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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

“En el PSOE ahora es o una nueva etapa o pasar a la insignificancia”

“Pon por favor que detesto el término gurú económico”. Manuel Escudero, el asesor –como prefiere que le llamen– detrás del programa económico de la candidatura de Pedro Sánchez, cree que este término encubre a algunos de los que desencadenaron la crisis económica. “Los gurús adivinan, y no adivinaron nada”.

Escudero hace militancia socialista y también donostiarra, condición que luce en varias ocasiones durante la charla en un bar de moda a escasos metros de su oficina. Ferviente defensor de la “nueva socialdemocracia”, ha ganado por fin una batalla en la lucha de ideas dentro del PSOE que perdió en el año 2000 y que le llevó a alejarse casi dos décadas de la política.

En un tono conciliador, defiende cohesionar el partido y describe a Pedro Sánchez como un animal político y “hombre de palabra” capaz de despertar la ilusión necesaria para recuperar a los votantes que se han ido en los últimos comicios “a la izquierda” del PSOE.

En el año 2000 ya intentó junto con Josep Borrell y Cristina Narbona lanzar una candidatura alternativa para liderar el PSOE. ¿Les resarce ahora esta victoria con Pedro Sánchez?

Para algunos, esto es una batalla que empezó hace 18 años. Varios el otro día en Ferraz me decían, “18 años, por fin lo hemos conseguido”. En aquel momento defendíamos el tema de primarias, que aún era virgen, y un modelo de partido diferente. Ahora la cosa ha cambiado, no hablamos solo de un modelo de partido diferente per sé, sino de un modelo diferente de orientación política. Por eso esta batalla es más sustantativa.

Pero entonces, ¿lleva el PSOE en crisis 18 años?

Pues no a juzgar por los datos electorales. El declive llegó en 2008, no solo a nivel nacional también autonómico. Es donde hay que aplicar la lupa y está relacionado con el posicionamiento ante la crisis financiera.

Pero sí se triunfa sobre unas bases ideológicas que no se asentaron en el 2000.

Sí, pero entonces hablábamos de un partido más ciudadano, y ahora no solo de un partido diferente sino de una línea política diferente.

¿Cómo define esta línea política?

La nueva socialdemocracia.

Aquella estructura que se impuso en el 2000 también respaldaba ahora la candidatura de Susana Díaz. ¿Dan la guerra por ganada o es solo una batalla?

A mí me gustaría pensar que es la guerra. Pero en eso tenemos responsabilidad todos. Ahora la carga de responsabilidad está en Pedro y en los que le apoyamos, en su equipo. Cuando hemos dicho que podemos ser primera fuerza en España eso se tiene que cumplir. Si lo logramos abriremos un periodo de estabilidad y de nueva etapa. Tanto en España como en el resto de Europa. Es o una nueva etapa o pasar a la insignificancia.

Estoy muy esperanzado pero poniendo el acento con firmeza en este alineamiento político en la capacidad de convencer, en el diálogo... Tenemos argumentos encima de la mesa desde el 20 de febrero. Nos gusta argumentar porque es el mejor modo de llegar a la unidad. La carga de la responsabilidad es nuestra ahora. Es de Pedro. La primera tarea es unir y cohesionar en torno a una línea política diferente.

¿Va a haber integración de otras candidaturas?

Eso lo tienes que preguntar a Pedro Sánchez, porque es el que tiene que hacer la propuesta de Comisión Ejecutiva.

¿Rescataría a alguien de las otras candidaturas?

No es mi papel ni mi función contestar a eso.

¿Hay que resarcir a Borrell? ¿Puede ser presidente del PSOE?

Pepe ha hecho un trabajo excelente de apoyo a Pedro con su libro y su periplo relámpago que ha hecho por España. Borrell tiene una mente muy lúcida. Para muchos militantes en el PSOE, es un referente por su honestidad intelectual, claridad y visión. Ojalá siga con esta posición activa en el trabajo que hay que construir ahora.

¿Y qué papel le tocaría a usted?

