- Simona Levi, directora de teatro y gestora cultural, es uno de los rostros que han participado este martes en la presentación pública de la Red Ciudadana Partido X
Llevan nueve meses trabajando desde el anonimato, ¿qué han hecho en ese tiempo?
Hemos estado trabajando en la parte programática. Ya hemos elaborado la parte dedicada a soberanía y democracia y ahora estamos enmendando el plan de emergencia para la salida de la crisis, que es la parte económica. A continuación abriremos las partes más sectoriales como educación, vivienda o sanidad.
Al mismo tiempo, hemos estado saliendo del trabajo en red y llegando al territorio. Se han creado ya quince nodos locales. Eso ha supuesto también un trabajo muy profundo de preparación. Como ciudadanos, individuos que hemos decidido agregarnos al grupo sobre la base de un proyecto, estamos asumiendo un rol histórico que requiere de una preparación. Nos hemos preparado para actuar en un espacio que sabemos que constituye un campo de batalla hostil.
¿Y para eso era necesario no desvelar nombres?
Es uno de los motivos, aunque el principal era que queríamos dejar claro que lo importante aquí son las ideas, el trabajo, y no las personas. No se trata de crear figuras. Queremos que quede claro que somos ciudadanos y vamos a intentar que siga siendo así.
Pero ese anonimato ha dado lugar a críticas y dudas sobre el Partido X.
Sí, puede haber alejado a algunos, pero otros se han acercado. Los nodos territoriales se han creado a partir de esa gente anónima que entendía que el cambio del sistema empieza por uno. Se les ha convocado de forma individual en bares para encuentros a los que acudían unas 50 personas. Cada uno se acercaba solo y porque le interesaba. Allí han juzgado y han decidido si se sumaban o se iban. El anonimato ha sido útil en ese proceso. Nos ha permitido a todos ser iguales.
Superada ya esa etapa, en los últimos días se han conocido los nombres de algunas figuras que van a colaborar con la Red Ciudadana Partido X. Por ejemplo, Herve Falciani o Raúl Burillo. ¿Cuál va a ser su papel?
Queremos contar con gente competente. Gente que hable de lo que sabe y que nos ayude con su conocimiento. Ambos están colaborando ya en el borrador del plan de emergencia para salir de la crisis como garantes de lo que hemos llamado comisión ciudadana anticorrupción. Creemos que la lucha contra la corrupción y el fraude fiscal es un tema crucial y hemos querido empezar por ahí. Son gente muy comprometida y han entendido desde un principio la forma de trabajo en red.
De aquí a final de año pondremos en marcha comisiones parecidas sobre otras cuestiones a medida que elaboremos los programas sobre otras áreas. Queremos contar con el asesoramiento de personas competentes que nos ayuden a llevar a cabo nuestros objetivos.
Han presentado en sociedad el partido, están trabajando en el programa. Y en el horizonte, ¿las elecciones?
El horizonte es un cambio completo de costumbres sociales en nuestra democracia. Para ello seguramente se necesitará la herramienta de las elecciones. Debemos desalojar a quienes están ahora gobernando para unos pocos y poner a ciudadanos a trabajar para resolver la situación.
¿Y el primer test serán las europeas de mayo de 2014?
Son las primeras elecciones en el calendario. Habrá que plantearse qué hacemos ante esa oportunidad.
¿Y cuál será su programa de cara a esas elecciones?
La hoja de ruta en la que estamos trabajando tiene que ver con potenciar las herramientas de control democrático de los ciudadanos y encarar la emergencia económica con la mirada puesta en el bien común y no en los mercados financieros.
Hablan de cuestiones como wikigobierno, wikilegislación, tecnopolítica... ¿No puede crear eso una barrera ante un electorado que no esté acostumbrado a ciertas herramientas?
El mensaje está calando. Puede que la Red Ciudadana haya contado en un principio con personas más familiarizadas con estas cuestiones, pero el mensaje está llegando. Cuando la gente entiende que hay que buscar fórmulas nuevas de funcionar y ve que esas herramientas existen y funcionan frente a un modelo obsoleto, el mensaje llega.
Ustedes proponen un cambio hacia una democracia con mayor participación, en red, más abierta, más horizontal. Sin embargo, las teorías de redes hablan de la existencia siempre de una cierta 'élite impulsora' y, por tanto, de cierta verticalidad. ¿Cómo se hace eso compatible?
