inocentes de Jammu son protegidas”, dijo en un comunicado.

Por otra parte, en el distrito cachemir de Anantnag se produjeron choques entre manifestantes y las fuerzas de seguridad cuando circuló el rumor de que una persona procedente de esa región había fallecido en Jammu tras ser atacada por los manifestantes.

“No hagan caso de los rumores, nadie de Anantnag ha muerto”, afirmó la policía de Cachemira en Twitter.

La situación en Cachemira, uno de los territorios más militarizados del mundo y que es objeto de litigio por Pakistán y la India, permanece tensa tras el ataque en el que murieron 42 policías, el más mortífero en tres décadas de conflicto.

Reivindicado por el grupo terrorista Jaish-e-Mohammad (JeM), la India acusa a Pakistán de estar implicado, aunque Islamabad se ha distanciado del suceso al considerar las críticas infundadas.

Ambos países han librado dos guerras y numerosos conflictos bélicos por el control de este territorio, en el que en los últimos años ha aumentado la violencia, produciéndose solo en 2018 la muerte de 250 insurgentes en operaciones militares indias, el número más alto en una década.

Según datos oficiales del Gobierno indio, desde 1989 han muerto cerca de 44.000 personas en incidentes armados relacionados con el estallido independentista en la Cachemira india, concretamente 24.558 insurgentes, 13.976 civiles y 5.123 miembros de las fuerzas de seguridad.