Ni la dirección del PSOE ni el futuro candidato a la Junta de Andalucía, Juan Espadas, quieren que Susana Díaz siga al frente de la federación andaluza. A pesar de que la expresidenta se ofreció a colaborar hasta el próximo congreso y aseguró que daba un paso al lado en las decisiones políticas para dejar el camino expedito al alcalde de Sevilla, su atrincheramiento al frente del PSOE-A incomoda a Ferraz. La dirección socialista ha decidido adelantar los plazos para tener margen de maniobra para acelerar la salida de Díaz ante su negativa a dimitir.
La comisión permanente del PSOE, que se ha reunido este lunes de forma semipresencial sin Pedro Sánchez, que estaba en Barcelona para pronunciar un discurso sobre los indultos a los líderes independentistas encarcelados, ha decidido adelantar dos semanas el Comité Federal en el que se va a activar formalmente la maquinaria para el 40º Congreso federal que se celebrará en Valencia a mediados de octubre. La cita tendrá lugar el 3 de julio y no el 17, como estaba previsto inicialmente. En ese cónclave, además de la convocatoria oficial, se aprobará la ponencia marco que servirá de base para las resoluciones que salgan de ese congreso en el que Sánchez será reelegido y aprovechará para reforzar la cúpula del partido.
Con esa maniobra, Ferraz gana margen, además, para adelantar las primarias a la secretaría general del PSOE andaluz. Sobre el papel, los congresos regionales tienen que celebrarse después del federal, pero esta jugada permite que al menos la elección del nuevo líder sea antes y forzar así la salida de Díaz ante su negativa a renunciar. “Estamos organizando calendarios”, señalan fuentes socialistas.
Adelantar la elección del sustituto de Díaz es la única fórmula que han encontrado en la dirección de Sánchez dado que, tras su victoria en 2017, la fórmula drástica de fulminar a un líder se convirtió prácticamente en misión imposible en los reglamentos internos del partido. “No vamos a montar una gestora como con Tomás Gómez”, sentenciaban fuentes de la cúpula socialista la semana pasada. En la dirección querían, además, dar un cierto margen para que Díaz digiriera la derrota y se fuera por su propia voluntad. De ahí que el pasado lunes el secretario de Organización, José Luis Ábalos, enfriara la activación de la vía para echarla, aunque dio por finiquitado su mandato. Los socialistas redoblaron la presión para que la expresidenta dimitiera, aunque destacados dirigentes apuntaban a que iba a resistir todo lo posible.
Ferraz se daba de margen hasta la reunión que Espadas y Díaz mantuvieron el pasado viernes y en la que la expresidenta insistió en su negativa a abandonar el cargo. Ante esa situación, la dirección de Sánchez se decanta por acelerar los pasos para poner fin definitivamente a su etapa al frente del PSOE-A. La dirección socialista ni siquiera invitó a la ejecutiva regional a un acto organizado en Sevilla este domingo sobre la ponencia del congreso, pero que sirvió como primer mitin de entronización de Espadas.