La ruptura entre Iglesias y Errejón abre la mayor crisis en Podemos a cuatro meses de las elecciones

Podemos ha celebrado su quinto aniversario de vida de la peor manera posible. Los que fueran sus principales referentes desde su presentación en el Teatro del Barrio de Madrid el 17 de enero de 2014, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, han protagonizado el que puede ser su último enfrentamiento interno. Una ruptura que tiene su epicentro en Madrid, pero cuyas consecuencias amenazan con contagiar al espacio político en toda España a cuatro meses de unas elecciones fundamentales que decidirán los gobiernos autonómicos, municipales y la representación española en el Parlamento Europeo, la institución en la que debutó Podemos con cinco representantes para sorpresa de un país entero.

El anuncio de Íñigo Errejón, unilateral y por sorpresa, de que se integraba en la plataforma de Manuela Carmena Más Madrid para formar un tándem no solo político, sino también orgánico, de cara a las elecciones municipales y autonómicas del próximo 26 de mayo ha terminado de romper los puentes con el secretario general.

Al menos así lo aseguran en la dirección del partido. “Podemos no tiene nada que negociar con Íñigo Errejón. Con su decisión, se sitúa fuera del partido”, explican a eldiario.es. El propio Iglesias lo dejaba claro en una carta remitida a los inscritos del partido que él mismo leyó en formato vídeo para que pudiera llegar con su voz a todos los medios de comunicación: “Deseo suerte a Íñigo en la construcción de su nuevo partido con Manuela, pero Podemos tiene la hoja de ruta que marcaron los inscritos”.

El líder del partido añadía en la misiva: “Estamos dispuestos a hacernos a un lado y a no presentarnos a las elecciones municipales en Madrid”. Pero dejaba claro que Errejón sí tendrá rival en las urnas con las siglas de Podemos: “En la Comunidad de Madrid y en todos los demás municipios de nuestro país, Podemos saldrá a ganar, construyendo con Izquierda Unida y con el resto de aliados Unidos Podemos y candidaturas municipalistas de unidad”.

La tesis de Iglesias era ratificada por el líder de IU, Alberto Garzón, que señalaba en Twitter su intención de respetar el acuerdo alcanzado el año pasado entre ambas organizaciones.

Ocho horas de espera

En la otra orilla, sin embargo, todavía confían en que hay margen para una negociación que reconduzca la crisis. Íñigo Errejón no tiene intención de irse del partido que, hace cinco años, ayudó a fundar.

Con unas tesis políticas siempre disputadas en el seno de Podemos, el entorno del candidato sostiene que no se va a ir y que si la dirección quiere que eso ocurra, tendrán que echarlo, como ya ocurrió con Rita Maestre y los otros cinco concejales que el partido tenía en el Ayuntamiento de Madrid.

“Nos encontramos ante un momento decisivo, Andalucía ha sido un toque de atención. Hoy todo el mundo sabe que necesitamos un revulsivo”, apuntaban en su carta de presentación del tándem, Carmena y Errejón.

En declaraciones a la cadena Ser pasadas las diez de la noche del jueves, Errejón defendía que su decisión no podía coger a nadie por sorpresa ya que la había defendido en público y en privado en múltiples ocasiones: “Prefiero rebajar el nivel de drama y ponerse de acuerdo en lo importante. Queríamos concurrir con IU, Equo y ahora con Carmena, ¿eso debilita o fortalece? No creo que eso me coloque fuera de Podemos”.

Errejón se mostró “convencido” de que habrá una sola candidatura para revalidar la alcaldía “con Podemos”, pese a que Iglesias se ha mostrado dispuesto a hacerse “a un lado” y no presentarse como partido a las municipales. Y también una “candidatura que va a ganar la Comunidad de Madrid” porque, a su juicio, “eso es lo que tiene más capacidad de ganar y más inquieta al PP, Ciudadanos y Vox”.

Desde la dirección estatal de Podemos, sin embargo, niegan taxativamente esta opción. Fuentes consultadas por eldiario.es aseguran: “Nosotros nos vamos a presentar como Unidos Podemos y ellos como Más Madrid”

Entre el anuncio conjunto de Errejón y Carmena y la respuesta de Pablo Iglesias pasaron ocho horas. Un tiempo en el que la dirección mantuvo el silencio, mientras se propagaban los rumores y crecían los nervios entre dirigentes y personas de Podemos o próximas al partido.

Algunos de ellos intentaron intermediar, pero la ruptura era irreversible. Iglesias puso fin al suspense en su carta: “En política hay que estar acostumbrado a este tipo de maniobras, incluso si vienen de compañeros, pero reconozco que me he quedado tocado y triste. No doy crédito a que Manuela e Íñigo nos hayan ocultado que preparaban lanzar un proyecto electoral propio para la Comunidad de Madrid y que lo hayan anunciado por sorpresa”.

Negociación de Presupuestos y elecciones en mayo

La crisis de Podemos no es la primera. Ni siquiera la primera que enfrenta a Iglesias y Errejón en Madrid. Pero el terremoto de este 17 de enero llega en un momento muy delicado y cuando el partido acumula ya muchas batallas internas y su núcleo fundador ha saltado por los aires.

Podemos, junto al resto de aliados en el grupo en el Congreso, negocia en estos momentos con el Gobierno de Pedro Sánchez modificaciones en los Presupuestos Generales para este 2019 que, hoy por hoy, no cuentan con el apoyo de los 67 diputados del grupo confederal, tal y como explicó en eldiario.es Irene Montero en una entrevista esta misma semana.

Está por ver la influencia que puede tener la crisis abierta en el seno de Podemos en la negociación e hipotética aprobación de los Presupuestos, que dependen además del voto favorable de los partidos catalanes. Y también cuál será la repercusión de lo ocurrido en Madrid a nivel estatal.

Podemos está inmerso en las primarias para elegir sus candidaturas para las elecciones municipales de mayo, en las que tiene como principal objetivo revalidar, al menos, los principales triunfos de 2015. Las listas de las autonómicas y de las europeas, que coincidirán en el tiempo con las locales, ya están definidas.

En el partido son conscientes de que las disputas internas afectan a sus resultados electorales y hay quien teme que, apenas a cuatro meses de los comicios y con el adelanto de las generales siempre en el aire, la ruptura definitiva entre Iglesias y Errejón se cierne como una amenaza sobre todo el llamado espacio del cambio.