El miércoles pasado, a las 12.46 de la mañana, cuando salta la noticia de la convocatoria electoral en Madrid, el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, comentaba con sus colaboradores más estrechos: “Llevo toda la mañana diciéndolo, toda la mañana diciéndolo”. Aquel día había amanecido con una moción de censura pactada por el PSOE y Ciudadanos para cambiar el Gobierno de Murcia. Y el líder de Unidas Podemos veía venir que la jugada podría tener onda expansiva y réplicas. “Uno no elige los tiempos de las batallas”, explican fuentes próximas al vicepresidente segundo, que en ese momento advirtió que era “el momento de buscar un candidato o candidata de primer nivel”.
¿Y qué es una persona de primer nivel? Un miembro del Gobierno. Desde el anuncio electoral de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, los dirigentes de Unidas Podemos sopesaron la posibilidad de que alguien de dentro del Consejo de Ministros pudiera dar el salto a encabezar la candidatura a la Comunidad de Madrid para enfrentarse a Díaz Ayuso.
La opción natural, la que venía trabajando Unidas Podemos desde 2019, era la de mantener a la que fuera candidata entonces, Isa Serra. Pero la actual portavoz estatal de la ejecutiva de Podemos tiene sobre su cabeza una inminente confirmación de una condena que la dejaría fuera de juego. En 2014, Serra participó en una manifestación para intentar parar un desahucio. Ahora está condenada a un año y siete meses de prisión por atentado contra la autoridad y otros delitos relacionados con los altercados que se produjeron aquel día en el madrileño barrio de Lavapiés. La condena, que está pendiente de ser confirmada o no por el Tribunal Supremo, incluye una inhabilitación para ser elegida en unas elecciones. Y la Fiscalía ya se ha pronunciado a favor de mantener la sentencia del Tribunal Superior de Madrid en los mismos términos. Por eso Unidas Podemos se planteó un plan B ante el adelanto electoral.
El jueves se reunió el Secretariado de Podemos, la ejecutiva ampliada. En aquel debate, según varias fuentes consultadas, no se plantearon nombres. El secretario general subrayó en esa reunión que la decisión de Ayuso marcaba “un punto de inflexión”. En los ámbitos de dirección de Podemos todavía sigue sorprendiendo su líder. “Es muy audaz, arriesgadísimo”, asegura un miembro del Consejo de Coordinación del partido, que se pregunta: “¿Qué no ha sido arriesgado desde que Iglesias entró en política?”.
“Se juega todo su capital siempre desde 2014”, dice un dirigente de Unidas Podemos sobre Iglesias: “No se le puede acusar de trepa”.
Después de varias conversaciones, Iglesias decide asumir el reto a lo largo del viernes. La decisión se fue cocinando durante horas, en las que también se puso sobre la mesa el nombre de Alberto Garzón, coordinador general de IU y ministro de Consumo. “Lo reflexionamos colectivamente”, explican fuentes próximas al líder de IU. “Él estaba inclinado inicialmente por el sí, con dudas, pero luego pensamos que otras opciones eran mejores y al final creyó que la suya no era la mejor”, dicen los mismos dirigentes.
Finalmente fue el vicepresidente del Gobierno quien dio el paso. “Todos aplaudimos que sea Pablo”, explica otra fuente. “Incluida IU Madrid”, una federación que ha sido muy reticente a la confluencia en las candidaturas a la Comunidad y que ya aceptó a regañadientes la de Isa Serra hace ahora dos años.
Entre los dirigentes con los que habló Iglesias antes de hacer pública la decisión se encontraban Irene Montero, Juanma del Olmo, Enrique Santiago, Pablo Echenique, Jaume Asens, Manu Levin y Ione Belarra.
En la comunicación con el presidente, este lunes, Iglesias pidió a Sánchez, que Belarra, una de las dirigentes de su máxima confianza, sea su relevo al frente de la cartera de Derechos Sociales. La Vicepresidencia, como dijo el propio Iglesias en el vídeo donde comunicó su decisión, será para Yolanda Díaz, que también mantendrá la cartera de Trabajo.
También conocieron la noticia antes de que fuera pública personas próximas a Iglesias en el Ministerio o el partido, como Alberto Rodríguez, Julio Rodríguez, Idoia Villanueva, Rafa Mayoral o Ramón Luque, entre otros.
