Pedro Sánchez ha aprovechado la cumbre de la OTAN en la que los aliados se han comprometido, entre otras cosas, a aumentar los fondos destinados a la alianza para poner un calendario al incremento del gasto militar: la pretensión de España será llegar al 2% del PIB comprometido en 2029. La hoja de ruta se fía para largo y trasciende incluso al actual bipartito, por lo que el socialista ha planteado una suerte de Pacto de Estado: “Espero que podamos llegar a un acuerdo de país que trascienda a las cuestiones ideológicas”. Por eso ha pedido una “reflexión” a Unidas Podemos en el que ha usado como argumento el “cambio tectónico” que ha supuesto la invasión rusa de Ucrania y ha puesto como ejemplo la modificación de la tradicional “neutralidad” de países como Suecia o Finlandia, que formarán parte de la alianza atlántica tras superar el veto de Turquía. Contento con el resultado que ha tenido para España la cita en Madrid, el presidente también se ha mostrado confiado en recibir el respaldo de su socio minoritario para la aprobación del aumento de la presencia de EEUU en la base militar de Rota, a pesar de que Unidas Podemos ha expresado su rechazo tanto a la llegada de dos nuevos destructores como al incremento del gasto en Defensa.
“La seguridad es una condición indispensable para garantizar el modelo de convivencia. No podemos darla por garantizarla, debemos protegerla cada día y dedicar recursos”, ha expresado el presidente en la rueda de prensa de balance de la cumbre en la que ha asegurado que España cumplirá con el compromiso alcanzado en 2014 de llegar al 2% de gasto militar, pero que lo hará dentro de ocho años. Aún así, ha señalado que “el Gobierno trabaja ya” para que el aumento se vea reflejado en los próximos Presupuestos Generales del Estado. No obstante, ,no ha precisado de cuánto sería la subida prevista para el próximo ejercicio, que es el último para el actual Gobierno de coalición antes de las elecciones generales.
Unidas Podemos y el resto de fuerzas de izquierdas han mostrado su rechazo a esa intención de Sánchez. La ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, aspira a “convencer” al PSOE de que “lo que necesita España son más médicos y profesores y no más armas”, informa Iñigo Aduriz. Sin embargo, el ala socialista del Gobierno considera que todo es compatible y, por encima de eso, sostiene que es un compromiso alcanzado con la alianza atlántica y también en el seno de la UE que se ha revelado imprescindible ante la invasión rusa de Ucrania. Por eso Sánchez ha pedido una “reflexión” a su socio minoritario del que ha dicho que hasta ahora podía tener una “posición abstracta” sobre lo que significa el gasto militar o la pertenencia a la OTAN.
Pero antes de la votación de los presupuestos se producirá la del ingreso de Suecia y Finlandia en la alianza atlántica. Tras aceptarse formalmente en Bruselas previsiblemente el 5 de julio, la decisión tiene que pasar por los 30 parlamentos de los estados miembros de la OTAN. Moncloa tiene la intención de ser de los primeros países en ratificar el ingreso y será la primera ocasión para ver las costuras de la coalición respecto a la ampliación de la alianza atlántica. La siguiente será probablemente la de los presupuestos, aunque el Gobierno ya ha dejado claro que no los llevará al Congreso si no tiene antes garantizados los apoyos. Este proyecto es el más complicado para Sánchez con la crisis con ERC y en un año preelectoral.
Aunque el presidente ha dicho que espera llevar “pronto” al Consejo de Ministros la modificación del convenio sellado con EEUU en 1988 para ampliar la presencia militar en la base de Rota, fuentes gubernamentales sostienen que aún tardará algún tiempo. Primero la Administración de Joe Biden tiene que enviar la propuesta formal de su intención de atracar allí dos nuevos buques destructores. Posteriormente el Gobierno tiene que ampliar ese convenio y llevarlo al Parlamento. Unidas Podemos también ha dejado claro su rechazo a ese aumento militar en Rota y Belarra ha asegurado que tratará de “convencer” al PSOE para que rectifique. Sánchez se ha limitado a contestar con un escueto “sí” a la pregunta de si confía con tener el respaldo de sus aliados.
Sin embargo, está garantizado que saldrá adelante porque el PP ha manifestado su posición favorable. La ministra de Defensa, Margarita Robles, telefoneó al vicesecretario y eurodiputado, Esteban González Pons, para darle información sobre el acuerdo alcanzado con Biden. No obstante, la intención de Alberto Núñez Feijóo es incidir en la brecha que este asunto provoca en la coalición y ha supeditado el apoyo del PP al aumento de gasto en Defensa que ha suscrito Sánchez con la OTAN a que haya una propuesta del Gobierno “en su totalidad”, informa Aitor Riveiro.
Más allá de las discrepancias que este tema suscita en el seno de la coalición, Sánchez ha salido eufórico de la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid y que el secretario general, Jens Stoltenber, ha calificado de “excelente, impecable y perfecta” en su organización. El presidente ha asegurado que se han cumplido todos los objetivos que llevaba España para el nuevo concepto estratégico que servirá como base de funcionamiento para la próxima década. Para el Ejecutivo era especialmente importante que se reflejara el desafío del flanco sur y consideran que la introducción del Sahel es un logro. La intención es que la OTAN ponga los “ojos” sobre esa zona en la que Rusia ha entrado a través de la compañía de mercenarios Wagner, dé soporte a los países de la zona y colabore en cuestiones de inteligencia o colocación de satélites. “Reforzamos esos países, pero los que salen reforzados son los países del sur de la OTAN”, señalan fuentes gubernamentales. Sánchez se ha referido al terrorismo, la migración irregular, el cambio climático o la crisis alimentaria como desafíos a los que la alianza atlántica tiene que hacer frente en esa zona.
“El debate sobre Ceuta y Melilla es más artificial que real”
“El concepto estratégico deja bien claro que se va a defender cada centímetro de los miembros de la OTAN”, ha respondido Sánchez sobre la alusión que hace el documento a la defensa de la soberanía e integridad territorial de los aliados que se interpreta como una inclusión de Ceuta y Melilla bajo el paraguas de protección de la alianza atlántica y que quedaban fuera según la definición del artículo 6 del Tratado de Washington. Sánchez ha tratado, no obstante, de restarle importancia dado que el Gobierno sostiene que nunca han estado en peligro, a pesar de la reclamación por parte de Marruecos. “Ceuta y Melilla son España. Así lo hemos entendido siempre desde el Gobierno, no solo nosotros sino todos los presidentes [ha dicho tras cuestionar que esa pregunta no se la hicieran a Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero o Mariano Rajoy en su día]. Creo que es un debate más artificial que real”.
“Sobre Ceuta y Melilla, la OTAN protege a todos sus aliados ante cualquier amenaza”, ha afirmado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, durante su última rueda de prensa en la cumbre de Madrid. “Al fin y al cabo, siempre habrá una decisión política para invocar el Artículo 5”, ha añadido. Dicho artículo es el que establece que el ataque contra un Estado miembro será considerado como un ataque contra todos. Antes de la cumbre, el Gobierno ya sostenía que Ceuta y Melilla estaban “totalmente protegidas por la OTAN”.
El tratado fundacional de la OTAN establece que, para los efectos del Artículo 5, el ataque armado en cuestión se debe producir “en el territorio de cualquiera de las partes en Europa o América del Norte” “o en las islas bajo jurisdicción de cualquiera de las partes en el área al norte del Trópico de Cáncer”, lo que incluye a las Islas Canarias. Dicha definición excluye a Ceuta y Melilla del paraguas del Artículo 5.