ERC y Bildu tumban la reforma de la ley mordaza por no prohibir las pelotas de goma y las devoluciones en caliente
La reforma de la ley mordaza volverá a dormir en un cajón en lo que queda de legislatura y el Gobierno no podrá cumplir con una de las principales promesas de la coalición. Esquerra Republicana y EH Bildu han votado en contra del informe de la ponencia que este martes abordaba la Comisión de Interior en el Congreso, sobre el que los grupos llevan trabajando más de un año y medio, al entender que no “deroga los artículos más lesivos” y mantiene “intacto” el núcleo de la norma que aprobó en 2015 la mayoría absoluta de Mariano Rajoy para cercenar la protesta en las calles, que seguirá en vigor.
El texto se ha votado sobre las 12.30 de este martes, con un resultado de 19 votos en contra y 18 a favor, entre ellos los de los dos partidos del Gobierno, lo que ha impedido a la Comisión emitir dictamen del informe para enviarlo al Pleno del Congreso. Por los tiempos parlamentarios y la imposibilidad de un acuerdo parlamentario sobre este tema durante la larga tramitación de esta reforma, será ya imposible que la reforma se aborde durante lo que queda de legislatura.
El fracaso de esta norma llevaba semanas gestándose ante el inmovilismo de las posiciones de PSOE, Unidas Podemos y PNV por un lado y ERC y EH Bildu por el otro en cuatro puntos concretos: el uso de las pelotas de goma –que no regula esta norma–, las devoluciones en caliente, las multas por desobediencia y las faltas de respeto a la autoridad. Las dos formaciones del Gobierno han trasladado hasta ahora que el texto negociado hasta ahora ya anula los aspectos más lesivos, pero los socios parlamentarios nunca se han mostrado dispuestos a apoyar una reforma que no toque esos artículos.
Esta mañana, la portavoz de ERC en la Comisión, Maria Danta, y el de EH Bildu, Jon Iñarritu, han anunciado poco antes de la reunión su voto en contra de un texto que “maquilla” y no deroga la Ley de Seguridad Ciudadana del ministro del Interior con el PP Jorge Fernández Díaz. “ERC quiere derogar la ley mordaza, no lavarle la cara”, ha advertido Danta.
“Queda lejos del compromiso de derogación que asumimos hace ocho años las fuerzas políticas. El hecho de querer mantener los aspectos más lesivos de la mordaza de Rajoy hace que sea inasumible votar a favor de la propuesta. No queremos ser cómplices de una ley mordaza edulcorada”, ha dicho Iñarritu, cuyo grupo no comprende que no se aborden los artículos de faltas de respeto y desobediencia -los que más multas generan- o aspectos como las devoluciones en caliente o que no prohíba las pelotas de goma. “Si el Gobierno quiere mantener los abusos policiales a los que llaman dos o tres cosillas, que lo hagan pero no con nuestros votos”, ha insistido Danta. En paralelo, ambos grupos han aportado unas enmiendas transaccionales para tratar de alcanzar un acuerdo de última hora, pero el gesto ha sido más una declaración de intenciones que un movimiento con expectativas.
Mientras se daba el debate en la Comisión, el portavoz de Esquerra Republicana en el Congreso, Gabriel Rufián, elevaba el tono contra el PSOE en rueda de prensa y mostraba dos fotografías. En primer lugar, la de una de las devoluciones en caliente que se sucedieron en uno de los últimos intentos de salto a la valla de Melilla, y por otro lado, la imagen de una mujer sin un ojo a causa del impacto de una pelota de goma. “Ni esto ni esto desaparece con la propuesta del PSOE y de Unidas Podemos”, ha dicho Rufián mostrando las dos imágenes. “La reforma sigue permitiendo esto, devoluciones en caliente, decenas de muertos en la frontera como se vio este verano. Sigue permitiendo esto, sacar un ojo a la gente con pelotas de goma”, ha añadido el portavoz republicano para pedir a PSOE y a Unidas Podemos que den respuestas sobre por qué avalan una reforma que permite esto.
