Reporteros Sin Fronteras (RSF) denunció hoy en un comunicado la situación de “estado de sitio” que viven los periodistas en Marruecos, donde la prensa independiente está “asfixiada”, en particular si critican a la monarquía o los escándalos vinculados con miembros del Gobierno.
Esta advertencia tiene lugar en la víspera de la visita del presidente francés, François Hollande, a Marruecos.
RSF alertó de que los periodistas siguen estando sujetos a las mismas líneas rojas: el Islam, la integridad territorial de Marruecos -por la cuestión del Sáhara Occidental- y la monarquía.
Desde principios de año, la organización ha registrado numerosos “atropellos” contra los periodistas, sometidos a múltiples presiones y a menudo acusados de difamación o de “alegaciones falsas” cuando critican al Gobierno o a sus miembros.
Algunos -subrayó- llevan años en el punto de mira de las autoridades.
Un ejemplo es Ali Lmrabet, condenado en 2005 por difamación y a quien se le prohibió ejercer su profesión durante 10 años.
Lmrabet llevó a cabo una huelga de hambre de más de un mes, que inició a finales de junio ante la sede de la ONU en Ginebra, en protesta porque la administración marroquí se negó a restituirle su documentación, esencial para volver a trabajar.
El periodista, famoso por sus publicaciones satíricas, había sido condenado a tres años de prisión en 2003 por “ultraje a la Corona” y “atentados a la integridad territorial y al régimen monárquico”, detalló RSF.
La ONG también cita el caso de Ali Anouzla, acusado de “terrorismo” en 2013 por publicar un enlace que remitía a una publicación del diario español “El País” que mostraba un vídeo de Al Qaeda en el Magreb islámico.
Además el joven bloguero y reportero Mahmoud Al Haissan, de la cadena del Frente Polisario, fue detenido durante ocho meses y está procesado por cubrir las manifestaciones convocadas por los saharauis en El Aaiún, durante el Mundial de Brasil 2014, recordó RSF.
El director del diario Al-Akhbar, Niny Rachid, y el gerente de la página de actualidad Goud, Ahmed Najim, son otros profesionales de la información que se mencionan en el comunicado de RSF.
La censura y la presión del Gobierno de Rabat se dirige también contra la prensa extranjera -agrega Reporteros sin Fronteras-, que cita los casos de los corresponsales de “France 24” y “France Télévisions”, a los que se les acusa de “trabajar sin autorización” tras haber tratado de obtener los documentos pertinentes en vano.
Marruecos figura en el puesto 130 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa establecida por RSF en 2015.