Un día después de las elecciones catalanas, Mariano Rajoy no ha variado su discurso un ápice. El presidente del Gobierno ha insistido en que está “abierto al diálogo”, pero ha mantenido que será imposible si no se respeta la línea roja de la unidad de España. Su interpretación de los resultados de este 27S se ha centrado en que, en número de votos, los catalanes no han respaldado la independencia. “La realidad de los hechos es que no llega a 4 de cada 10 catalanes los que han apostado por un programa rupturista”, ha dicho.
El presidente del Gobierno acaba de ofrecer una breve declaración institucional en Moncloa después de la cual ha aceptado un par de preguntas. En ningún momento de su discurso ha mencionado a Artur Mas. Más allá de reiterar que siempre ha estado dispuesto al diálogo y que continúa estándolo “siempre que sea dentro de la ley”, el jefe del Ejecutivo ha querido insistir en que “lo que no es posible legalmente tampoco ha obtenido el apoyo en las urnas”.
El presidente ha mantenido que la actitud de su gobierno con la Generalitat ha sido la de “apoyar desde el primer día a todos los catalanes”, que lo ha hecho “por lealtad institucional” y que así va a continuar. En ese punto, ha aprovechado para recordar que tuvo que crear el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y el sistema de pago a proveedores para que Cataluña, y otras comunidades autónomas“, pudiera hacer frente a sus problemas de financiación.
Rajoy ha pedido a quien conforme el próximo Govern a trabajar para “resolver los problemas reales” de los catalanes y a “trabajar para superar la fractura, la tensión y los enfrentamientos de los últimos años”. En su oferta de diálogo, no ha querido entrar en qué aspectos está dispuesto a ceder para hacer posible algún tipo de pacto. “Podemos tener algún acuerdo en algunos temas. En otros será más difícil”.