El PSOE planifica las primarias para otoño de 2014

Rosa Paz

Aún queda por acabar de cerrar el calendario con los barones territoriales, pero el PSOE se prepara ya para celebrar en otoño de 2014 las primarias en las que elegirá su candidato a la presidencia del Gobierno. Un asunto, el de las elecciones internas, que el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la ejecutiva del partido han intentado apartar del debate diario, pero que resurge una y otra vez, y diluye sus intentos de fijar su discurso de oposición o de colocar en la opinión pública cualquier propuesta nueva. Así que, ante el riesgo de que el debate sobre las primarias arruine la macroconferencia política de los días 8, 9 y 10 de noviembre, Rubalcaba ha decidido pactar previamente con los líderes territoriales la fecha de su celebración y acudir a la convención con esa cuestión resuelta. No obstante, ese acuerdo sobre el calendario tendrá que ser ratificado en el comité federal previsto, en principio, para diciembre.

Ramón Jáuregui sugirió el lunes en La Sexta la posibilidad de que la elección del candidato se realizara después del verano de 2014 y otros dirigentes socialistas consultados señalan también que ese es el “momento idóneo” para celebrar las primarias –en las que votarán militantes y simpatizantes–, por razones diversas. Una, sin duda, es que en torno a esa fecha es fácil alcanzar un consenso entre quienes quieren hacerlas lo antes posible y quienes defendían celebrarlas lo más cerca posible de las elecciones.

La primera de las posiciones la propone el secretario general de Castilla-La Mancha y alcalde de Toledo, Emiliano García Page, quien este mismo martes insistía en que las primarias deben hacerse a principios de 2014, antes de las elecciones europeas. La segunda posición la sostenían hasta ahora el propio Rubalcaba y los dirigentes socialistas andaluces. Convocarlas para otoño de 2014 también podría satisfacer a algunos de los que se perfilan como posibles candidatos, Patxi López, que parece quererlas pronto, y Eduardo Madina, que ha sugerido la necesidad de hacerlas con tiempo suficiente para que el elegido tenga “margen y recorrido” para forjarse como líder de los socialistas.

Pero el consenso interno no es el único argumento. También el calendario electoral de los dos próximos años hace que “tenga sentido” aprovechar el otoño del año que viene para esa designación del candidato, que es clave para el futuro del PSOE. Parece el momento adecuado porque es “el hueco que queda” entre las elecciones europeas de mayo de 2014 y las municipales y autonómicas de mayo de 2015, una vez que se ha descartado hacerlas después de esa fecha, porque la cercanía de las elecciones generales haría peligrar la convocatoria de las primarias.

“Si hacemos las primarias a principios de 2014, nos podemos cargar la campaña de las europeas y, si las hacemos entrado ya 2015, nos podemos cargar la campaña de las municipales y autonómicas, que, esa sí, es vital para nosotros”, aseguraba un veterano dirigente. De hecho, el PSOE tiene puestas sus principales esperanzas electorales en recuperar poder territorial, en ayuntamientos y comunidades, para lo que necesita “tener el primer semestre de 2015 despejado” para planificar y volcarse “a tope” en la campaña. También, para celebrar las primarias locales y autonómicas, allí donde se planteen, y para designar a miles de candidatos a alcalde.

Organizar unas primarias abiertas a la participación ciudadana, como acordó el PSOE en su congreso de febrero de 2012, es además una tarea complicada, que tiene como precedentes las organizadas por el socialismo francés y la izquierda italiana. “Hay que montar una administración electoral completa, y eso no se improvisa en dos meses”, explica un experto. Tendrán que empezar por elaborar un censo no sólo con los militantes, sino también con aquellos simpatizantes que se quieran apuntar. Resolver por qué vías se apuntan los ciudadanos que deseen participar en la elección del candidato socialista, qué requisitos se les exigen, si se les cobra un euro, como en Francia, o dos, como en Italia, y si ese pago cabe en la legislación española. Tendrán además que establecer colegios electorales en toda España, con sus presidentes de mesa, sus vocales, sus interventores, y garantizar un recuento limpio e inapelable. En definitiva, una organización compleja que garantice el éxito de la convocatoria en todos los aspectos, desde una masiva participación a una estricta limpieza, pasando, si es posible, por el acierto en la persona elegida.