El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, avisó este viernes a su partido y a los coordinadores electorales de las europeas que teme una campaña sucia del Partido Popular ahora que ya no tiene caja B para afrontar los próximos comicios.
La denuncia la hizo en la conferencia de prensa y en la reunión con los dirigentes territoriales del partido y, para ello, puso como ejemplo lo que denominó la “filtración” del supuesto escándalo de los cursos de formación en Andalucía.
Rubalcaba explicó que, cuando todos los medios daban la misma información, esta procedía de la misma fuente que, en su opinión, utilizó tres palabras para agrandar la noticia que luego, según dijo, se ha convertido en falsa. “Hablaron de fraude masivo, de 2.000 millones de euros y de Andalucía. Ni es un fraude masivo, sólo afecta a algunas empresas; ni es de 2.000 millones, sino de dos; y sólo se está investigando presuntos casos en Málaga, como también ocurre en Madrid”.
El líder del PSOE indicó que su partido no va a consentir un ataque a Andalucía, “porque todo era una mentira para ensuciar a los andaluces y a su Gobierno, y con una clara intención de hacerlo antes de las elecciones”, afirmó.
Para Rubalcaba, la única explicación que tienen estos hechos es que el PP se va a enfrentar a las primeras elecciones sólo con “caja A” y, por ello, ha empezado a “ensuciarlas” en Andalucía.
En la reunión, el líder del PSOE apremió a su partido a hacer todo lo contrario, “una campaña limpia, de propuestas y austera”, y dijo que aceptaría el reto del PP de contestar qué pasaría si ganasen los socialistas, lo que dio por hecho.
Además, no le faltaron dardos contra el candidato del PP, Miguel Arias Cañete. Afirmó que no le parece bien que siga de ministro, y recordó que él y Mariano Rajoy abandonaron el Ejecutivo cuando fueron designados candidatos. “Pero, lo que ya me parece fatal, es que sea ministro para inaugurar y no para dar explicaciones en el Parlamento”. E ironizó con la habilidad de Cañete para hacer compatible estar en el Consejo de Ministros y ser un poderoso empresario.
El resto de temas espinosos, Rubalcaba los toreó a su estilo. Lo de Cataluña lo dejó pasar, no quiso contestar por qué la candidata socialista considera que aunque ganase Felipe González o él mismo en unas primarias sería una renovación y eludió precisar la participación en campaña de los posibles aspirantes a ser candidatos del PSOE en las próximas elecciones generales. “No quiero hablar de otros, pero en esta campaña en el PSOE participarán todos”; dijo, en clara referencia a la exclusión de José María Aznar en las filas del PP.
Finalmente, Rubalcaba se esforzó en combatir el mensaje de que PSOE y PP son lo mismo, lo que consideró injusto y falso. “No es razonable decir eso”, afirmó, “cuando el partido que ahora gobierna se dedica a destruir todo lo que hizo el que antes gobernaba”.
Añadió que las personas que se manifiestas en la calle por una Sanidad o una Educación públicas, son las que defienden el modelo que creó el PSOE y que ha destruido el PP. Y no faltó una toque a Izquierda Unida: “El único partido que gobierna con la derecha en Extremadura, que votan todo igual, que no vengan a darnos lecciones”. Rubalcaba, en estado puro.