Catalunya será el centro del debate en el arranque del curso político de los próximos días. El desafío del referéndum del 1-O estará en el centro del tablero y en el PSOE lo saben. Por eso pretenden tomar la iniciativa con un paquete de medidas legislativas, que en la práctica ya han presentado, a las que darán luz verde en la reunión de la Ejecutiva Federal del próximo lunes.
Sin embargo, esas iniciativas, que ya fueron anunciadas antes de las vacaciones, no cuentan a priori con el respaldo necesario del resto de formaciones y el PSOE no ha avanzado en su consecución.
Pedro Sánchez tenía la intención de anunciar ese paquete legislativo en la reunión de la Comisión Permanente de este lunes, pero en el PSOE dicen que se ha retrasado para dar margen tras los atentados de Barcelona y Cambrils. La aprobación será, según aseguró el portavoz, Óscar Puente, el próximo día 4 en una reunión del plenario de la dirección.
Fuentes socialistas admiten que el contenido de esas propuestas que se llevarán al Congreso pilotarán sobre las que ya dieron a conocer en julio mediante la Declaración de Barcelona. Aquel documento, que también fue rubricado por el PSC, proponía modificar el sistema de financiación autonómica, recuperar algunos aspectos del Estatut anulados por el Tribunal Constitucional o abrir el diálogo con la Generalitat sobre los 46 puntos que planteó a Moncloa –y que fueron desdeñados– a principios de 2016, a excepción del referéndum, que es la línea roja para los socialistas.
La principal propuesta del PSOE gira en torno a la reforma constitucional que reconozca las “aspiraciones nacionales” de Catalunya como solución al conflicto territorial.
Fuentes socialistas admiten que no hay un consenso sobre cuándo se debe poner en marcha ese mecanismo y que no han decidido con qué fórmula hacerlo. Explican que puede ser a través de una comisión de estudio en el Parlamento o una subcomisión dependiente de la Comisión Constitucional. El segundo caso es más complicado porque hay un cupo máximo y ya está cubierto.
No obstante, para sacar adelante alguna de las iniciativas que el PSOE registrará próximamente en el Congreso necesita del apoyo de otras formaciones. Ya en julio los socialistas sondearon a sus socios potenciales, Unidos Podemos y Ciudadanos, y recibieron una respuesta poco alentadora.
Los de Pablo Iglesias vieron la Declaración de Barcelona del PSOE “insuficiente” y Catalunya fue el principal escollo en el intento de ambos grupos por comenzar una nueva etapa en la que colaborar parlamentariamente.
Tampoco Ciudadanos se mostró partidario de la iniciativa de Sánchez. En el caso del partido de Albert Rivera el principal problema era de tiempos, ya que son partidarios de desvincular cualquier propuesta de reforma constitucional del desafío independentista. Además, la nueva defensa de la plurinacionalidad del Estado aprobada en el 39º Congreso Federal del PSOE no convence a Ciudadanos.
En el mes y medio que ha pasado desde que Sánchez presentó su paquete de medidas no ha habido ningún avance del PSOE con el resto de fuerzas, según reconocen varias fuentes consultadas por eldiario.es. No obstante, en la dirección parlamentaria intentan restarle importancia y se muestran convencidos de que tanto los de Iglesias como los de Rivera acabarán cediendo. Recuerdan que Unidos Podemos defiende cambiar la Carta Magna –de hecho, van más allá que los socialistas al plantear un proceso constituyente– y que Ciudadanos, también. “No pueden oponerse”, señalan fuentes próximas a la portavoz parlamentaria, Margarita Robles.
“Nada que proponga el PSOE va a evitar el 1-O”
Ha sido el PSOE el que ha tenido que asumir que no puede marcar los tiempos. Inicialmente planteó sus iniciativas como un mecanismo para que “el choque de trenes del 1 de octubre no se produzca”; pero reconocen que cualquier medida que registren a partir del día 4 no tendrá ningún efecto parlamentario hasta que pase esa fecha.
“Nada de lo que pueda proponer el PSOE va a evitar el 1-O –reconoce un dirigente próximo a Sánchez–. Tiene el objetivo de mostrar que hay alternativa entre la independencia y la nada”. El líder socialista contó con el respaldo del PSC para la aprobación de la Declaración de Barcelona, que comparten plenamente. Sin embargo, la dirección del partido catalán deja en manos del PSOE “el ritmo con el que lo van a presentar”. En cualquier caso, también quieren desvincular las medidas del 1-O porque consideran que ya hay poco margen de reacción.
Sánchez también ignoró la preferencia del Gobierno de dejar cualquier tipo de iniciativa para después de la fecha prevista por la Generalitat para el referéndum. El secretario general del PSOE ha prometido a Rajoy un “frente común” frente al desafío independentista, pero sin renunciar a sus propuestas. De hecho, le alentó a tomar la iniciativa y le advirtió de que si no abría el diálogo ni planteaba soluciones, lo haría él.