Ese análisis no es del todo correcto. Una red implica distribución de competencia y responsabilidad y no verticalidad. Sin embargo, todo grupo humano tiene diferentes variables de voluntad y capacidad de participación sin que eso implique que sea más o menos democrático. Nos han vendido la moto de que participar mucho es más democrático. Nosotros proponemos herramientas para participar bien.
Lo que buscamos es un mayor control sobre aquellos en los que hemos delegado porque tenemos que poner nuestra fuerza en otro lugar. La participación tiene que ser poca y de calidad, no mucha y que no lleve a ninguna parte. Por muchas asambleas que hagamos, si no tomamos decisiones, no vamos a ir a ningún lado. Necesitamos herramientas para que, cuando nos intenten colar un rescate bancario que rechazamos mayoritariamente, podamos bloquearlo. Esto no es participar más. Es participar con mayor calidad.
¿Cómo se traduce esa forma de trabajo a la organización interna de la Red Ciudadana Partido X? ¿Cómo funcionan dentro del partido esas herramientas de control y participación?
Nuestra forma de tomar decisiones se basa en la ponderación. Tenemos como criterios la implicación, la probada competencia, el reconocimiento de los pares, la antigüedad, el rigor en los objetivos comunes y el respeto por el método de trabajo. La toma de decisiones se basa en esto. Es algo que nos está yendo bien y nos está permitiendo crecer de forma robusta y democrática. Permite a cada uno elegir, según su voluntad, estar en un puesto u otro en esta red de competencias.
Entendemos que habrá gente que prefiera que las decisiones se tomen en asamblea, pero nosotros consideramos que este es el sistema que mejor nos funciona. Pensamos que los sistemas asamblearios son desesperantes y no consiguen la potencia que necesitamos en este momento. Sabemos que hay otras formas de organizarse y sabemos que pueden ser válidas. Es más, las diferentes formas deben poder ser complementarias. Nosotros podemos canalizar demandas de la sociedad civil nacidas de forma asamblearia. Tenemos el objetivo de hacer posible lo que la sociedad civil plantea y para ser operativos trabajamos en el formato de la red y sobre la base de hacer, de construir. No sobre los espacios de discusión.
Al Partido X se le ha colgado la etiqueta de 'partido del 15M'. ¿Cómo se sienten respecto a esa etiqueta?
Muchos de nosotros hemos estado muy involucrados en el origen en red del movimiento 15M y en ese sentido, no nos sentimos incómodos. Pero también hay integrantes del Partido X que sólo han visto el 15M por la tele. Somos muy transversales.
Nosotros no nos vamos a definir como partido del 15M, aunque seguramente seamos consecuencia de reflexiones alrededor de los déficits que ha podido tener el 15M. En cualquier caso, nosotros tenemos nuestra hoja de ruta.
A pesar de esa cierta cercanía al 15M, ustedes han superado el rechazo del 15M a los partidos y la entrada en las instituciones.
Sí y no. Nosotros en el Partido X también somos profundamente apartidistas. Es así. Estamos haciendo esto precisamente para barrer todo lo que se ha planteado hasta ahora sobre los partidos y su manera de funcionar.
Hay una parte del 15M, de la que me siento parte junto a otros compañeros, que ha llegado a la conclusión de que el único tope para lograr ciertas metas compartidas por la población son los partidos y la gente que nos gobierna. Con las asambleas y con las protestas teníamos contenido y consenso, pero no la posibilidad de llevarlo a la práctica. La de encarar la opción electoral es una conclusión muy pragmática y muy apartidista también.
Además de ese apartidismo, está el rechazo a definirse como una formación de izquierdas o de derechas.
Totalmente. Los puros, los ideológicamente puros, no se van a encontrar cómodos aquí.
¿Y no temen ser considerados un ejemplo de antipolítica?
La antipolítica es una categoría que emplean los tertulianos para hablar desde fuera de la realidad. Todo el mundo hace política y más en esta época tan dura. Todos estamos luchando por algo. Ser transversal no niega la existencia de las ideologías. Cada uno tiene la suya en su interior, pero bajamos a un terreno que pasa por un gran pacto de mínimos por los que luchar todos. No se niega la existencia de la ideología, sino que se establece un campo de juego en torno a unos mínimos. Unos mínimos que deben respetarse honradamente.
¿Y cuáles son esos mínimos?
El eje de nuestro programa: establecer una soberanía ciudadana real con capacidad de control y una salida de la crisis a favor de los ciudadanos y no de los intereses de unas élites. Esos son los mínimos alrededor de los cuales nos hemos reunido.