El PSOE de Madrid se prepara para una batalla multitudinaria. Los socialistas madrileños tienen al menos cuatro candidatos para liderar el partido sin que todavía se hayan convocado siquiera formalmente las primarias. A Sara Hernández, que pilota la federación desde hace dos años, le han salido tres competidores: Juan Manuel Franco, Juan Lobato y Enrique del Olmo. En las filas socialistas no descartan que haya más aspirantes.
La siempre convulsa federación madrileña promete no tener un proceso pacífico en la elección del próximo liderazgo. El resultado de las primarias en las que Pedro Sánchez se impuso con cerca del 50% de los votos complicó el camino de Sara Hernández, que dejó de ser una de las líderes territoriales próximas al exsecretario general cuando apostó por Patxi López para ponerse al frente del PSOE.
Sánchez no le ha perdonado la jugada y los sanchistas madrileños han visto su momento para hacerse con las riendas de la federación. El líder socialista ni siquiera consensuó con Hernández los miembros madrileños de su Ejecutiva: la lista llegó hecha con la principal aquiescencia de su jefe de gabinete, Juanma Serrano, y de José Manuel Franco, que el coordinador de la campaña de Sánchez en Madrid.
Franco se situó entonces como el preferido de Sánchez para hacerse con las riendas de la federación. El propio Franco admitió que su decisión dependería de que el secretario general le emplazara a dar un paso al frente, pese a la pretendida neutralidad de la dirección federal. Sin embargo, su nombre y las formas que ha manejado desde el 21 de mayo –colocó a su hija en el Comité Federal– han despertado suspicacias en un sector del sanchismo, que no descarta presentar una candidatura alternativa.
En ese sector enfadado se encuentran, por ejemplo, los diputados regionales Carmen López y Daniel Viondi, que forman parte de un grupo de cargos institucionales y orgánicos madrileños que están “hablando con militantes disconformes con como se están produciendo las cosas”. No descartan dar un paso al frente incluso si eso supone enfrentarse a Sánchez. La batalla soterrada está ahí: a Franco le reprochan que pretenda impulsar la “renovación” que trata de representar Sánchez pese a que lleva en la Asamblea de Madrid más de 20 años.
No obstante, Franco está logrando recolocaciones de quienes apoyaron a Hernández, como Rafael Simancas o el alcalde de Alcalá, Javier Rodríguez, o de dirigentes que apoyaron a Díaz. Esa integración es la que reclama Antonio Miguel Carmona, que asegura que no va a entrar en una “carrera de ansiedad”, pero que si no suman a su “proyecto colectivo” presentarán “un candidato”, según declara a eldiario.es.
El acercamiento de Carmona a la candidatura sanchista es complicada dado que son sectores tradicionalmente enfrentados. Además, fuentes socialistas explican que, al celebrarse las primarias a doble vuelta, en el caso de que Carmona, que cuenta con respaldo del tomasismo pasase a la segunda ronda sería derrotado por la suma de los demás aspirantes.
A esas cuatro candidaturas –dos seguras y dos posibles– hay que sumar otros dos aspirantes que han manifestado su intención de concurrir al proceso. Uno de ellos es Juan Lobato, alcalde de Soto del Real y diputado autonómico, que ya valoró dar un paso en las primarias nacionales. Lobato acabó apoyando a Patxi López.
El otro en liza es Enrique del Olmo, líder de la plataforma Gana Madrid, también pretende presentar su candidatura, según ha informado Europa Press. Del Olmo se presentó contra Carmona en las primarias para la alcaldía de Madrid sin éxito porque no logró siquiera los avales.
La multiplicación de candidatos en la federación madrileña –lo normal en otros procesos es que se hayan enfrentado dos o tres socialistas– provoca algunas suspicacias en las filas socialistas. Hay dirigentes que consideran que la bajada en el número de avales facilita la entrada en la competición y se convierte el proceso en una lucha de cuotas. “Es el camarote de los hermanos Marx”, dice un dirigente socialista de Madrid.
La dirección del PSOE madrileño estableció las normas del congreso la semana pasada, pero no se convocará formalmente hasta el Comité Regional del próximo martes. Las reglas adoptadas son las de los nuevos estatutos –Ferraz dio a elegir a las federaciones– por lo que el proceso se celebrará a dos vueltas y con una reducción en en los avales necesarios para competir. La primera batalla será el 30 de septiembre y la final, el 7 de octubre. Los aspirantes a liderar el partido tienen hasta el 7 de septiembre para comunicarlo.