No tengo mayores aspiraciones. Le voy a hacer una confesión: lo que realmente me importa es que esta línea política materializada en el proyecto político de Pedro se consolide con la línea política del PSOE. Creo que es bueno para el PSOE. Nos ha estado devolviendo la dignidad, la credibilidad y por qué no decirlo, el orgullo de ser socialistas. Mi mayor empeño es que eso se plasme no solo en un documento sino en las políticas de futuro.

¿Pero le han pedido contar con usted?

No. Estamos en momentos muy prematuros.

¿Diría que sí a una secretaría Económica?

No lo sé.

Pedro Sánchez se enfrenta a una situación particular, ya hay una ponencia para el Congreso que han hecho otras personas. En la parte económica hay partes que no están y que sí refleja su propuesta, como la renta básica o la banca pública. ¿Cómo las van a introducir?

A través de enmiendas parciales, probablemente. Tengamos en cuenta que somos parte del mismo tronco, ni la ponencia es al 100% deleznable, ni nuestro proyecto es al 100% estupendo. Caben acercamientos, siempre que la línea política se mantenga.

Vamos a incrustar como enmiendas parciales todos los términos del proyecto político de Pedro. Soy optimista. Uno de los grandes debates es por qué estamos donde estamos. Tanto a nivel español, con lo que pasó con la abstención o en la crisis, como a nivel más genérico, como qué ha fallado en la socialdemocracia. Cosas que la ponencia no plantea. Tenemos interés en plantearlo, porque si llegamos a la conclusión de que la socialdemocracia se ha desleído un poco, el corolario inmediato es la necesidad de énfasis en las nuevas políticas.

Luego nos acusan de radicales o de que no gustamos al mercado. Es falta de información total. Léanse las cosas con cuidado. Somos socialdemócratas, gente reformista que se está poniendo seria porque piensa que la sociedad que estamos organizando no es justa y necesita muchas reformas.

Entonces, ¿podemos encontrar un proyecto del PSOE en el 39º congreso que critique la abstención y la gestión de Zapatero?

En alguna medida, en los términos que está planteado en el proyecto, no más allá.

¿Qué partes son irrenunciables para ir en forma de enmienda?

La autocrítica es el primero. Un segundo elemento importante es el tratamiento de la ecología, no porque la ponencia no lo tenga, que lo tiene. Pero damos un paso más, queremos hablar y pensar en una transición ecológica de la economía. Eso implica transversalizar el planteamiento ecológico de una vez en serio en un partido de izquierdas.

Un tercer elemento que me parece importante es que en el proyecto político de Pedro le damos mucha importancia a la digitalización de la economía y lo que va a suponer la expulsión del trabajo asalariado. Y cómo encontrar recetas al mismo tiempo de empleo y de salario decente para todos en esas condiciones. Y ponemos soluciones diferentes como la que conecta con la renta básica o la disminución de los tiempos de trabajo.

También recomponer la relación con los sindicatos. Hay cosas que hay que cocrear juntos en esta sociedad. Hay un 50% o más de trabajadores que están con una mano por delante y otra por detrás. Y eso hay que resolverlo.

En la candidatura de Susana Diaz preocupa que se le quite poder a los órganos de control.

Eso es falsa alarma. Nuestra posición es muy clara. La espina dorsal de un partido socialdemócrata es la democracia representativa. La delegación a órganos tanto ejecutivos como de control, o soberanos, como el Comité Federal. No queremos que eso desaparezca. Sí queremos mayor empoderamiento de los militantes. Porque estamos en el siglo XXI.

Somos la gente más formada e informada de la historia. ¿Cómo vas a tratar a los militantes como si fueran unas personas que solo tienes que acudir a ellos cuando quieres que te voten? Esto se concreta en que en todo proceso de elección el poder tiene que estar en manos de los militantes. En las decisiones importantes como un pacto de Gobierno tiene que estar presente la voz de los militantes. También una figura nueva como la iniciativa política del militante para plantear políticas.

¿Aceptarían límites a las primarias en municipios pequeños para evitar el “entrismo”?

No es que lo aceptemos o no. Es un tema que está por decidir. En este momento estamos en municipios de más de 20.000 habitantes y probablemente esa cifra se baje, pero no hemos hecho una propuesta con un número exacto.

¿Hay algo en la ponencia de la gestora que le gustaría quitar porque no concuerda con los criterios políticos de Pedro Sánchez?

