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El PSOE se vuelca en seducir a ERC para investir a Illa y evitar el colapso de la legislatura

Pedro Sánchez, el viernes en la Moncloa

José Enrique Monrosi

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A un lado, los socialistas volcados en concretar una investidura de Salvador Illa que apuntale también la legislatura de Pedro Sánchez. Al otro, el interés de Junts por provocar una repetición electoral que suponga otra vida extra para Carles Puigdemont. Y, en medio, Esquerra Republicana de Catalunya lamiéndose las heridas de su batacazo en las urnas y a la espera de acumular el arrojo necesario que requiere asumir el papel de árbitro que le otorgaron los catalanes: o los republicanos participan en un acuerdo de izquierdas que haga president al líder del PSC, o provocan que haya que volver a votar el 13 de octubre. El balance del 12M no ofrece más alternativas.

La jugada política es de alto voltaje por las implicaciones que supone en la gobernabilidad de Catalunya y España y por la delicada situación de algunos de sus protagonistas. Conscientes de ello, en la Moncloa ejercen con todo el tiento posible una estrategia de acercamiento y seducción a ERC nada sencilla por la propia dinámica interna de los republicanos.

Los socialistas ya mantienen desde hace días conversaciones de primer nivel con Esquerra con la mirada puesta en hacer a Salvador Illa president. Pero esos contactos son, según las partes implicadas, incipientes y frágiles, susceptibles todavía de no acabar por concretarse. Principalmente, porque la digestión de la dura derrota electoral de los republicanos aún dura de puertas para adentro. Y porque el círculo vicioso de competencia en el seno del independentismo mantiene muy presente el aliento de Junts en la nuca de ERC. Por eso Illa aún pide tiempo antes de intentarlo.

“No voy a meter prisa a nadie, voy a ser muy respetuoso”, dijo esta semana en una entrevista en la Cadena SER en la que quiso dejar claro que ERC puede contar con toda la empatía de parte de los socialistas. “¿Qué formación política no ha pasado por momentos complicados? Yo tengo mucho respeto ante esta situación”, añadió el líder del PSC.

Una “relación estratégica”

También el presidente del Gobierno ha sido muy explícito en su reconocimiento al papel político e institucional que han desempeñado en el pasado y que deben tener en el futuro los republicanos. “La estabilización de la situación política en Catalunya no hubiera sido posible sin el protagonismo de ERC. Eso hay que reconocerlo. Sin su liderazgo y su compromiso no habría indultos ni amnistía. Y quiero añadir que partidos grandes, con raíces, como ERC, con más de 90 años de historia, y el PSC, deben entenderse. El futuro de Catalunya y en buena medida de España, va a depender de que se consolide esa relación estratégica entre el PSC y ERC”, puso en valor Pedro Sánchez en una entrevista en La Vanguardia.

Las palabras del presidente, especialmente generoso en halagos hacia un aliado parlamentario que le brinda apoyo en el Congreso desde hace cinco años, dan buena medida de la trascendencia que le otorgan en la Moncloa a los próximos pasos que se disponen a dar los republicanos. Porque de la decisión que tomen en el Parlament de Catalunya dependerá alcanzar el hito de recuperar la Generalitat tras una década de procès. Pero también en gran medida la viabilidad del mandato de Sánchez.

En el equipo del presidente insisten en desterrar la idea de un nuevo horizonte electoral y vuelven a mandar un mensaje de legislatura larga tras el ciclo de comicios de 2024. Pero el fantasma de un fracaso en Catalunya a la hora de conformar el Govern y de una repetición electoral en otoño que vuelva a dejar en vía muerta la legislatura es temido entre las filas socialistas como una seria amenaza a la estabilidad del Ejecutivo.

El adelanto electoral de Pere Aragonès el 12M ya trastocó, de hecho, los planes de Pedro Sánchez. La competición a cara de perro entre algunos de sus aliados parlamentarios, como ERC, Junts o los comuns, frustró la expectativa de sacar adelante unos Presupuestos Generales del Estado que sí hubieran dotado de cierta robustez al futuro de la legislatura. Desde entonces, la actividad legislativa del Gobierno de coalición y su capacidad de marcar la iniciativa a golpe de Boletín Oficial del Estado quedó muy mermada. Y la idea es que una investidura de Salvador Illa con el apoyo de ERC pueda devolver la normalidad al conjunto de la política española.

Así las cosas, la ofensiva de afectos de los socialistas hacia ERC es incesante. “ERC es una formación política muy relevante en Catalunya y ahora también en el conjunto de España. Ha hecho aportaciones muy notables y nada fáciles de hacer no hace tantos años. Y que han sido en bien del conjunto de la sociedad española y catalana. Desde la defensa de un planteamiento político distinto les muestro no solo mi respeto, sino mi reconocimiento”, incidió en el cariño Salvador Illa. 

En ese contexto, el paso al frente del Gobierno y del PSC esta semana se ha producido con la reforma de la financiación autonómica. El planteamiento del Ejecutivo forma parte del acuerdo de investidura que firmaron el PSOE y ERC. En su página 14, ese documento incluye un epígrafe, el número cuatro, que literalmente se titula “Gestión Singular”, en referencia al modelo de financiación. Y se enumeran los mossos, los nuevos órganos judiciales, los servicios penitenciarios o las becas como capítulos para las partidas económicas a financiar. 

La financiación autonómica

“Quien tiene más competencias ha de tener también más medios”, defendió esta semana la portavoz del PSOE, Esther Peña, que recordó que, en cualquier caso, se trata de unos de los compromisos adquiridos con los republicanos para la investidura de Sánchez. “La reforma del sistema de financiación autonómica es una promesa electoral y la financiación singular de Catalunya aparecía en el acuerdo de investidura con ERC. El PSOE es un partido que cumple con sus promesas y sus compromisos”, sostuvo, antes de asegurar que cualquier paso que dé el Gobierno será, según dijo, en el camino del “respeto a la igualdad de todos los ciudadanos españoles”. 

Sobre ese punto, el de la financiación, el camino está abonado con ERC precisamente porque forma parte de un acuerdo entre ambas formaciones. Pero no ocurre lo mismo con otros aliados como Compromís o Más Madrid y ni mucho menos, lógicamente, con el PP, que gobierna la mayor parte de autonomías que deben refrendar el acuerdo de reforma multilateral.

Tampoco está claro cuál puede ser el futuro del apoyo de Junts al Gobierno en caso de quedar en fuera de juego en Catalunya, pero por el momento ya se han encargado los independentistas de echar por tierra el paso dado por Sánchez respecto a la financiación. Carles Puigdemont aseguró que vincularla con la investidura es un “chantaje” y consideró “un escándalo” su propuesta antes de advertir que el presidente del Gobierno tendría que “responder a varias preguntas” si quería mantener su apoyo en el Congreso.

“No estamos hablando de la investidura de Illa sí o no , sino de que este Gobierno y esta mayoría parlamentaria tiene compromisos con las distintas fuerzas parlamentarias”, respondió Sánchez en el Congreso a la portavoz de Junts en un intento de desvincular financiación e investidura y con la garantía, esa sí, de que las amenazas veladas sobre el apoyo que recibe en el Congreso sí permanecerán inalterables pase lo que pase.

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