Poco después y una vez conocido el resultado de la votación, el portavoz socialista, Patxi López, ha lamentado que las “excusas” que a su juicio han puesto los socios para no aprobar el dictamen. Según ha dicho, una de esas excusas es el argumento que ha defendido Esquerra Republicana durante la negociación de que el uso de las pelotas de goma ya está prohibido en Catalunya y que según ha dicho no es cierto, simplemente hay una proposición que no tiene valor legal. Por otro lado, ha afirmado que las devoluciones en caliente deben reformarse en la Ley de Extranjería y no en este texto, aunque durante las negociaciones parlamentarias se llegó a plantear que en esta ley hubiera una mención con un plazo para abordar la prohibición de esta práctica sin óbice de que esa regulación se diese en otro texto.
En cualquier caso, la negociación de este texto estaba enconada en otros dos artículos, los que regulaban las sanciones por faltas de respeto a la autoridad y por desobediencia. López ha asegurado este martes que su partido no iba a “desproteger” o “desnudar” la autoridad de esos agentes que deben garantizar la autoridad, lo que a su juicio implicaba la redacción de los artículos que habían propuesto ERC y EH Bildu.
En el Consejo de Ministros, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha insistido en esta idea y ha acusado a los socios de “permitir” que la ley mordaza del PP siga en vigor. “Hemos observado que ERC y EH Bildu han impedido que esta reforma salga adelante, la no aceptación de estas enmiendas ha impedido sacar esta norma y que la norma del PP siga vigente”, ha dicho Rodríguez en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
El PSOE defiende que en toda la tramitación parlamentaria han hecho un importante trabajo de acercamiento y han mostrado generosidad, puesto que, apuntan en el partido, el texto ni siquiera ha salido de su grupo y han negociado la mayoría de enmiendas que plantearon al inicio de las negociaciones de la ley. Además, acusan a Esquerra de usar argumentos falsos a la hora, por ejemplo, de negociar la inclusión de las pelotas de goma en el texto. Sostienen que en Catalunya no están prohibidas y que el hecho de que la Generalitat no las use no significa que no lo puedan hacer en el futuro.
Aunque Unidas Podemos se ha alineado con los socialistas durante la tramitación de la reforma y ha defendido que el texto tal y como está ya se puede considerar que elimina los aspectos más problemáticos de la ley, ayer la formación que dirige Ione Belarra criticó la “absoluta negativa” de su socio de Gobierno a derogar esos cuatro puntos y abocar por tanto la reforma al fracaso. Fuentes del partido lamentaron que el PSOE, en lugar de retrasar la comisión para dar tiempo a negociar, decidiera “precipitarla para forzar la caída”.
Este martes, la ministra de Derechos Sociales ha insistido en sus críticas a los socialistas. “Cae en comisión la derogación de la ley mordaza. Me resulta incomprensible la cerrazón a negociar del PSOE. En la oposición se comprometió a derogarla completamente. El Gobierno de coalición no puede permitirse desperdiciar así el último año de legislatura”, ha lamentado en un mensaje de Twitter.
La posición en las últimas horas ha provocado una división de criterios en el grupo confederal al menos a la hora de distribuir las culpas. El ponente de la reforma, Enrique Santiago, ha considerado tras la votación que “ningún demócrata”, “nadie de izquierda” puede entender que no se haya producido un acuerdo. A continuación, ha añadido: “La derecha y la ultraderecha, con apoyos sorprendentes, han conseguido que no se apruebe”.
En rueda de prensa, el portavoz de UP en el Congreso, Pablo Echenique, ha considerado que es compatible defender, como ha hecho Santiago durante la negociación, que los avances habían sido significativos y acusar al mismo tiempo al PSOE de no haberse movido lo suficiente. “Enrique Santiago ha hecho un trabajo excepcional en la negociación y se lo quiero reconocer. La cantidad de avances que se han conseguido son muy importantes y nosotros de hecho vamos a votar a favor del dictamen porque valoramos muy positivamente los avances que se han conseguido”, ha dicho. Acto seguido, ha añadido que los dos partidos del Gobierno no tienen mayoría absoluta y por tanto, si faltan los votos de los socios, “hay que negociar y aceptar una parte de los planteamientos”.
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