Toda la respuesta de Mariano Rajoy sobre la posible salida de la cárcel bajo fianza de Luis Bárcenas ha sido insistir en que “hace tiempo que no es del PP”. El presidente del Gobierno ha evitado referirse al asunto a su entrada en el Congreso para someterse a la sesión de control aunque ha salido a relucir dentro del hemiciclo. Solo a la salida ha respondido brevemente a los periodistas aunque no sobre la pregunta que se le hacía sobre la constatación de la caja B del PP para la Abogacía del Estado.
Con su escueta respuesta sobre Bárcenas, Rajoy ha puesto en práctica la que parece ser la consigna del PP y del Gobierno para no responder sobre los principales casos de corrupción: destacar que los señalados por la Justicia no siguen en el partido. Más allá de insistir en eso, los conservadores se han refugiado en una presunta indiferencia.
Otro de los mantras de los últimos meses es desear una Justicia más rápida para evitar que los casos se eternicen. Rajoy también lo ha repetido en esta ocasión y se ha permitido desear que el caso “se pueda cerrar a la mayor celeridad posible”. El presidente ha aprovechado para subrayar las iniciativas puestas en marcha para atajar la corrupción, en referencia a la ley sobre la actividad de los partidos y al estatuto del alto cargo, que están a punto de ser aprobadas en el Parlamento.
Sánchez le reprocha el SMS de apoyo
Pero durante el Pleno, Rajoy no ha podido impedir que Sánchez le echara en cara el caso y la inminente salida de prisión del extesorero como fruto de un acuerdo. “Visto lo visto ayer, para escándalo de todos los españoles, con su mensaje a Bárcenas 'Luis, sé fuerte', lo clavó”, le ha dicho Sánchez en el hemiciclo al recordar el mensaje de apoyo de Rajoy al extesorero cuando ya se sabía de su fortuna en Suiza y sobre el que nunca ha dado la menor explicación.