Claro. Todo el bloque de partido es diferente y, por lo tanto, estamos por que se suprima.

¿Y de la parte económica?

Es mucho más adiciones, cosas nuevas, que suprimir cosas. La actitud que tenemos que llevar es de tolerancia y de permisividad, hasta donde podamos llegar. Mantenemos que el efecto más perverso de la globalización se ha dado en el mundo de las finanzas y que, en consecuencia, es importante que en la UE se ponga en marcha la directiva que ya está aprobada de la tasa sobre las transacciones financieras.

Pero esa sí estaba en la ponencia.

Nosotros precisamos más los porcentajes. A veces es cuestión de énfasis. Hablando de Europa, se necesita construir una alianza progresista, que la gran coalición de conservadores y socialdemócratas no ha funcionado, se ha colapsado y necesita un sustituto. Planteamos una alianza progresista con Los Verdes, las nuevas izquierdas si maduran, con los Demócratas. Es decir, amplia y liderada por la socialdemocracia.

Dice Europa pero también la aplica a España.

Estoy hablando de Europa.

¿Eso implicaría que para el Parlamento Europeo en las listas del PSOE se integrara Podemos, IU...?

No, porque eso es una coalición. Otra cosa es una alianza. Nosotros hablamos de la necesidad de construir un acuerdo político diferente en Europa que sea la base para construir la Europa social.

Con estas alianzas de las “nuevas izquierdas si maduran” y los verdes hacen de la necesidad virtud porque les quedan muy pocos aliados socialdemócratas en los que apoyarse en el resto de Europa. ¿Cómo ve la crisis de la socialdemocracia en los que eran sus compañeros de referencia en Francia o en Reino Unido?

Estamos pensando en términos de la socialdemocracia país a país, que es la que creo que empieza a dar pasos en la misma dirección que Pedro Sánchez. Lo que veo de los think tanks europeos es que avanzan en la misma dirección. Pensamos en una socialdemocracia renovada que persiga la alianza progresista, no el PSOE solo.

¿Esa alianza no podría haberse dado ya? Probablemente a la socialdemocracia europea le hubiera gustado más un pacto con la izquierda y los verdes que con los conservadores, pero es que los números no han dado.

Tienden a olvidarse de los Demócratas. En una sociedad como la que tenemos ahora es reconstruir el pacto social. Ese contrato social que históricamente dio lugar al Estado de bienestar fue un pacto capital-Estado donde cada uno asumía unos roles. Eso se ha desquiciado hoy. Es lo que hay que reformular. Cuando hablamos de una alianza progresista no estamos hablando solo de una alianza con la izquierda sino de todo el que quepa en un planteamiento progresista de Europa.

Les comparan con el francés Hamon. ¿Tienen miedo a que a Pedro Sánchez le pase como a Hamon?

No. Hombre, le pasaría como a Hamon si tuviéramos un Manuel Valls en el PSOE, que se presenta, luego dice adiós al partido socialista y se va con Macron. Con esa figura, podría pasar algo de ese tipo. Pero creo que no, que el PSOE tiene una solidez enorme.

¿Está convencido de que Pedro Sánchez puede volver a convencer al electorado fuera de la militancia?

Estoy superconvencido. Hay seis millones de votantes que se fueron a casa o más a la izquierda y esos yo creo que van a volver. No se trata de un planteamiento electoralista, es que planteamos un discurso que entienden. El discurso que hemos planteado en algunas ocasiones no se entendía.

¿Se imagina a Pedro Sánchez firmando de nuevo un pacto con Ciudadanos?

Claro, no veo por qué no. Dependerá los términos, la situación y dependerá para qué. Ni Susana se ha vuelto más de derechas por pactar con Ciudadanos en Andalucía ni Page más de izquierdas por pactar con Podemos en Castilla-La Mancha. Los pactos son los pactos y no estamos pensando en términos de pactos todo el rato, sino de recuperar nuestro espacio autónomo.

¿Le interesaría a Pedro Sánchez que las elecciones fueran cuanto antes?

No hay planteamiento de ningún tipo con respecto a esto. Se ha ganado, ahora hay que construir. No hay otro horizonte más que consolidar, cohesionar en torno a un nuevo posicionamiento a todo el PSOE y esa es la tarea de ahora.

