Manuel Chaves, José Antonio Viera y Gaspar Zarrías, imputados desde este jueves por prevaricación en el caso de los ERE, han puesto sus escaños a disposición del partido y el PSOE ha admitido su dimisión, según ha anunciado César Luena en los pasillos del Congreso. El expresidente y los diputados andaluces han dado ese paso después de que la dirección del PSOE dejara claro que les pediría las actas si el Tribunal Supremo les imputaba un delito concreto. José Antonio Griñán, que era senador por designación autonómica, dejó su escaño hace unas semanas.
El PSOE no había tomado ninguna medida hasta el momento respecto a los expresidentes y diputados aforados bajo el argumento de que solo les habían citado a declarar el calidad de imputados como “garantía procesal”. La dirección del PSOE aseguró que en el momento en que se les atribuyera la comisión de un delito concreto tendrían que renunciar a sus actas. Ese momento ha llegado pese a que el mensaje que ha lanzado Ferraz en estos meses es que estaban convencidos de su inocencia.
No obstante, Chaves, Viera y Zarrías se han adelantado a la decisión de la dirección de Pedro Sánchez y han puesto sus actas a disposición del partido: “No ha hecho falta pedírselas”, ha expresado el número dos del PSOE, que ha confirmado la aceptación de sus renuncias. “Si no lo hubieran pedido, se lo hubiéramos pedido”, ha explicado Luena.
La dirección de Pedro Sánchez quiso ir un paso más allá de lo que fija el código ético suscrito por los dirigentes del PSOE ante la relevancia que tienen los expresidentes andaluces y el caso de los ERE, aunque esperó a que se les atribuyera un delito concreto. El código ético solo contempla el abandono del cargo público en el momento en que se abre juicio oral. Pero Ferraz y Susana Díaz aseguraron forzarían la renuncia en la fase de la imputación, es decir, antes de que se fije una vista oral.
“Desde luego voy a cumplir con mi palabra. Cuando se produzca esa imputación con delito, si es que se produce, el PSOE actuará y, por lo tanto, cumpliré con mi palabra”, afirmó Sánchez en los pasillos del Congreso un par de meses antes de que los parlamentarios andaluces declararan ante el juez Barreiro, que entonces no les atribuía la presunta comisión específica de un delito. Susana Díaz se pronunció en los mismos términos: “Si cuando comparezcan ante un juez y se imputa un delito a algún aforado del PSOE a mí no me va a temblar el pulso”.
A lo que no afectará la imputacion de Chaves, Griñán y Zarrías es a su condición de militantes. Ferraz previsiblemente respetará en ese caso los criterios del código ético, que establece que suspenderá de afiliación a aquellos socialistas a los que se abra juicio oral.