Escaño vacío durante horas y horas. El de Mariano Rajoy. Presidente del Gobierno. Jefe del Ejecutivo. Quien cuando ha visto que iba a perder su cargo en una moción de censura abandonó el puesto para el que fue elegido, su escaño, y pasó toda la tarde del jueves en un restaurante rodeado de sus personas más próximas.
Pero no en el Congreso. El mismo Congreso que le hizo presidente tras el 26J y que ahora le va a desalojar de La Moncloa por la corrupción que desborda al Partido Popular.
Rajoy ya llegó tarde el jueves por la mañana, pero este viernes ni siquiera ha hecho acto de presencia a primera hora. Su escaño ha seguido vacío desde las 9.00 hasta las 10.23 para hacer su última intervención como presidente.
El escaño vacío de Rajoy no es sólo una pataleta de mal perdedor, de quien está acostumbrado a salirse con la suya. Es un síntoma de su actitud ante la moción de censura: desprecio y deslegitimación. Y da pistas de la oposición que ejercerá el Partido Popular, que ya ha empezado este viernes por la mañana con las palabras de Rafael Hernando: “Sánchez va a ser presidente gracias a los amigos de Maduro, los enemigos que quieren romper España y los viejos amigos de la ETA”.
Eso es lo que le espera a la ciudadanía hasta que haya nuevas elecciones: escaños vacíos, desprecio a la Cámara legislativa cuando no vota lo que el PP quiere; y deslegitimación y criminalización de los rivales políticos.