Cádiz, 21 ene (EFE).- El rey Felipe VI ha visitado hoy en Cádiz el Instituto Hidrográfico de la Marina, el organismo del Ministerio de Defensa encargado de realizar y conservar la cartografía náutica nacional.
Tras visitar la sede de este Instituto de interés público nacional e internacional, cuya misión es velar por la seguridad de la navegación y contribuir al progreso de la ciencia náutica, el Rey se ha desplazado a la Base Naval de Rota para visitar el buque “Tofiño”, parte de la flotilla hidrográfica que se encarga de obtener directamente la información náutica.
Felipe VI ha recuperado así hoy una visita que tenía previsto haber realizado el pasado mes de marzo y que tuvo que cancelar debido a la declaración del primer estado de alarma para afrontar la pandemia del coronavirus.
Vestido con el uniforme de almirante de la Armada, el rey ha saludado a decenas de vecinos que le han recibido con aplausos a la entrada del edificio.
Durante la visita, en la que el rey ha saludado a autoridades civiles como la delegada del Gobierno en Andalucía, Sandra García, el vicepresidente del gobierno andaluz, Juan Marín, y la presidenta de la diputación provincial de Cádiz, Irene García, el monarca ha conocido con detalle el funcionamiento y trabajo de este Instituto.
Además ha visitado su biblioteca, su sala de impresión de mapas y su archivo, que alberga fondos cartográficos desde hace dos siglos y medio y algunas otras “joyas” anteriores, como una edición de 1530 de un libro del cartógrafo griego Ptolomeo.
El Instituto Hidrográfico de la Marina hunde sus raíces en la Casa de Contratación que los Reyes Católicos fundaron en el siglo XVI en Sevilla, desde donde se dirigió la colonización y el comercio con el Nuevo Mundo, donde se confeccionaron las primeras cartas completas de la Tierra. Fue también el primer organismo productor de cartografía náutica.
A esta “primera universidad náutica”, como se la considera, sucedieron distintos organismos hasta que en 1943 se creó el actual Instituto Hidrográfico de la Marina, con sede en Cádiz.
El Instituto Hidrográfico de la Marina cuenta en la actualidad con una flotilla de siete unidades propias.
Entre ellas están dos buques de clase Malaspina, el “Malaspina” y el “Tofiño”, que acaba de regresar de una campaña por Canarias y ha sido visitado hoy por el rey en la Base Naval de Rota, donde está atracado.
Además tiene un buque de clase castor, el “Antares”, dos lanchas hidrográficas transportables, una lancha hidrográfica destacable y una zodiac.
Aunque estas naves, las más destacadas de los años 70, están actualizadas con equipamientos de última tecnología, están en su último ciclo de vida, por lo que está en estudio un programa para su renovación.
Este programa prevé que la flotilla del Instituto esté integrada por un buque de investigación oceánico con capacidad polar, dos buques hidrográficos costeros y cinco lanchas hidrográficas desplegables.
Además de la formación de todo el personal hidrográfico de la Armada, el Instituto se encarga de recoger datos, procesar información y producir y difundir la cartografía nacional oficial.
Para ello, sus buques y lanchas realizan dos campañas al año.
El “Malaspina” y el “Tofiño”, con unos 50 tripulantes, pasan una media de cien días al año en estas campañas, siguiendo las rutas marcadas dentro de un plan por el que la cartografía se actualiza de forma continua.
Estos buques están dotados de sondas multihaz capaces de explorar los fondos marinos a través de ondas de sonido.
Esta información, una vez procesada y validada, se une a la que aportan otras fuentes, como vuelos sobre la línea de costa, para construir las cartas náuticas y mantenerlas actualizadas con datos también aportados por instituciones como el Instituto Oceanográfico Español o Puertos del Estado, entre otras muchas.
Además de la cartografía de aguas y costas españolas, el IHM participa en otros proyectos hidrográficos, como los que realiza en las bases españolas de la Antártida “Juan Carlos I” y “Gabriel de Castilla”.
También se ocupa del levantamiento hidrográfico de la Zona Económica Exclusiva de España, que comprende las 200 millas desde la costa en las que el país tiene derechos exclusivos de explotación de recursos.