Rajoy no tiene prisa por sustituir a su sombra. El presidente del Gobierno lleva ya un mes sin jefe de gabinete y en Moncloa aseguran que “no hay prisa” para reemplazar a Jorge Moragas en el puesto principal de la 'fontanería' gubernamental. Moragas abandonó el cargo el 22 de diciembre para ocupar la plaza de embajador de España en la ONU, uno de los puestos más cotizados en la carrera diplomática. En la decisión, comunicada por sorpresa, muchos vieron el primer síntoma de que el presidente inicia el tiempo de descuento de su carrera.
La importancia de que el presidente del Gobierno se quede sin persona de referencia en la organización de su agenda no parece preocupar a su círculo íntimo: “El equipo funciona de manera engrasada sin necesidad de alguien al frente”, aseguran fuentes de Moncloa.
Jorge Moragas todavía no ha aterrizado en Nueva York. El embajador al que sustituye se mantendrá en el cargo hasta finales de enero, por lo que su entrada no se espera como inminente. “Lo normal es que el embajador saliente cubra un plazo de adaptación hasta la nueva incorporación”, aseguran fuentes de Exteriores.
Rajoy debe tomar una decisión. Y muchos esperan encontrar símbolos en el nombre escogido. José Luis Ayllón es quien parece contar con todas las cartas para hacerse con el puesto. Ayllón es un tradicional fontanero del PP, asociado a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría. En esa clave, la decisión del presidente tiene el peso de las lecturas que acompañen al nombramiento y a los contrapesos de poder que en el PP se articulan tradicionalmente entre Santamaría y Cospedal. La persona que finalmente sea elegida para el cargo dará la medida de si esos criterios clásicos de reparto de poder están o no actualizados.
El jefe de gabinete del presidente es una figura fundamental. Con Moragas en el cargo, Rajoy se lanzó a una agenda de reuniones internacionales en las que su 'sombra' le llevaba los papeles o le hacía de intérprete. La confianza entre el presidente y su jefe de gabinete llega al punto de que en ese empleado recaen, en ocasiones, las labores más oscuras para los historiadores: negociaciones, llamadas de madrugada, conversaciones off the record....
El ejemplo característico de lo que Rajoy le ha llegado a pedir a Moragas tiene su punto álgido en la tensión entre Moncloa y Catalunya. En el año 2012, y como desveló eldiario.es, Moragas escribió a Victoria Álvarez, exnovia de Jordi Pujol Ferrusola para animarla a explotar el caso Pujol. En aquellas conversaciones, Moragas llegó a asegurar: “Si dieses una entrevista y lo contases todo salvarías a España”.
Para Moragas el futuro le depara ahora labores mas agradables: la embajada ante la ONU es una de las plazas más deseadas en la carrera diplomática. Rajoy, sin embargo, parece no tener prisa en buscar sustituto. Un mes después de caminar sin escudero, en Moncloa aseguran que “no hay prisa” para un nombramiento que no se espera para antes de finales de enero.