El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha acudido al pleno del Congreso, que se celebra en el Senado por las obras en la Cámara Baja, empujado por el caso Bárcenas. Las continuas revelaciones sobre los supuestos cobros en dinero negro de alguno de sus dirigentes, el despido en “diferido” del extesorero del PP –ascendido por Rajoy– y la publicación de los SMS que intercambiaron hasta el presidente y Bárcenas hasta después de la publicación de los 'papeles' del extesorero han llevado a Rajoy a convocar una sesión extraordinaria este 1 de agosto.
“Le apoyé, creí en su inocencia y me equivoqué. Y este ha sido todo mi papel en esta historia”. El presidente del Gobierno y del PP ha reducido así su participación en el caso Bárcenas a un problema de ingenuidad y buena fe. Mariano Rajoy ha asegurado que creyó en la honradez de su tesorero hasta que el hallazgo de la fortuna en Suiza hizo que se le cayera la venda de los ojos.
En su opinión, las confesiones del extesorero son la defensa lógica de quien está imputado y miente para defenderse mientras la Justicia funciona sin ningún tipo de presión: “Ni se ha producido, ni se está produciendo ni se producirá ningún tipo de indicación, sugerencia o presión. Haremos todo lo que haga falta para contribuir a que la verdad se aclare cuanto antes”.