“Esto del 'sanchismo' es una burbuja que han inflado a lo largo de estos cinco años en base a tres cosas: las mentiras, las manipulaciones y la maldad”. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aprovechado este domingo la entrevista que le ha realizado Jordi Évole en su programa 'Lo de Évole', en La Sexta, para alertar de los riesgos de que tras las generales del 23 de julio pueda haber un Gobierno de PP y Vox. Pero también para tratar de desmontar uno de los principales argumentos de la derecha en precampaña: la permanente alusión al 'sanchismo' y la promesa de su derogación.
Sánchez ha asegurado que la de las derechas es una “estrategia trumpista” que pasa por “la deshumanización del adversario político”, el “cuestionamiento de los resultados electorales” cuando no son los que les gustan y “el incumplimiento de la legalidad”. Y las tres condiciones las ha seguido al dedillo el PP con la connivencia de la extrema derecha. De hecho, el presidente del Gobierno considera que uno de sus principales errores de los últimos años ha sido “no haber prestado atención al factor corrosivo y al veneno que iban metiendo en la sociedad” las derechas “política, mediática y económica” con “esto del 'sanchismo'”.
Tras recordar algunos de los logros de su administración, como la subida del salario mínimo interprofesional, la revalorización de las pensiones, la aprobación de la reforma laboral y de leyes como las de vivienda y eutanasia, Sánchez ha acusado a las derechas de “inflar la burbuja” del “sanchismo” para “opacar” la gestión del Gobierno progresista. Y todo ello en base a “mentiras”, como la que sostiene que él nunca quiso gobernar con Unidas Podemos, o “manipulaciones” como la del uso del Falcon para sus desplazamientos.
“Manipulación es decir que yo soy una persona dispuesta a cualquier cosa con tal de seguir en el Falcon cuando es un medio de transporte de las personalidades de este país, que fue comprado por Aznar. He hecho el mismo uso de ese medio de transporte que el resto de presidentes del Gobierno”, ha remarcado.
Además, en esa misma estrategia sitúa Sánchez “maldades” lanzadas por las derechas y sus terminales mediáticas como “lo de utilizar el nombre de un asesino, Txapote, y banalizar y frivolizar el sufrimiento de muchas víctimas como ha dicho Consuelo Ordóñez”. O por decir que ETA existe “cuando fue derrotada hace doce años”, o que “ETA está dentro del Gobierno”. “Mi error ha sido no haber sido capaz de evaluar las consecuencias de esta burbuja de 'antisanchismo' que se ha generado por parte de unos intereses”, ha lamentado. “No he evaluado las consecuencias que ha tenido todo ese veneno que han inoculado en la sociedad española”.
“Hay muchas cosas en juego” el 23J
Con todo, Sánchez se ha mostrado convencido de que podrá seguir en el Gobierno tras el 23J. “Voy a ganar las elecciones”, ha remarcado. “Vamos a tener una mayoría progresista. Vamos a ganar las elecciones en votos y en escaños, pero tendré que sumar en este caso con Yolanda”, ha añadido, en alusión a Sumar, la formación fundada por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo. El jefe del Ejecutivo ha reconocido al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo como un “buen líder”. Aunque, a renglón seguido, ha apostillado: “Espero que de la oposición”. También ha confesado que, a su juicio, Feijóo “ha sido una enorme decepción” desde que está al frente del PP porque, como Pablo Casado o Isabel Díaz Ayuso, “se ha vuelto a refugiar en lo de siempre, el 'sanchismo'” y en “manipular, mentir y lanzar maldades”.
Durante la entrevista, que tuvo lugar la pasada semana en la mítica taberna Casa Labra de Madrid, lugar en el que se fundó el PSOE, Sánchez ha asegurado que tras las autonómicas y municipales del 28M “la ciudadanía” ha visto que en los acuerdos entre PP y Vox se incorporan “espacios libres, dicen ellos, de LGTBI” o que “en ayuntamientos se prohíban manifestaciones contra la violencia machista después de asesinatos machistas”. “Tenemos que ser conscientes de que hay muchas cosas en juego, a lo mejor cosas que ahora damos por hecho”, ha advertido.
Entre las causas de la debacle de la izquierda el 28M Sánchez ha citado además la “dispersión del voto en una fragmentación multipartidista” a la izquierda del PSOE. Por eso ha celebrado que Díaz haya “logrado unir a todo ese espacio” de cara a las generales, al dar por hecho que los socialistas necesitarán a Sumar para mantener la Moncloa. El presidente del Gobierno también ha augurado que el 23J habrá “una participación alta”, “entre el 73% y el 76%”. “No subestimemos el poder de la política y el voto”, ha insistido.
Haciendo balance de la legislatura Sánchez ha recordado la pandemia y ha reconocido que hubo momentos en los que no estaba lo suficientemente fuerte. “Me metía en la cama y a las dos horas me despertaba empapado de sudor”, ha apuntado. Creyó que era COVID, pero le hicieron varios test y siempre dio negativo. “Los médicos me dijeron que tenía un alto nivel de estrés”, ha señalado. También ha confesado haber llorado “de rabia y frustración” durante la epidemia.
Además de lamentar los “ataques indiscriminados” sufridos por su mujer durante la legislatura, Sánchez ha asegurado que lo que más le ha dolido ha sido que le hayan intentado asimilar con ETA, que no se haya reconocido “la aportación” del PSOE al fin de la violencia o escuchar en el Congreso que ha primado “a los verdugos que a las víctimas”. En ese sentido, ha reconocido que durante su mandato ha rectificado y corregido “errores”, principalmente por su política respecto a Catalunya pero también ante su relación con EH Bildu.
“Con EH Bildu me separa una distancia abismal”
Pero Sánchez ha querido hacer varias matizaciones: “Con EH Bildu me separa una distancia abismal. Tiene que recorrer un camino que aún no ha recorrido. Y eso hace que en Euskadi nos entendamos con el PNV. Allí donde ha habido capacidad de sumar con el PNV el PSOE es lo que ha hecho”.
Para el jefe del Ejecutivo, “el mayor error de la legislatura” de un “Gobierno feminista” como el suyo “que ha aprobado 200 leyes” ha sido “haber cometido un error técnico en la ley del solo sí es sí que provocó unos efectos indeseados, que es la rebaja de penas de agresores sexuales”. “Para mí, es el error más importante que hemos cometido”, ha insistido. Pese a ello, Sánchez ha reconocido que en ningún momento pensó en cesar a la ministra de Igualdad, Irene Montero. “Nunca tuve sobre la mesa ese cese”, ha remachado, antes de remarcar que él “siempre” ha “antepuesto la estabilidad” en su Gobierno.
Évole le ha preguntado por su relación con algunos de los principales empresarios del país y ha dicho que los contactos siempre han sido “respetuosos y profesionales”. No obstante, Sánchez ha acusado a varios de esos empresarios de estar “detrás de esas terminales mediáticas que están todo el rato diciendo 'qué malo es el sanchismo'”. Para el jefe del Ejecutivo, existe una “desproporción” entre “las visiones ultraconservadoras frente a las progresistas” en numerosas tertulias televisivas. Ha lamentado que Jorge Javier Vázquez ya no tenga un programa en televisión y, a la vez, ha mostrado su disposición a acudir a ser entrevistado por Ana Rosa Quintana, con la que ha dicho no tener relación “desde hace tiempo”.
También ha querido dejar claras las razones por las que está acudiendo a medios de comunicación que no ha pisado durante toda la legislatura: “Tengo que estar en todos los sitios para pinchar esta burbuja de mentiras, manipulaciones y maldades”.