El Gobierno ya ha decidido y aprobado cómo intervenir Catalunya: con la aplicación de la versión más dura del artículo 155 de la Constitución. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha explicado las líneas generales de esa intervención tras el Consejo de Ministros extraordinario de este sábado, que tienen que ser ratificadas por el Senado el próximo viernes.
“La facultad de disolver el Parlament pasa al presidente del Gobierno. El presidente tendrá que convocar elecciones en un máximo de seis meses, pero mi voluntad es que sea tan pronto como recuperemos la normalidad. Esto es el objetivo, lo quiere la mayoría, es lo que dice el sentido común y se trata de abrir una nueva etapa en la que la ley se respete y se recupere la convivencia”, ha explicado Rajoy.
El presidente, quien asume las facultades para convocar elecciones en Catalunya, ha afirmado, para esto, que se destituirá “al president, el vicepresidente y los consejeros del Govern”. Es decir, el Gobierno central suspende la autonomía catalana y asume las competencias de todos los resortes autonómicos: desde los medios públicos de comunicación hasta los Mossos D'Esquadra; desde los tributos hasta los ferrocarriles catalanes.
“Celebrar elecciones es el objetivo que quiere la mayoría, es lo que dice el sentido común: abrir una nuva etapa en la que los derechos de la gente se recuperen. La idea será que los ministerios asuman esta responsabilidad en esta situacion excepcional, y la administración de la Generalidad continuará funcionando como administración ordinaria”, ha proseguido Rajoy: “El presidente del Parlament no puede proponer candidato a la presidencia de la Generalitat ni la celebración de investidura. No se suspende la autonomia ni el autogobierno, se cesa a las personas que han puesto ese autogobierno fuera de la Constitución y del Estatut”.
En cuanto a los medios de comunicación públicos, “las funciones que antes tenían la Generalitat pasa a tenerlas los nuevos gestores”.
“El único temor que se puede tener en una situación como esta”, ha proseguido Rajoy, “es no cumplir con lo que es tu obligación. No es propio del mundo en que vivimos. Lo que me he encontrado enfrente no lo había visto en los muchos años de vida política, pero no elegí a mi interlocutor. A mi interlocutor lo eligieron otros y ellos tendrán que explicar por qué lo hicieron”.
“En pocas horas se liquidó la Constitución española en Catalunya, el Estatut, se aprobó la ley de referéndum y la ley de transitoriedad. Todo esto fue suspendido por el Tribunal Constitucional. Sin embargo, se celebró el referéndum suspendido y todo este proceso tuvo su último punto el pasado día 10 de octubre”, ha explicado Rajoy: “El Gobierno requirió si habían o no declarado la independencia ese día 10 de octubre”.
“El Gobierno tuvo muchas oportunidades de hacerlo, pero preferimos actuar con prudencia, esperando una rectificación que no se produjo. No respondieron en plazo ni en tiempo”, ha proseguido el presidente del Ejecutivo: “No se pueden hacer peor las cosas, incluso para los propios intereses de los que las hicieron; tengo la convicción de que querían que se aplicase el 155”.
Rajoy también ha querido hablar del diálogo: “Es una palabra que se ha convertido en mágica. La Generalitat no ha planteado un diálogo, sino una imposición: que el Gobierno hiciera algo que no podía hacer. El diálogo no es que los demás tengan que aceptar tus exigencias. El diálogo fuera de la ley y la norma es antidemocrático, y no es diálogo pretender imponer a los gobernantes que se salten la ley”.
“Por todo ello”, ha proseguido Rajoy, “el Gobierno ha tenido que aplicar el artículo 155 de la Constitución. No era nuestro deseo. Es un artículo constitucional que sólo se aplica en circunstancias excepcionales. Ningún Gobierno puede aceptar que se ignore la ley, se viole la ley imponiendo sus criterios a los demás”.
¿Cuáles son los objetivos, según Rajoy? “Volver a la legalidad; recuperar la normalidad y la convivencia; continuar con la recuperación económica que hoy en Catalunya está en evidente peligro; y celebrar elecciones en situación de normalidad”.
Cesar al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.
Cesar a su vicepresidente, Oriol Junqueras.
Cesar al resto del Ejecutivo catalán.
Rajoy reclama para sí la capacidad de disolver el Parlamento autonómico.
Convocar elecciones en un plazo máximo de 6 meses, aunque el presidente del Gobierno ha afirmado que espera sea en menos tiempo.
Las funciones del Govern serán asumidas por el órgano que cree o designe el Gobierno central y, en principio, serán asumidas por los Ministerios.
En cuanto al Parlamento catalán, el Gobierno también pedirá al Senado restringir sus funciones, de tal forma que no pueda proponer un candidato a la presidencia de la Generalitat, ni celebrar un debate y votación de investidura.
El Parlament tampoco podrá ejercer el control de los órganos que gobiernen provisionalmente Cataluña –que corresponderá al Senado–, ni podrán adoptar iniciativas contrarias a la Constitución y el Estatuto de Autonomía de Catalunya.