Este lunes por la mañana lo comunicaba a sus colaboradores del partido, de Unidas Podemos y del Ministerio, después de hablar con Yolanda Díaz, a quien hace meses que venía comentando la posibilidad de que fuese su sucesora, de escribir un mensaje a Pedro Sánchez informándole de los cambios y de grabar el vídeo con el que hizo pública la decisión. “Ni se ha sentado, ha cogido la silla, se ha apoyado sobre ella y lo ha dicho”, relata alguien presente en la grabación. “Y todos con mascarilla, sin poder ver bien la cara de cada uno, más que adivinándola por los ojos”, revela este testigo. Poco después, a las 12.05, Pedro Vallín publicaba la exclusiva en La Vanguardia y el líder de UP difundía un vídeo en las redes sociales explicando la decisión.
“Quien le conoce sabe que madura él solo las decisiones”, explica otra fuente presente en la reunión: “Pone una bola de billar americano y, de golpe, después de varias carambolas, la ha colado donde nadie lo esperaba ni estaba previsto”. Y añade: “Hay un reto también que tiene que ver con que estamos en una fase de fin de ciclo de la etapa del 15M, con nuevas contradicciones, una sociedad postcoronavirus con una dinámica social diferente, con una Ayuso trumpista y con parámetros de rupturas y tsunamis sociopolíticos y electorales que muchas veces se pueden escapar de las manos. Se está viendo que no es fácil revertir a Trump; y hay que recordar que un día Matteo Salvini se puso en marcha y la gente se lo tomó a broma. Por eso hay una importante visión antifascista del reto”.
Los dirigentes de Unidas Podemos son conscientes de que en las últimas elecciones autonómicas entraron en la Asamblea de Madrid con un 5,56%, mientras que Pablo Iglesias en las generales de noviembre de 2019 llegó al 13% en la Comunidad de Madrid compitiendo con Pedro Sánchez (26,8%), Pablo Casado (24,9%), Santiago Abascal (18,35%), Inés Arrimadas (9%) e Íñigo Errejón (5,64%).
“No renunciamos a nada, vamos a que sea presidente de la Comunidad de Madrid”, dicen en Unidas Podemos para combatir las encuestas recientes, alguna de las cuales no les da representación por no superar el listón del 5%. “Es un gesto de generosidad del vicepresidente, dejando el cargo para ir a parar a la ultraderecha y a Ayuso a Madrid. La derecha siempre ha estado hipermovilizada, el problema es la movilización de la izquierda, y eso sí puede hacerlo Iglesias, que sale a plantar cara a todo esto”.
“Cuando empezamos a reflexionar sobre el movimiento del PSOE con la moción en Murcia”, dicen otras fuentes de Unidas Podemos, “entendimos que se trataba de revivir a Ciudadanos y que estaba mal calculado porque podría terminar reforzando las posiciones del ayusismo y la ultraderecha. Es decir, es un movimiento basado en la obsesión del PSOE por buscar a Ciudadanos, y al final lo que logran es reforzar a la ultraderecha, representada en Isabel Díaz Ayuso y Vox”.
Al final, la moción en Murcia parece abocada al fracaso por varios tránsfugas de Ciudadanos. Pero las elecciones en Madrid siguen adelante, a pesar de las mociones de censura que registraron Más Madrid y PSOE para intentar dar otra salida a la crisis política.
Fuentes de Unidas Podemos señalan que en la decisión de Iglesias también influye el candidato socialista. “Hay que tener en cuenta que el PSOE decide ir con un candidato al que tenemos un enorme respeto, pero al que se ha asociado con una cierta imagen de que no genera mucha ilusión y que no ha destacado mucho durante los seis años que lleva en la Asamblea de Madrid”.
Así, Iglesias se plantea varios elementos, según fuentes presentes en la toma de decisiones: un revulsivo para el espacio político –que viene de aguantar en Catalunya tras el retroceso en Euskadi y quedarse fuera del Parlamento gallego–; la posibilidad de replantear la unidad electoral a Más Madrid, que esta vez no presenta a Errejón y ha de medirse con Iglesias en principio con Mónica García como candidata, la médica que confrontó con Ayuso en lo más duro de la pandemia; la idea de que esa posibilidad de unidad electoral puede verse como “necesaria en términos de ilusión, que sirva para emocionar a la gente en tanto que se traslade hacia afuera como que esta vez se han planteado las cosas de otra manera”.
