Miguel Blesa fue condenado por la Audiencia Nacional a seis años de cárcel por el caso de las tarjetas Black y estaba a punto de sentarse en otro banquillo por los sobresueldos que estableció en Caja Madrid. La responsabilidad penal de esas causas y del resto de procesos en los que estaba inmerso se extingue con su muerte, pero la responsabilidad civil puede recaer sobre sus herederos. En el caso de los plásticos ascendía a cerca de 12 millones de euros a pagar junto al otro gran responsable, Rodrigo Rato.
El exbanquero ha sido encontrado en la mañana de este miércoles en una finca de Córdoba con un disparo en el pecho. Participaba en una cacería y, según fuentes policiales, se habría suicidado disparándose con un rifle. Blesa estaba a la espera de que el Tribunal Supremo decidiese sobre el recurso que interpuso a la condena por apropiación indebida.
El pasado 23 de febrero, la Audiencia Nacional sentenció que el expresidente de Caja Madrid era culpable de haber puesto en marcha un sistema opaco de retribuciones para los consejeros de la entidad. Él mismo usó su plástico para gastarse, por ejemplo, 76.000 euros en hoteles. La condena a seis años de cárcel implicaba su entrada en prisión, y así lo pidió el entonces fiscal del caso, Alejandro Luzón. Sin embargo, el tribunal decidió dejarle en libertad por su conducta “intachable” durante las sesiones del juicio y a la espera de lo que resolviese el Supremo.
Tras su fallecimiento, el alto tribunal puede continuar sus deliberaciones. Queda en manos de los abogados de Blesa decidir si retiran el recurso o esperan a que el Supremo se pronuncie. El banquero había centrado sus esfuerzos en anular la gran prueba del caso: una hoja de excel que contenía sus gastos y los del resto de 63 acusados.
En la otra gran causa que tiene abierta, por la subida de sueldos sin justificación para la cúpula de la caja, el proceso es más sencillo. El abogado de Blesa solicitará que se archive la causa contra su cliente, pero eso no supondrá el fin del proceso. En este caso, que está a la espera de que se fije fecha para el juicio, también se sienta en el banquillo ex director financiero de Caja Madrid Ildefonso Sánchez Barcoj, así que el juicio se celebrará con él como acusado. Misma situación para el caso de las preferentes, encallado desde hace años, y en el que las acusaciones contra Blesa se archivarán.
Se extingue entonces su responsabilidad penal, pero no la civil. En la sentencia de las tarjetas Black se condena al expresidente de Caja Madrid a pagar de manera solidaria junto a Rodrigo Rato de cerca de 12 millones de euros. Si el Supremo confirma esa sentencia, la deuda se integrará en la herencia del exbanquero. En el proceso de los sobresueldos, la responsabilidad civil que pide el fiscal para Blesa y Sánchez asciende a 8,5 millones de euros.
En ambos casos es necesario abrir la vía civil. La Ley de Enjuiciamiento Criminal señala que en caso de la muerte del culpable se acaba su responsabilidad penal, pero “subsiste la civil contra sus herederos”. Para ello se tiene que abrir otro proceso, este por la vía civil, en el que la sentencia contra el acusado fallecido sea la prueba. El proceso es más largo, pero asegura el resarcimiento del daño provocado.
Para esto será clave lo que ocurra con la herencia del exbanquero. A quien haya legado sus bienes también tendrá que hacerse cargo de sus deudas, incluidas las económicas que tiene con la Justicia. Por eso, sus herederos tendrán que valorar si les merece la pena aceptar la herencia o renuncian a ella ante el horizonte de verse con la obligación de pagar hasta 10 millones de euros.
Si sus herederos renuncian, queda una última vía. Se tasará la herencia de Blesa y se irán descontando sus deudas. Con el montante final, las acusaciones podrán reclamar que se utilice para pagar la responsabilidad civil por el uso de los plásticos o con las excesivas retribuciones durante su etapa al frente de Caja Madrid. Pero también cabe la posibilidad de que el resto de deudas se coman la herencia de Blesa y no quede nada para resarcir el daño.