El PSOE gana las elecciones andaluzas y repite el resultado en escaños de 2012, pese a perder más de un 10% de votos y pese a la llegada de Podemos y Ciudadanos. El PP cosecha una derrota sin paliativos, pierde más de medio millón de votos y se queda en 33 escaños, muy lejos de los 50 que obtuvo en las últimas elecciones con Javier Arenas como candidato.
Hasta el último minuto del recuento han estado los socialistas jugándose un escaño con Podemos en la provincia de Huelva por tan solo un centenar de votos. El asiento parlamentario ha caído finalmente del lado socialista, lo que permite a Susana Díaz atesorar un claro éxito en tiempos de cambio político y mantener las credenciales para continuar su pulso con Pedro Sánchez.
Los datos del PSOE se pueden leer de muchas maneras. Pese al éxito, Díaz atesora el peor resultado en porcentaje de la historia del socialismo andaluz. Sin embargo, el nuevo contexto político convierte ese porcentaje en el símbolo de una victoria a la que ha tardado en reaccionar el secretario general del PSOE. Pedro Sánchez ha esperado hasta las 23.30 horas para, a través de Twitter, felicitar a su compañera de partido y cabeza visible de quienes discuten que su candidatura a la presidencia del Gobierno sea un hecho indiscutible.
En el momento en el que todos los que ya estaban se han hundido, Susana Díaz ha conseguido meterle 10 puntos de distancia al PP y más de 20 a Podemos. Ante las cámaras, la presidenta andaluza se ha mostrado feliz al calificar el resultado como “histórico” y ha evitado citar ni una sola vez a Pedro Sánchez durante su intervención tras la victoria.
El PP de Juan Manuel Moreno Bonilla se hunde en una posición inédita y rubrica la primera gran derrota para Rajoy desde su llegada a la presidencia del Gobierno. Los populares han acusado con dureza la llegada de Ciudadanos a la escena política andaluza, donde se estrenan con 9 diputados.
El hundimiento de los populares es de tal calibre que solo se puede explicar con cifras: medio millón de votantes han abandonado sus siglas desde 2012 para irse a otras formaciones. El dato de los dos principales partidos tiene una evidente lectura en clave nacional bajo la máxima de que nadie llega a la Moncloa sin un buen resultado en Andalucía. Lo sucedido en la noche electoral andaluza complica mucho las expectativas de Rajoy para unas elecciones que llegarán en ocho meses.
La elección de Moreno Bonilla, apoyada por la vicepresidenta frente a Cospedal, se convierte ahora en un arma arrojadiza dentro de un PP que ha recibido el resultado andaluz como un aviso de la cuesta arriba que se le avecina de cara a las próximas citas electorales.
Podemos irrumpe con fuerza pero por debajo de sus predicciones más optimistas. La candidatura encabezada por Teresa Rodríguez consigue hacerse con 15 escaños, lo que supone el mejor resultado a la izquierda del PSOE de las últimas elecciones. Sin embargo, es la primera vez en la breve historia de la formación de Pablo Iglesias que sus resultados se quedan por debajo de lo que dicen las encuestas.
En cuanto a Ciudadanos, además de lo ya apuntado, las urnas les convierten en una formación imprescindible para entender la gobernabilidad en el nuevo tiempo político. En el caso andaluz, bastarían sus escaños para permitir al PSOE un gobierno sin aspavientos con mayor garantía de mayoría en los debates parlamentarios. Díaz ha dicho durante toda la campaña que no era su pretensión la de pactar con nadie. Está por ver si el resultado la invita a revisar esa convicción.
IU es la segunda derrotada de esta jornada electoral. Se queda con 5 escaños, por lo que pierde más de la mitad de los 12 que consiguió en 2012. Se ha dejado en estos tres años casi 170.000 votos. El resultado de IU tiene una especial trascendencia para su candidato a las generales. Alberto Garzón, andaluz y apoyo indiscutible de Maíllo, tendrá poco tiempo para ofrecer una cara diferente a la de la derrota que viene acompañando a los de IU en sus últimas citas con las urnas.