Madrid, 2 jun (EFE).- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viajará este jueves a Trípoli para respaldar con la reapertura de la embajada de España el proceso de transición y reconstrucción de Libia, una etapa que representa una oportunidad de inversión para las empresas españolas.
Por este motivo, Sánchez, que estará acompañado por la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, viajará a Libia junto a un grupo de empresarios que representan a sectores que se considera que tienen un gran potencial en esta nueva fase del país.
Con motivo de su visita, el jefe del Ejecutivo ha escrito un artículo en La Vanguardia en el que avanza la reapertura de la embajada de España en Trípoli, que operaba desde 2014 en Túnez debido a la situación que atravesaba Libia.
Subraya Sánchez que esta reapertura es una señal clara de confianza y apoyo a la estabilización de Libia en un momento trascendental para el futuro del país y en el que considera imprescindible el apoyo de la comunidad internacional para consolidar la paz y completar el proceso de unificación.
El jefe del Ejecutivo detalla que habrá efectivos españoles en el mecanismo de verificación del alto el fuego aprobado en abril por el Consejo de Seguridad de la ONU y seguirá colaborando en labores de desminado.
Sánchez defiende unas elecciones libres e imparciales (está previsto que se celebren en diciembre) y subraya que son los libios quienes han de decidir su futuro sin injerencias extranjeras.
Ante la nueva etapa, afirma que España tiene mucho que aportar, tanto su experiencia en la transición a la democracia como la capacidad de empresas en sectores claves para la transformación y diversificación económica del país.
Sánchez recuerda que Repsol es la principal firma española que opera en Libia y una de las más importantes en la extracción de su producción petrolífera, pero precisa que hay otros sectores con potencial presencia de compañías de España como las infraestructuras, la construcción, la salud o las energías renovables.
Asimismo, el presidente del Gobierno apela a la vocación mediterránea española para asegurar que defenderá más respaldo de la UE a Libia colaborando en el ámbito de la seguridad (resalta la necesidad de estabilidad en el Sahel), la migración, el progreso económico y social y la agenda de sostenibilidad.
Moncloa ha informado de que Sánchez viajará a Libia junto a representantes de ocho empresas españolas: Repsol, Indra, Navantia, Aertec, Triarena, Idom, Instituto IMO y HM Hospitales.
Tras una reunión en Trípoli con el primer ministro del Gobierno de Unidad Nacional, Abdelhamid Dbeibah, ambos participarán en un encuentro con los empresarios para analizar la cooperación y el papel que pueden desempeñar en la reconstrucción y desarrollo de Libia.
Después se firmarán varios memorandos de entendimiento entre los dos países y habrá una declaración institucional de los dos jefes de Gobierno.
Será a continuación cuando Sánchez presidirá el acto de reapertura de la embajada en Trípoli, y con posterioridad se reunirá con el presidente del Consejo Presidencial, Mohamed al Menfi.
Sánchez será el tercer presidente del Gobierno español que visite Libia después de que José María Aznar lo hiciera en 2003 y José Luis Rodríguez Zapatero en dos ocasiones en 2010, aunque la segunda con motivo de una cumbre UE-África.
Tanto Aznar como Zapatero mantuvieron sendas reuniones con el entonces presidente libio, Muamar el Gadafi, y Sánchez será el primer jefe del Ejecutivo que visite el país en la etapa posterior al coronel.
También será de los primeros líderes europeo después de que el pasado 17 de mayo la delegación de la UE reabriera sus puertas en Trípoli tras más de un lustro cerradas por la guerra civil que desde 2014 ha sufrido el país y que ha provocado unas 10.000 víctimas mortales.
Tras la caída y muerte del coronel Muamar el Gadafi en 2011, hubo una sucesión de acontecimientos que llevaron a la división de Libia, con dos parlamentos, dos gobiernos y sus respectivas milicias enfrentadas y controlando diversas parte del territorio nacional.
Los dos ejecutivos enfrentados (el sostenido por la ONU en Trípoli y el no reconocido y tutelado por el mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte del este del país) aceptaron una tregua propuesta por Turquía y Rusia y el pasado mes de marzo se respaldó el nuevo Gobierno Nacional de Unidad (GNU).