“España es una democracia plena y resulta inadmisible el uso de cualquier tipo de violencia”. Pedro Sánchez se ha mostrado tajante contra los episodios de violencia que se están produciendo en algunas manifestaciones de apoyo al rapero encarcelado Pablo Hasel. “El Gobierno hará frente a cualquier forma de violencia y garantizará la seguridad ciudadana”, ha condenado el presidente en su intervención en Mérida prevista para presentar en Extremadura el Plan de Recuperación y Resiliencia. Sánchez ha asegurado que su intención es modificar la ley para “ampliar y mejorar la protección de la libertad de expresión” -un anuncio que Moncloa formuló después de que 200 artistas firmaran un manifiesto contra la pena de prisión de Hasel-. El presidente ha aprovechado esa intervención para corregir al vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, por sus palabras cuestionando la calidad democrática española así como al portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, por aplaudir a los manifestantes cuando ya se estaban produciendo disturbios.
“La democracia tiene una tarea pendiente que es ampliar y mejorar la protección de la libertad de expresión”, ha dicho Sánchez nada más comenzar su discurso. “El Gobierno de España ha manifestado que va a mejorar la protección legal de la libertad de expresión”, ha proseguido antes de recordar que “España es una democracia plena” en la que “resulta inadmisible el uso de cualquier tipo de violencia”. “No hay excepción a esta regla, no hay causa, ni lugar, ni situación que justifique la violencia”, ha rematado.
Sánchez ha usado la expresión “democracia plena” que en los últimos días han repetido hasta la saciedad los ministros socialistas corrigiendo así el cuestionamiento que hizo el vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, al asegurar que “no hay plena normalidad política y democrática en España”. Se refería al encarcelamiento de los líderes independentistas y la huida de otros como Carles Puigdemont.
Pero Sánchez se ha referido especialmente a los altercados en las manifestaciones en Madrid y varias ciudades catalanas durante los últimos días, aunque no los ha citado expresamente. El presidente ha insistido en que la violencia “no es una libertad, es un ataque a las libertades de los demás”. “Es un ataque a la democracia”, ha subrayado.
Sánchez, como ya habían hecho previamente los ministros socialistas, se desmarca así con claridad de las palabras del portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, que en plenos altercados y cargas policiales aplaudió a “los jóvenes antifascistas que están pidiendo justicia y libertad de expresión en las calles”. El PP ha llegado a culpar al socio minoritario de la coalición de esos disturbios y la vicepresidenta primera , Carmen Calvo, corrigió a Echenique al acusarle de “alentar” las protestas.
“La democracia ampara la libertad de manifestación, la libertad de expresión e incluso la expresión de los pensamientos más infames, los más absurdos, pero la violencia es lo contrario a la democracia. ”Es la negación de la democracia“, ha reiterado Sánchez, que ha repetido la intención del Gobierno de modificar el Código Penal para que los conocidos como delitos de expresión no conlleven penas de prisión.