Albert Rivera ha puesto las cosas fáciles a Rajoy para ofrecerle sus votos en la investidura a cambio de un precio político de saldo. El líder de Ciudadanos ha vendido como “exigencias” una lista de peticiones que Rajoy aceptará sin despeinarse.
Ambos líderes se vuelven a reunir este miércoles en el Congreso. Rajoy llega al encuentro con el sí de Ciudadanos bajo el brazo a cambio de unas peticiones muy sencillas para un partido que ha dicho estar dispuesto a darlo “todo” a cambio de la presidencia.
Razón número 1. Sin grandes exigencias en materia de corrupción
El líder de Ciudadanos ha vestido como grandes exigencias peticiones que no lo son. La más llamativa es la de reclamar que los políticos investigados (lo que antes se llamaba imputación) deberán abandonar sus cargos. Paralelamente a esta petición, Rivera da un mensaje en el sentido contrario: está dispuesto a votar sí a un Gobierno del PP, a pesar de que el partido en su conjunto está procesado por la destrucción de los ordenadores de Luis Bárcenas (en un auto que todavía no es firme).
En las exigencias de Rivera no hay un solo nombre propio. Nada de Rita Barberá, ni del propio Rajoy, a quien hace nada Ciudadanos consideraba incompatible con la presidencia.
Razón número 2. El PP está dispuesto a pagar una comisión
Otra de las peticiones de Ciudadanos es que el PP acepte una comisión de investigación en el Congreso sobre su presunta financiación irregular. La exigencia carece de valor coercitivo alguno. El voto del PP es irrelevante para que esa comisión se ponga en marcha. Bastaría con un acuerdo entre Ciudadanos, Podemos y PSOE.
Con el ofrecimiento de Rivera, Rajoy tendrá la oportunidad de llevar la iniciativa a la hora de formar esa comisión, antes de que se la formen.
Razón número 3. Las cosas que no están en la mano de Rajoy
El ejemplo más claro es la petición de poner fin a los aforamientos. Para llevar a cabo el deseo de Rivera habría que reformar la Constitución, algo que no depende solo de los votos del PP.
Rajoy no tiene en su mano dar a Ciudadanos lo que pide, a no ser que a Ciudadanos le sirva una mera declaración de intenciones.
Razón número 4. La facilidad de las vaguedades
El candidato de Ciudadanos quiere una reforma electoral más beneficiosa para sus intereses frente a los partidos nacionalistas. Sin embargo, no ha precisado nada sobre cómo debería cambiarse ese texto para mejorar la proporcionalidad en el reparto de escaños.
El PP ya ha manifestado en algunas ocasiones su disposición a estudiar cambios en esa ley. Si Rajoy quiere, puede impulsar los trabajos parlamentarios para iniciar una modificación para la que Rivera no ha puesto plazos.
Razón número 5. Una prórroga para Mariano
No hay novedades en la petición de limitar por ley el tiempo que un presidente puede estar en el cargo. Aznar convirtió la práctica de los dos mandatos en un hecho consumado que Zapatero continuó. Y el propio Rajoy ha manifestado en innumerables ocasiones su disposición a no quedarse durante más de dos periodos de Gobierno.
La propuesta de Ciudadanos parece más una prórroga para Rajoy, a quien ahora visualizan cuatro años más en La Moncloa. Ante su electorado, Rivera decía lo contrario: que Rajoy no podía quedarse ni un día más como presidente.
Razón número 6. En el mostrador de pedir cita
La exigencia más rotunda planteada por Rivera es la de pedir de Rajoy una fecha para la investidura. Sin embargo, el candidato de Ciudadanos no ha aclarado qué plazo le da a su interlocutor para que cumpla ese cometido y fije el momento de someterse a la votación.
Ciudadanos dice que sin fecha no negocian, pero lo cierto es que este miércoles se vuelven a sentar con el PP sin que nadie haya dicho una sola palabra sobre el calendario.