El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, ha evitado este lunes pronunciarse de forma explícita sobre la posible modificación del estado de alarma que han solicitado algunos de los presidentes autonómicos de su misma formación política, por lo que no ha querido garantizar su apoyo si finalmente el Gobierno lo aprueba y lo lleva al Congreso para su ratificación. No obstante, tras conocerse el agravamiento de la pandemia con los datos ofrecidos este lunes por el Ministerio de Sanidad, el PP ha vuelto a pedir a última hora la dimisión de Salvador Illa al considerar que “no puede seguir ni un minuto más como ministro”.
“El PP apoyó al Gobierno hasta los 40.000 muertos, perdón por hablar con cifras así. Hasta los 40.000 fallecidos el PP votó a favor, tres veces, de la prórroga del estado de alarma. Y en la cuarta nos abstuvimos diciendo: nos abstenemos sabiendo que sale seguro, y tiene 15 días para hacer una modificación legal de dos artículos. No lo han hecho”, ha zanjado Casado, que ha pronunciado este lunes al mediodía una conferencia ante el Cercle d'Economia de Barcelona, una organización empresarial catalana.
En el difícil equilibrio que mantiene desde hace meses para tratar de defender a las comunidades autónomas gobernadas por el PP, que durante la pandemia han mostrado estrategias enfrentadas para hacer frente a la COVID-19, Casado ha querido no obstante defender por un lado la labor de Isabel Díaz Ayuso al frente de la Comunidad de Madrid, siendo una de las regiones más reticentes a aprobar restricciones para luchar contra el virus, y la de Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León, que pide endurecer las medidas y que aprobó la semana pasada adelantar el toque de queda a las 20.00, una decisión que ha sido recurrida por el Gobierno.
“De nada sirve enfrentar políticamente a las comunidades autonomas. De nada sirve que haya un enfrentamiento con una comunidad autónoma para que aplique un estado de alarma”, ha afirmado en alusión a Madrid, “y ahora sin embargo haya un enfrentamiento con una comunidad autónoma porque aplique restricciones horarias”. “Nos recuerdan al perro del hortelano, ni gobiernan ni dejan gobernar, ni se consigue frenar al virus, ni se deja que otros tomen las medidas para frenarlo”, ha concluido.
La lucha contra el “virus del populismo”
Durante la conferencia, Casado ha asegurado tener “la vacuna” frente “al virus del populismo” que, a su juicio, se está inoculando en España por parte del Gobierno, de la misma manera, según él, que ha sucedido en EEUU y que motivaron los disturbios en el Capitolio, por parte de seguidores de Donald Trump, el pasado 6 de enero.
“Lo ocurrido en Capitolio nos enseña a tomar conciencia de cuál es el lado correcto de la historia. Con el populismo no se puede pactar y mucho menos ser compañero de viaje porque al cruzar el río ese escorpión siempre acaba clavando su aguijón”, ha asegurado Casado. En su opinión, “el virus del populismo afecta a izquierda y derecha”. El líder del PP siempre ha equiparado, en ese sentido, a Unidas Podemos y a Vox. Pero según ha dicho este lunes, el PP tiene “una vacuna” frente a ese virus, que tiene que ver con “la acción política” en base a “unos principios”.
Su receta pasa por la defensa de la “libertad individual frente a los colectivismos”, la revindicación de la “propiedad privada” que para Casado está siendo “atacada por la okupación de viviendas”, la “libertad de mercado” frente a las “medidas proteccionistas” y el “Estado de Derecho”. “Sin ley e instituciones la democracia se transforma en la ley de la selva”, ha señalado el líder del PP ante parte del empresariado catalán.
Refiriéndose, en ese punto, a la situación política de Catalunya, Casado ha considerado que “no se puede invocar el diálogo para destruir el diálogo por antonomasia que fue el de la Constitución. No se puede pasar del estado de derecho al derecho de estado, porque al final se termina con un estado sin derecho”.