Rosa María Artal (Zaragoza, 1949) es periodista, escritora y ha sido columnista de eldiario.es. Ahora, además, es la número dos por Zaragoza de Unidos Podemos para el 26J. Su salto a la política se ha producido después de que Podemos anunciara que el exJemad Julio Rodríguez, que ocupó este puesto en los comicios del 20D, encabezará la candidatura por Almería.
¿Por qué da ahora el salto a la política?
Porque me pareció necesario. Imprescindible. Están yendo las cosas tan mal, es tan insostenible lo que ocurre... Jamás me lo había planteado antes, aunque tuve alguna oportunidad en el pasado. Pero he pensado que ahora sí que se podía hacer algo. Además, tengo un enorme desencanto con el periodismo, mi profesión: pienso que, salvo contadas excepciones, no está cumpliendo con su labor. La desinformación está haciendo muchísimo daño a la sociedad, y he querido probar otro camino.
Cualquier otro partido habría sido más cómodo. Pero también me están diciendo unas cosas que te obligan a seguir, y cinco millones de votantes más otro te han votado... El cabeza de lista, Pedro Arrojo, es un tipo extraordinario y no tienen dinero casi para nada. Es otro mundo. Es un poco como debería ser la política, sobre todo si lo comparas con los viajes de Albert Rivera o el PP, que parece inmune a todo porque no le pasa factura nada.
¿Cómo fue la oferta?
Me llamó Pablo Echenique [secretario de Organización de Podemos], y de entrada le dije que no. Mi ambición no es política, sino de servicio. Echenique es una persona muy hábil, dialogante. Es estupendo. Al final me decidí el sábado pasado. Aquel día nos desayunamos por la mañana con la noticia de una multa a una periodista de Catalunya Radio [Mercè Alcocer] en aplicación de la ley mordaza por hacer bien su trabajo de preguntar a Jordi Pujol en la Audiencia Nacional. Si todo esto está pasando con un Gobierno en funciones, me aterra qué puede pasar con otros cuatro años más de este gobierno. Confío en que ahora los votos den para que cuaje otro Gobierno.
Se tiene que multiplicar mucho, porque aquí hay pocos medios: no financiarse por los bancos, que son los que financian a los partidos, es complicado.
¿Y por qué Podemos?
Es el único que puede aportar ese cambio, solo o con otros. Una coalición de izquierdas es lo único que puede traer un cambio: el PP está provocando una degradación de la sociedad española, que está tragando lo que ninguna. Ciudadanos es la misma derecha y lo último de Albert Rivera con que la dictadura es un periodo de placidez es escandaloso. En la economía se está demostrando que el austericidio está acabando con Europa.
Un par de días antes de las elecciones, el Reino Unido se puede marchar [el 23 de junio se celebra el referéndum sobre la salida de la UE], y están cediendo mucho para que se queden, cuando han apretado a Grecia. Se sale de la lógica. Lo de Grecia fue un castigo. Se están cargando la UE y la solución no es esa: también Europa se puede salvar con políticas de izquierdas.
El caso de Grecia ha demostrado que un solo país no puede cambiar las políticas de la UE: al final Alexis Tsipras ha tenido que aceptar memorandos de recortes.
Lo de Grecia fue un castigo ejemplar, el hundimiento lo hicieron Nueva Democracia y Pasok. Y, luego, la UE decide si sacude o la salva. Y decidió hundirla. España, por el contrario, es demasiado grande para caer. Entre Portugal, Francia, el movimiento de Varufakis... Seguir igual es lo que realmente da miedo. Al dar este paso, estoy viendo las grandes esperanzas que se suscita en la gente y también preciosas adhesiones. Hay mucha gente que se da cuenta de que este no es el camino. Lo que no se puede es seguir así.
¿Qué inconvenientes está viendo del paso a la política?
Fundamentalmente mis sospechas de que el acoso a Podemos se salía de toda lógica. Se ha comprobado no sólo por lo que habéis publicado de Ausbanc, sino que lo estoy comprobando. Es como si estuvieras en libertad vigilada. Desde el primer momento, hubo gente, aunque minoritaria, que salió inventándose tuits, haciendo corta y pega de cosas que había escrito, troceando frases... Es gente que vuelca su frustración con ira, y había periodistas incluso que me tenían ganas. Me parece muy triste, el hecho de que haya un acoso así indica que algo falla en la democracia, y una sociedad decente debía ser consciente. Se les está volviendo un poco en contra porque llevo años en Twitter, he escrito miles de artículos en el blog, libros, y la gente me conoce, y saben que esa caricatura es mentira, que no me reconocen ahí y están viendo que es la táctica que tienen. Esto te da idea de cómo es todo lo demás. Sigo pensando que es insostenible.
Usted es muy crítica con la profesión periodística. ¿Por qué?
Por que nunca había visto esto de ocultar noticias tan masivamente. Lo que no les conviene, no lo cuentan. Y luego, la manipulación. En este momento, el juego político está basado en la mentira y en el miedo. Con la mentira los ciudadanos no son conscientes de la realidad. Y luego, el miedo: me habla gente en la calle, y me dicen que tienen miedo, pero no lo tienen porque les hayan mentido o porque vengan 8.000 millones más de recortes o porque hayan vaciado la hucha de las pensiones. Todo eso parece que les da menos miedo. Estoy viendo que la política cada vez es más emocional. Si Podemos suscita reacciones emocionales, también pasa con el resto. La manipulación que están haciendo con Venezuela es de una desproporción tan grande, cuando han dado un seudogolpe en Brasil y fíjate cómo está Mexico. Los problemas tan graves que tenemos deberían resolverse de una forma racional más que emocional. Yo voy a intentar hacerlo.
¿Y qué puede aportar Rosa María Artal?
Entiendo que me han hecho el ofrecimiento por la imagen de independencia que doy, que es lo que se intentan cargar otros. Nadie me ha dicho que haga una cosa distinta a lo que hago. Y también por haber estado en el 15M, haber participado en el libro Reacciona, por ser sociedad civil...
Una de las novedades de las nuevas elecciones es la alianza entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón.
Ese ha sido otro de los factores, que han sido capaces de unirse. Era cuestión de intentar sumar, que vaya más gente. Hace falta aún más gente. Esa unión es lo que indica que se va por un camino más pragmático y que puede ser el camino.
Fíjate lo que hay enfrente, una maquinaria mediática que no sé si dejarán hacer nada. Hay gente que no sabe lo que pasa: entre lo que no se cuenta y lo que está manipulado. El 70% de la población se informa por la televisión y se privan de muchas cosas. Una de las cosas es lo de la jueza Rosell. En qué país pasa que le estén fabricando pruebas y no se pare para ver qué pasa. Y lo de Ausbanc: durante más de 20 años ha habido gente implicada sin saber nada, y te abren el telediario con Venezuela.
Lo veo muy crudo: es un momento clave, el de avalar todas las barbaridades que se han hecho y están haciendo o dar un giro, y yo creo que el giro a mejor se puede dar. Con un poquito bastaría, yo creo que el PSOE también debe colaborar, aunque su tendencia es a facilitar la gran coalición.