El propio Iglesias está abierto a concurrir a unas primarias conjuntas con candidatos de Más Madrid, como Mónica García, si el partido de Errejón accede, explican fuentes de Unidas Podemos. En el vídeo el vicepresidente admite que una de las razones por las que gobierna Ayuso fue la división de la izquierda en 2019 y llama a no repetir errores. Más País tendrá su lectura de lo que pasó entonces y nosotros tenemos la nuestra, pero es el momento de buscar una candidatura unitaria esta vez, vino a decir en la grabación.
Cambios en el Gobierno
Si la moción de Murcia generó una catarsis en la Comunidad de Madrid, la salida de Iglesias del Gobierno de coalición y de la política estatal genera movimientos tanto en el Ejecutivo como en Unidas Podemos.
Fuentes próximas a Pablo Iglesias explican que “había cosas que ya tenía claras”, si bien “no se puede milimetrar la toma de decisiones”. Y una de ellas es que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, era la persona destinada a liderar el espacio político de Unidas Podemos. “Iglesias y ella ya venían hablando desde hacía meses de una idea que contaba con el apoyo de Irene Montero, una de las principales defensoras de que Díaz sea ahora vicepresidenta. Y esto ha venido antes de lo que hubiera sido deseable: uno no siempre elige los tiempos de las batallas. Pero es el momento de ir reforzando ese perfil de Yolanda para ser presidenta y que esto sea un revulsivo en Madrid, donde el PSOE pueda hacer una campaña de centro para recuperar a gente que votó a Ciudadanos y al PP, y que UP haga la suya en clave de izquierda y movimiento popular, de poner en valor el Gobierno de coalición y lo que se podría hacer en Madrid”.
Según fuentes próximas a Díaz, ella misma ha tenido momentos de dudas en estos meses –sería la primera vez que una mujer lidera el espacio político a la izquierda del PSOE desde Dolores Ibarruri– sobre si realmente ha llegado el momento de que Pablo Iglesias se aparte como cartel electoral estatal; sobre si es su momento de asumir el liderazgo de Unidas Podemos; sobre el momento de abordar la conexión hacia afuera como tal y, al tiempo, hacia adentro para consolidar el liderazgo a la interna –ella es militante del PCE, pero no de IU, cuyo carné dejó hace un año, ni de Podemos–. A partir de ahora, Díaz no sólo será ministra de Trabajo, sino vicepresidenta, el mayor cargo institucional de UP; la persona con más galones de su espacio político en el Gobierno y quien tenga que negociar con el jefe del Ejecutivo.
Ella ha sido la ministra que más ha acaparado los focos en Unidas Podemos, la que ha aparecido en las fotos del diálogo social y de acuerdos históricos como la subida del salario mínimo, y la que ha tenido que desplegar más gestión en esta era de la pandemia, con los ERTE y la pelea con las plataformas online por los falsos autónomos, además de las reformas enviadas a Bruselas, entre ellas la laboral y la de las pensiones.
Ambos, Iglesias y Díaz, han hablado y han comido juntos después del anuncio del vicepresidente que pilló a la ministra en una reunión de trabajo de la UE. Si Díaz tenía alguna duda, o si pensaba que la decisión de Iglesias de dar un paso al lado en algún momento de la legislatura para dejarle paso a ella era reversible, ya no hay marcha atrás para quien empezó su carrera política como concejala de EU en Ferrol (A Coruña). “Llegamos aquí para cambiar las cosas y mejorar la vida de las personas. Pablo Iglesias siempre lo ha defendido. Lo demostró en el Gobierno y lo sigue haciendo ahora, con esta valiente y necesaria candidatura, que unirá, con fuerza e ilusión, al Madrid que más queremos”, tuiteaba Díaz este lunes.
“Está animada”, dicen fuentes próximas a Díaz, “sabe que la gente la quiere, es la mejor ministra de Trabajo que hemos tenido nunca”. Iglesias ha hablado con Sánchez minutos antes de anunciar su decisión y le ha pedido que Díaz permanezca como ministra de Trabajo y asuma la Vicepresidecia de Derechos Sociales y que Ione Belarra sea la nueva ministra de Derechos Sociales. “Es el acuerdo, es la parte del Gobierno de UP, no debería haber problemas”, zanjan fuentes de Unidas Podemos. “Tomaré las decisiones en los próximos días, tengo la mejor opinión de Yolanda Díaz y la vicepresidencia segunda corresponde a Unidas Podemos”, dijo el presidente, de visita en Francia junto a Emmanuel Macron.