Mariano Rajoy ha despejado la incógnita sobre los cambios en el PP con retoques mínimos en la segunda línea de la cúpula de Génova 13. María Dolores de Cospedal se queda al frente de la secretaría general y salen Carlos Floriano y Esteban González Pons. Para sustituirlos, el líder del partido ha optado por ascender a Pablo Casado a la vicesecretaría de comunicación, una de las áreas en las que los conservadores han centrado casi toda su autocrítica tras los resultados del 24M.
También entra Andrea Levy, una joven dirigente del PP catalán de 31 años a quien se encomienda la vicesecretaría de estudios y programas, la tarea que ya hacía a las órdenes de Alicia Sánchez-Camacho. Otro de los nuevos es Javier Maroto, el exalcalde de Vitoria al que se rescata para la vicesecretaría sectorial y Fernando Martínez Maíllo, vicepresidente de la FEMP, que será responsable de organización.
Además, el presidente del Gobierno ha decidido convocar una conferencia política para los días 11 y 12 de julio con la que pretende abrir la precampaña de las generales y dar a conocer su proyecto para intentar repetir en el poder. De esa cita saldrá el programa electoral que, según Rajoy, se empezará “a escribir al día siguiente”. El director de la campaña electoral será su actual jefe de gabinete, Jorge Moragas. De esta forma, el presidente tendrá un enlace permanente entre Moncloa y el partido.
Los cambios respetan el estatus de la secretaria general, a la que algunos daban por muerta políticamente, y que permanecerá en su puesto al menos hasta que se celebre el próximo congreso. Para compensar lo discutido de su gestión, el líder del PP ha decidido complementarla por abajo, ampliando de tres a cinco el número de vicesecretarías para ganar también en número de portavoces. De todas las novedades anunciadas, la única que se daba por segura era el ascenso de Pablo Casado, para el que se ha recuperado la vicesecretaría de comunicación.
El joven portavoz de campaña y exasistente de José María Aznar ha sido una de las caras más visibles del PP en los últimos meses y ya se estrenó como portavoz al comparecer en Génova para explicar los malos resultados de las elecciones europeas. Desde entonces, Casado se ha multiplicado para difundir en los medios de comunicación el mensaje del PP con mucha más soltura que sus jefes inmediatos hasta ahora. Floriano pasará a partir de ahora a la dirección del grupo parlamentario aunque no se ha comunicado en qué puesto.
En discurso que ha ofrecido a los suyos y que los periodistas han podido seguir a través de una campaña, Rajoy les ha dejado claro que su “obligación” es ganar las próximas elecciones “con toda claridad”, para tener margen suficiente para poder gobernar sin ataduras y evitar “dar marcha atrás”. Para ello ha asegurado que va a implicarse mucho más en la vida diaria del PP y a presidir las reuniones de dirección, algo que hasta ahora ha hecho en contadas ocasiones y que recaía en Cospedal casi siempre.
El propósito de mejorar la comunicación deficiente también ha quedado claro: “Todos debemos salir más, hablar más, explicarnos y relacionarnos más, con humildad y sensibilidad pero con una firme defensa de nuestras convicciones”. A los barones derrotados que tienen prisa por celebrar congresos para tramitar su sucesión, les ha vuelto a pedir calma. “No me parece adecuado abrir proceso de congresos en toda España”, les ha dicho. Esperanza Aguirre, una de las que más prisa tiene por hacerlo, no ha acudido a la cita porque tenía un viaje fuera de España.