Espantada del Gobierno en el Congreso de los Diputados. Ni un solo ministro ha acudido este martes al Pleno que debatía, entre otras iniciativas, una propuesta del PP que solicitaba un Pacto de Estado en materia educativa. El plantón ha sido meditado para evitar tener que presenciar el turno concedido a todos los grupos como descargo y queja ante la negativa de Moncloa de someterse a control parlamentario.
Mientras el timbre del Congreso avisaba a los parlamentarios del inicio de las votaciones el secretario de estado de relaciones con las cortes explicaba en los pasillos: “Si los ministros no han venido ya, no creo que vengan”.
El Gobierno estaba llamado a una sesión de control al uso, con más de veinte preguntas. Durante una tensa reunión de la Junta de Portavoces, el PP ha informado de que ni Rajoy ni ninguno de sus ministros tenía pensado atender a las preguntas. Llegados a ese punto, se ha acordado que al finalizar el pleno de este martes se abriría un turno de queja para cada grupo parlamentario. El Gobierno no ha querido oír reproches y ha optado por no pisar el Congreso en toda la tarde.
Todos los grupos a excepción del PP han configurado un coro que, al unísono, ha criticado con dureza la decisión del presidente de evitarse el mal trago parlamentario. Cada frase, cada reproche se hacía más grave sobre la imagen de esa decena de sillones vacíos.
“Hoy el Gobierno no ha acudido a su puesto de trabajo y España se merece un Gobierno que se gane el sueldo”, señaló Albert Rivera. El portavoz de Ciudadanos fue especialmente duro con un PP al que enmarca en “una etapa de decadencia política que se acaba”. “Ya queda poquito”, dijo el de Ciudadanos. “Habrá un nuevo gobierno con gente que respete a los españoles”.
Pablo Iglesias comparó a Rajoy y a sus ministros con unos chavales que se saltan las clases del instituto y recordó el artículo de la Constitución que señala la obligación del Gobierno de someterse al control parlamentario: “Las cortes representan al pueblo. Los poderosos tienen mucho dinero, a veces en Panamá. La gente normal solo tiene las leyes”.
El portavoz socialista Antonio Hernando centró sus críticas en Rajoy y calificó la espantada como “un epitafio político a la carrera de una persona que se ha pasado la vida sin querer dar la cara” Según Hernando, el presidente del Gobierno “huye de sus fantasmas: Soria, Rato...”
Frente a todas esas críticas, el Partido Popular dejó en manos de José María Bermúdez de Castro la defensa del plantón. El diputado conservador acusó al resto de diputados de pretender “desgastar políticamente al Partido Popular”. Según el representante del PP, “lo inédito es que por primera vez en democracia se pretenda someter a un gobierno en funciones a control más allá de lo permitido por la ley”. Los diputados del PP se pusieron en pie para jalear sus palabras en un cerrado aplauso con el que finalizó el debate.