El PSOE se reúne con el nuevo PDeCAT en Madrid en busca de su apoyo

El PSOE busca un acercamiento con el PDeCAT tras los cambios en la dirección que han puesto cuesta arriba la legislatura a Pedro Sánchez. La diputada Míriam Nogueras fue elegida este fin de semana vicepresidenta del partido catalán. En sus primeras declaraciones, advirtió al presidente del Gobierno de que ahora tendría “más difícil” reeditar la frágil mayoría parlamentaria que le permitió alcanzar el poder. Este miércoles, minutos antes del primer Pleno para intentar designar a una administradora única para RTVE, Nogueras se ha reunido con la portavoz parlamentaria socialista, Adriana Lastra, para sondear las posibilidades de un entendimiento.

Lastra y Nogueras, acompañadas del portavoz adjunto del PSOE, Rafael Simancas, y del todavía portavoz del PDeCAT, Carles Campuzano, han departido durante unos minutos en una de las salas anejas al Hemiciclo del Congreso. Los socialistas están en contacto con los grupos para buscar entendimientos. Los más inmediatos que necesita Sánchez son los apoyos para sacar adelante la renovación de RTVE, que se le ha complicado, y para los objetivos de déficit, que se votarán en el Congreso el viernes y que el PP tiene previsto bloquear en el Senado el próximo lunes si es que el Gobierno logra pasar el escollo de la Cámara Baja. 

Fuentes del partido catalán aseguran a eldiario.es que el objeto de la reunión era “introducir a la número dos del partido” a la dirección del grupo socialista. “Medir temperatura, hablar de RTVE, ..., una primera toma de contacto”, añaden las mismas fuentes. En esa misma línea se pronuncian fuentes del PSOE, que aseguran que ha sido un primer contacto para conocerse formalmente. 

El Ejecutivo de Sánchez sabe de su fragilidad parlamentaria. El maratoniano proceso para renovar la dirección de la radio y la televisión públicas, que vive este miércoles su penúltimo episodio, es la prueba más palpable. El PSOE no logró retener la mayoría necesaria en la votación definitiva para elegir un nuevo Consejo de Administración e intenta ahora atar los 176 votos que le permitirían nombrar a Rosa María Mateos como administradora única.

Para ello, necesita los votos del partido de Carles Puigdemont, que este fin de semana celebró un congreso que aupó a la Presidencia a David Bonvehí, en sustitución de la senadora Marta Pascal. La número dos del partido será la mujer fuerte de la dirección del PDeCAT en Madrid y comienza a hacer uso de su nuevo rol.

El PDeCAT se inclina por votar a favor del nombramiento de Mateo en consonancia con el apoyo del grupo catalán al decreto para la renovación de la corporación. No obstante, cuatro diputados del grupo, entre ellos Nogueras, no han participado en la votación de este miércoles, que ya estaba previsto que no saliera adelante porque se necesitaban dos tercios de la Cámara para prosperar. Fuentes del PDeCAT aseguran que el viernes sí votará todo el grupo –excepto un diputado que no acudirá al Pleno– a favor de Mateo. 

Sin embargo, el PDeCAT pone más complicado su apoyo para la aprobación de la senda de estabilidad con la que el Gobierno pretende flexibilizar los objetivos de déficit y otorgar un margen de dos décimas más a las comunidades autónomas. “No va a salvar la votación solo por salvarla. El gratis no existe. Tendrá que negociar”, aseguran fuentes del grupo. En el PSOE aseguran que tanto desde el partido como desde el Gobierno se está negociando con el Govern así como con los grupos parlamentarios. 

La portavoz del Govern, Elsa Artadi, lo supeditó a que exista “diálogo y negociación política” para solucionar el conflicto en Catalunya. Antes del viernes se tendrá que fijar el orden del día para la primera reunión de la comisión bilateral entre el Gobierno y la Generalitat que presidirá la ministra Meritxell Batet. 

Además, las dudas que tienen en el PDeCAT es que permitir que salga adelante esa votación en el Congreso no tiene sentido dado el anunciado bloqueo del PP en el Senado. El PSOE trabaja contrarreloj para que pase esa primera votación y luego recaiga la presión en el partido de Pablo Casado, a quien pretenden acusar en todas las comunidades de no haber permitido un mayor margen de maniobra a las comunidades. Con su abstención en la Cámara Alta bastaría.