“¿Aznar? Me suena un poco el nombre, pero la cara ni idea”. “A mi algo sí, se lo voy a decir a mi abuelo”. Lucía, Blanca, Yaiza y unas amigas apuran refrescos y cervezas en una terraza delante del Teatro Real de Madrid. Ante el revuelo de periodistas preguntan qué evento hay. Tienen entre 17 y 18 años y no reconocen a la mayoría de rostros que acceden al edificio por la calle de Felipe V. El evento es el cumpleaños de quien fue presidente del Gobierno entre 1996 y 2004, José María Aznar, que reunió este sábado a familiares, amigos y excompañeros en una fiesta privada para festejar sus 70 años.
Entre los asistentes, casi toda la vieja guardia del Partido Popular que lo acompañó en sus ocho años en la Presidencia del Gobierno. Tras el homenajeado y sus familiares directos —su mujer, Ana Botella, y sus hijos y nietos— el exministro de Defensa Federico Trillo fue uno de los primeros en llegar. “¡Anda, el de ‘manda huevos’!”, se escuchó decir entonces a uno de los curiosos que se había parado ante la puerta de acceso, en uno de los laterales del Teatro. Éste sí, superaba ampliamente la cincuentena.
Eran casi las ocho y media de la noche. Durante la siguiente hora varios exministros, destacados miembros del PP, empresarios… fueron llegando a la fiesta, que tuvo lugar en una de las salas reservadas para la celebración de eventos privados.
El último en llegar, al filo de las nueve y media, fue el actual líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, al que acompañaba su pareja. “Yo vengo a un cumpleaños”, dijo al ser preguntado por su reciente comida con Pablo Casado a solo unos metros de allí esta semana. Casado, quien fue jefe de gabinete de Aznar tras dejar La Moncloa tampoco estuvo en el aniversario de su mentor. La del que hasta hace un año era líder del partido fue una de las grandes ausencias de la noche. Pero no la única. Tampoco estuvo su sucesor designado a dedo, Mariano Rajoy, con quien Aznar coincidió hace tres semanas en la XXVI Intermunicipal del PP en Valencia en una foto que el equipo de Feijóo vendió como la prueba de la pacificación del partido. Tampoco allí apareció Casado.
Feijóo, que venía de un mitin en Santiago de Compostela y que nunca se contó entre el ‘aznarismo’, dijo que su regalo para el expresidente era “una libreta”. “¿No viene Pedro Sánchez?”, le interpeló un periodista. “Es una buena pregunta”, respondió el jefe de la oposición mientras lograba subir el séptimo y último escalón y entrar casi corriendo en el teatro. Al cumpleaños no acudió Sánchez, pero tampoco los presidentes recientes del PP. En la fiesta de Aznar se citaron, principalmente, dirigentes cercanos al Aznar de 2023 y algunas viejas glorias con las que mantiene amistad y el requisito de no haber pasado por la cárcel.
Nueve exministros
Estuvieron exministros ya fuera de la primera línea como Ángel Acebes, Francisco Álvarez Cascos, Isabel Tocino, Ana Mato, Jaime Mayor Oreja, Esperanza Aguirre o José María Michavila. También acudieron, por separado, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida. Casi ninguno quiso hacer declaraciones. Tampoco Alberto Ruiz Gallardón, quien llegó a la alcaldía de Madrid (2003-2011) por petición de Aznar e incluyó a Botella en las listas. Ella acabó después siendo regidora entre 2011 y 2015.
A los que no se vio aparecer es a otros antiguos colaboradores de Aznar que también llevan tiempo fuera de la primera línea pero que no han dejado de copar titulares por su implicación en casos de corrupción. Por ejemplo, su todopoderoso vicepresidente, Rodrigo Rato. Ese símbolo del “milagro económico” que va de banquillo en banquillo y que acumula una condena por las tarjetas black —por la que ha estado en prisión— y tiene pendiente otra causa sobre el origen de su fortuna por presunta corrupción, blanqueo y delito fiscal.
Jaume Matas, que acompañó a Aznar como ministro de Medio Ambiente en su segunda legislatura, tampoco estuvo en la fiesta. El que fuera presidente de Baleares durante más de una década atesora hasta cuatro condenas en casos de corrupción. Pese a ello, Aznar reivindicó su figura política en su declaración como testigo en el juicio de la caja B del PP. “Fue un excelente ministro de Medio Ambiente, ganó las elecciones y fue un buen presidente de Baleares”, afirmó entonces.
Tampoco acudió otro de los grandes colaboradores de Aznar que está salpicado por los escándalos: Eduardo Zaplana. El que fuera presidente de la Generalitat Valenciana entre 1995 y 2002 y ministro de Trabajo se sentará en el banquillo por la presunta trama del 'caso Erial'. La Fiscalía le acusa de liderar una presunta organización criminal con un reparto de papeles perfectamente estructurado que movió hasta 20,6 millones de euros en mordidas desperdigadas en paraísos fiscales y pide para él 19 años de cárcel. También estuvo en prisión provisional por este caso.
El “gigante” Tamames
Esperanza Aguirre, que acudió con muletas, fue de las pocas que se paró a atender a los periodistas. Y lo hizo mostrando que sigue siendo un verso suelto. Al ser preguntada por la moción de censura que planea promover la extrema derecha de Vox con Ramón Tamames como candidato dijo que el exlíder del PCE no será elegido a pesar de que es “un gigante del pensamiento económico” y “hay muchos motivos para censurar a Pedro Sánchez”.
Aguirre acudió junto a su marido, Fernando Ramírez de Haro, que portaba una bolsa de una exclusiva tienda especializada en ropa de cachemira. Otros invitados cargaban paquetes de marcas de lujo como Loewe o Hermès, aunque ninguno quiso desvelar en qué obsequio había pensado para el expresidente.
Entre los asistentes no faltó Cayetana Álvarez de Toledo, una de las grandes representantes del ‘aznarismo’. Álvarez de Toledo fue uno de los fichajes estrella del equipo de Casado y a la que el propio Casado acabó defenestrando. Mantiene su escaño, pero desde su destitución como portavoz parlamentaria en el verano de 2020 sigue los debates desde la cuarta fila de la bancada del PP.
Al evento no sólo acudieron políticos. Se dieron cita también empresarios como Antonio Brufau, presidente de la petrolera Repsol; Rosauro Varo, vicepresidente de Prisa; o Manuel Pizarro, expresidente de Endesa y exdiputado del PP. También acudió Ignacio Astarloa, presidente del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid, o la exconsejera madrileña Lucía Figar.
La fiesta se alargó hasta bien pasada la medianoche. Los asistentes degustaron un copioso aperitivo, una crema y merluza, según confirmaron a la salida varios de ellos. De postre, una gran tarta. Y, después, unos “emotivos” discursos de los que nadie a la salida quiso soltar prenda.