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El MAS recorre la obra de Enrique Gran en una exposición con obras inéditas
El Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander (MAS) recorre la trayectoria artística de Enrique Gran, a través de las obras que guarda en su colección, en una exposición que incluye más de una decena de pinturas inéditas pertenecientes a los años sesenta.
El MAS dedicó a Enrique Gran (Santander 1928-Madrid 1999) una amplia exposición retrospectiva en 1992 en la que se exhibieron obras procedentes de diferentes colecciones, tras un largo trabajo de inventario y catalogación, ha recordado el director del museo santanderino, Salvador Carretero.
La exposición que hoy se inaugura y que podrá visitarse hasta el 16 de febrero, se ciñe a los fondos propiedad del MAS, 23 pinturas, de las que más de la mitad no habían sido exhibidas antes.
“Agujeros blancos, Agujeros negros” es el título de esta revisión de la trayectoria artística de Gran, que reúne obras fechadas entre 1952 y 1981, representativas de todas sus etapas, excepto la última, conocida como la etapa blanca, de la que no hay muestras en la colección del MAS.
Para Salvador Carretero, comisario de la exposición junto a Isabel Portilla, Enrique Gran fue uno de los pocos artistas que se atrevió a experimentar con las vanguardias “en una época en la que los pintores oficialistas eran mayoría”.
Los primeros cuadros que se muestran pertenecen a su etapa inicial, cuando en la posguerra “rompe con el oficialismo imperante” y de la que el MAS conserva lienzos figurativos como el “Río de la Pila” y obras neocubistas como “Bodegón cubista”, de 1954.
Después empezó a experimentar con un “sórdido informalismo figurativo” en obras en las que Carretero ve la influencia de Pancho Cossío, que apadrinó su primera exposición en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en 1959.
En la muestra puede rastrearse además el impacto que tuvieron en la obra de Enrique Gran las pinturas negras de Goya, que tantas veces fue a contemplar al Museo del Prado, y la fascinación por la energía y la luz que siempre sintió, hasta el punto de que una de sus grandes aficiones era “destripar aparatos eléctricos”, ha apuntado el director del MAS.
La exposición también ilustra su paso de la figuración a la pintura abstracta, con composiciones plenamente informalistas, en la década de los sesenta, tras su participación en la Bienal de Venecia.
Según Begoña Merino, sobrina de Enrique Gran y presidenta de la Fundación que lleva su nombre, Antonio López afirmó en una ocasión que el artista santanderino pasaba del figurativo al abstracto “como Picasso, pero mejor”.
Gran y López aparecieron juntos en la película de Víctor Erice “El sol del membrillo”, que documenta el proceso creativo del pintor manchego y también la amistad que les unía a ambos.
Con motivo de la exposición que hoy se inaugura, el MAS proyectará en una de sus salas el documental “En brazos de la luz”, que el director Marcos Fernández Aldaco ha dedicado a Gran.
El próximo enero se cumplen quince años del fallecimiento del pintor, que murió en un incendio en su casa de Madrid, a los 70 años.
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