Dice que será capaz de reconectar con el electorado de izquierdas, pero también que son necesarias las alianzas con Podemos. ¿Cómo van a hacer para quitarles el electorado y a la vez tender puentes?

Las alianzas con Podemos están por ver. No es un planteamiento inmediato y sería interesante que de una vez nos quiten ese sambenito porque lo que estamos haciendo es construir un espacio autónomo. Eso sí, en la izquierda.

La primera alianza podría ser en una moción de censura que se va a debatir próximamente. ¿Qué debe hacer el PSOE?

El PSOE tiene clarísimo que no está por la labor de una moción de censura que se anuncia de modo unilateral a la prensa, que no tiene visos de prosperar y, si me apuras, que no tiene una justificación clara desde el punto de vista de la mayoría de la izquierda. Nosotros estamos más por que Rajoy rinda cuentas y eventualmente dimita. En este momento, lo de la moción de censura va a ser algo que políticamente piensan que les beneficia, pero no va a cambiar las cosas, y eso es lo peor porque no va a cambiar a Rajoy.

Y si Mariano Rajoy no dimite, ¿Pedro Sánchez podría plantearse una moción de censura?

Quién sabe lo que depara el futuro. La política es un proceso y en los procesos se van abriendo causas, necesidades y planteamientos inapelables, pero todavía no estamos en ese proceso.

Lo digo porque Sánchez ha planteado su campaña en el eje de oponerse a la abstención a Rajoy y dijo en septiembre que lo que no quería hacer era abstenerse sino intentar un gobierno alternativo. Como los números son los mismos, puede intentarlo ahora.

En política son muy importantes los tiempos y en este momento estamos en tiempo de cohesionar al PSOE. No puedo hablar de un tiempo más allá porque ni sé lo que puede ocurrir ni es mi papel decidirlo.

¿Temen que la militancia se pueda sentir frustrada si no se hace todo lo posible por echar a Rajoy?

La dimisión de Rajoy es lo que estamos pidiendo precisamente.

Ya, pero depende de él la decisión. Hay otros mecanismos para echarle.

El mecanismo de la moción de censura implica por definición que sea constructiva, la sustitución del Gobierno. No estamos ahí en ese momento. Conociendo a los militantes, yo soy uno, queremos ver un discurso y un lenguaje distintos, actitudes diferentes, un partido que funciona de otra forma y unas políticas que se empiezan a poner en marcha que tienen sentido para la gente. Lo importante es que en este país aún no tenemos un plan de choque contra la pobreza, es que las mujeres no queréis tener hijos porque no podéis si queréis ser profesionales...

Pero el plan contra la pobreza, por ejemplo, ¿se puede hacer desde la oposición?

No, pero hay que ganar a todos los que están en la oposición para cosas como esa. El planteamiento que tuvo Pedro desde un principio de un gobierno del cambio debe seguir vigente en la tarea parlamentaria.

¿No está haciendo una buena oposición el PSOE ahora mismo?

Como suele decir Pedro, la abstención gratuita y el comportamiento posterior nos colocan en tierra de nadie, en un terreno en el que no ganamos credibilidad ni somos muy efectivos. Hay que buscar otro tipo de posicionamiento del grupo, pero prefiero no entrar, pero qué duda cabe de que se pueden hacer cosas diferentes en el grupo y sobre todo lo que se puede hacer es no hacer cosas como cambiar cromos con el PP para renovar el Tribunal Constitucional como si estuviéramos en pleno bipartidismo. Son cosas del pasado que no conviene hacer porque restan credibilidad.

Una de las cosas que hay que resolver son los presupuestos generales. ¿Qué tiene que hacer el PSOE?

No me atrevería a hablar ex-catedra de un tema que no controlo porque para eso está el grupo. El planteamiento básico es que nosotros no vamos a apoyar esos presupuestos, que se busque la vida Rajoy.

Pero tiene posibilidades de salir adelante.

¿Con otra alianza? Demuestra que no era necesaria nuestra abstención. Es lo que tenía que haber hecho desde el principio Rajoy: buscarse la vida.