“Sé que ustedes lo hacen para quebrarme, pero van listos”, advirtió Pedro Sánchez a Feijóo este miércoles en el Congreso. Se refería el presidente a la ofensiva del PP respecto a la investigación judicial que pesa sobre pareja, Begoña Gómez, por el momento sin indicio delictivo que la sustente. A punto de entrar en la recta final de la campaña de las elecciones europeas, los populares han encontrado en la actuación del Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid un balón de oxígeno para su carrera hacia el 9J. Y en Ferraz han decidido que la reacción del presidente debe ser dar un paso al frente.
Como respuesta a los ataques del PP pero también, según la dirección socialista, en base a la evolución de sus propios sondeos internos, en Ferraz han decidido reorganizar el tramo final de campaña y multiplicar la presencia del presidente del Gobierno en mítines junto a la candidata Teresa Ribera. Aunque lo previsto hasta ahora era que de aquí al cierre del próximo día 7 participara en tres actos, la agenda de Pedro Sánchez tiene cerrada ahora cuatro fechas más de campaña. En total, siete actos en poco más de una semana. O lo que es lo mismo, uno diario a excepción del domingo y el martes.
La primera parada la hará el presidente en Barakaldo este jueves tras la aprobación de la ley de amnistía en el Congreso. El fin de semana participará en los mítines de Murcia, el viernes, y Valladolid el sábado. El lunes estará en Asturias, el miércoles en Málaga y el jueves en Barcelona, antes del cierre del día 7 en Madrid.
También movilizan en Ferraz a un gran número de ministros, que se desplegarán por todo el territorio en un sinfín de actos con las federaciones socialistas. Y, una vez más, en muchos de ellos estará también Zapatero, volcado de nuevo con la dirección de su partido en una cita electoral.
Los socialistas justifican el cambio de planes en lo reñido de la pugna PP-PSOE según sus propios sondeos internos. “La diferencia es cada día menor, vamos a ritmo de remontada”, aseguran en el partido. Algo que, en opinión del propio equipo de campaña de Teresa Ribera, denota también la actitud del PP esta semana en el Congreso. “Es un esperpento que solo obedece a eso, a que no saben cómo parar la sangría. Y nosotros seguimos progresando hacia arriba de forma constante”, aseguran esas mismas fuentes.
En Ferraz aluden a estimaciones de voto que a día de hoy estarían en un empate técnico, con una diferencia mínima que oscilaría entre uno y tres diputados. Un escenario muy ajustado en cualquier caso que nada tiene que ver con los peores augurios de hace solo unas semanas y con las propias expectativas del Partido Popular, que en la calle Génova se han encargado de rebajar en el transcurso de la campaña.
Fuego cruzado
En realidad, la cita del 9J es el primer cuerpo a cuerpo a nivel estatal de Sánchez y Feijóo desde las generales del 23J, una cita que sumió a la derecha en la frustración de no sumar los apoyos suficientes que auguraban y que necesitaban para alcanzar la Moncloa. Por eso, en cierta medida, los de Feijóo se toman la cita de las europeas como una reválida, como un nuevo intento de ganar el eterno plebiscito sobre Pedro Sánchez.
Por eso, ante unas encuestas cada día más cuesta arriba y con el efecto amnistía desgastado por los resultados en Catalunya, la investigación a la pareja del presidente del Gobierno ha sido recibida en la calle Génova como agua de mayo. Esa investigación y el aniversario de la disolución de las Cortes que dio paso al adelanto electoral del 23J (el plazo legal establecido para poder convocar de nuevo elecciones es justo un año) confluyeron este miércoles como una especie de conjunción astral que llevó al PP a convertir la sesión de control en algo parecido a un pleno monográfico. Los populares se cansaron de pedirle a Pedro Sánchez la dimisión, la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones por la supuesta corrupción que le acecha, pese a que de momento el partido se resiste a citar al presidente en la comisión de investigación que los populares controlan en el Senado. En el fragor del debate, el portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, llegó a afirmar que Begoña Gómez está imputada por tráfico de influencias y cohecho (ninguna de las dos cosas es cierta).
La bancada del Gobierno respondió en bloque a la oposición que el problema que tienen es su dependencia de los ultras.
“La Moncloa está investigada por corrupción, haga lo que tiene que hacer, acabe con esto, no se puede seguir así”, le dijo Alberto Núñez Feijóo a Pedro Sánchez. “Para lo que ha quedado, señor Feijóo”, replicó el presidente que arremetió contra la oposición por “chapotear en el fango” de la ultraderecha. “Hazte Oír, el de la motosierra, Manos Limpias, Netanyahu….toda la ultraderecha diseñando la política de oposición del PP. Fango, fango y más fango”, dijo.
Lejos de mostrar los síntomas de abatimiento que comunicó tras la apertura de la investigación a su pareja, Pedro Sánchez esta vez miró de frente a la bancada azul y les volvió a prometer resistencia. “Ni mil paladas de fango van a conseguir tapar los gobiernos de la vergüenza que tienen ustedes con Vox y que pretenden exportar a Europa. El 9J volverán a perder las elecciones”, sentenció.
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