Sánchez y Feijóo lanzan la precampaña con el último 'cara a cara' antes del 28M

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo vuelven a verse las caras en el Senado este martes. Será el cuarto gran debate entre el presidente del Gobierno y el líder del PP, desde que este asumió la presidencia del partido. El motivo oficial, según la convocatoria, es “informar sobre los planes implementados por el Gobierno en el contexto económico y social de la guerra de Ucrania”. Pero la cita se producirá a solo un mes de las elecciones del 28M, las primeras con Feijóo al frente de la derecha tras la mayoría absoluta de Andalucía. El dirigente gallego, que planteó los comicios como una “moción de censura”, ha ido rebajando las expectativas sobre esas autonómicas y municipales, mientras en Moncloa ven cómo el PSOE tiene más opciones de aguantar en las urnas de lo que parecía cuando Feijóo aterrizó en Madrid.

Este lunes, ambos han despejado su agenda oficial, aunque formalmente sus equipos no han comunicado que el motivo sea preparar el debate del martes. En el PP cuentan con que Sánchez hará hincapié en su potente agenda internacional, que es inalcanzable para el líder de la oposición, quien intentará “bajar el debate a la política nacional” donde el presidente, dicen en Génova, “no está cómodo”. El miércoles se vota la contrarreforma de la ley del solo sí es sí en el propio Senado, y Feijóo intentará hacer mella en uno de los temas que, según repiten unos y otros, más daño electoral está haciendo a la coalición de gobierno.

En ocho meses, el PP ha pasado de reclamar los ‘cara a cara’ entre Feijóo y Sánchez a rebajar su importancia e incluso a quejarse de que se produzcan porque, creen, el presidente del Gobierno los usa en su propio beneficio y eligiendo los temas que quiere tratar. Lejos de imponerse en los debates, el líder de la oposición ha protagonizado algunos patinazos y ha terminado echando la culpa al Reglamento del Senado por proporcionar al presidente tiempo ilimitado, mientras el líder de la oposición lo tiene tasado. Una prerrogativa que existe en los demás parlamentos españoles, como sabe Feijóo tras lustros al frente de la Xunta de Galicia.

En el PP basculan entre definir el 28M como un “referéndum” sobre Pedro Sánchez o un “plebiscito” para el Gobierno de coalición, y anticipar que en las elecciones del 28 de mayo “el partido de Sánchez aguantará mejor que en las generales”, tal y como reconoció el propio Feijóo el pasado lunes ante la Junta Directiva Nacional del partido en un discurso en el que aseguró que se haría “corresponsable” del resultado de esos comicios. 

Los estrategas de Génova juegan a dos manos,  pero la realidad es que ni siquiera en Madrid las tienen todas consigo: Ayuso ha tenido que reclamar la ayuda de Juan Manuel Moreno ante la dificultad de penetrar en los feudos progresistas del sur y del este de la región.

Feijóo cambia así su estrategia de cara al 28M. Hace algunas semanas en la sede nacional del número 13 de la madrileña calle de Génova aseguraban que el líder iba a tener una presencia menor en la campaña. Fuentes de la dirección dijeron que el dirigente gallego solo iría donde fuera reclamado por los candidatos. Pero ante el máximo órgano entre congresos, Feijóo aseguró que se va a implicar al máximo en la campaña. 

El presidente del partido tendrá su propia caravana electoral durante las dos semanas de campaña, con varios actos diarios. En el PP dijeron que Feijóo no tenía intención de repetir la estrategia de Pablo Casado de elevar con su presencia a la categoría de estatal las elecciones autonómicas y municipales. Finalmente sí lo hará.

En Génova vienen rebajando las expectativas desde hace tiempo. Abonados a los símiles futbolísticos, los analistas demoscópicos de Feijóo (con José Ignacio Wert a la cabeza) ya no dan por seguro que se produzca un gran cambio de gobiernos autonómicos tras el 28M. “El balón irá al palo, y puede entrar o salir”, apuntan desde las metáforas futboleras, en la dirección del PP. 

Además de repetir en Murcia y Madrid, el PP aspira a gobernar en Comunitat Valenciana, Aragón, La Rioja  y, quizá, Castilla-La Mancha. Pero puede ser que el PSOE y sus diferentes aliados aguanten en todas, lo cual sería un gran fiasco para la derecha. Y algunos columnistas en medios muy leídos en Génova ya han puesto al gallego en la diana por si esto último ocurre.

Pero Feijóo puede tener un problema incluso si alguna de estas regiones cambia de manos porque todas las encuestas indican que solo ocurrirá de la mano de Vox, una carta de presentación para las generales de finales de año que casa poco con los mensajes moderados que pretende lanzar el líder del PP y su intención de captar votantes socialistas descontentos con Sánchez.

En el PP cuentan con lograr mayorías suficientes para que la ultraderecha no se atreva a exigir entrar en los gobiernos autonómicos y municipales. De hecho, en Génova cuentan con que el mapa de las elecciones locales de la noche del 28 de mayo no sea el mismo cuando se constituyan los ayuntamientos, a mediados de junio. Es decir, que el 28M se vea una España “pintada de azul”, aunque eso luego no se traduzca en gobiernos por los requisitos que pongan los de Santiago Abascal.

Entre los barones del PP que se someten a las urnas en mayo cunde el nerviosismo porque alguno de ellos se tendrá que “inmolar” como gesto hacia su jefe de filas. Es decir, renunciar a cogobernar con Vox y ofrecer así un relato a Feijóo cuando el PSOE le eche en cara sus otros pactos con la ultraderecha, que llegarán irremediablemente en muchos de los miles de ayuntamientos españoles.

En Génova preparan el terreno elevando el tono discursivo contra Vox, aunque a la hora de votar son más los puntos en común que las discrepancias, como se ha visto recientemente en el Parlamento andaluz: el PP de Juan Manuel Moreno ha votado con la ultraderecha el inicio del trámite para la ley que legalizará regadíos que beben de los acuíferos de Doñana.

Feijóo, un “agente desmovilizador” para el PSOE

Mientras, en Ferraz ya reciben como un éxito la recogida de cable del PP respecto a las expectativas para el 28M. Creen los socialistas que el denominado en su día ‘efecto Feijóo’ que prometía teñir de azul el mapa de poder territorial como antesala de una entrada triunfal en la Moncloa es hoy una ficción que ni siquiera opera ya en la calle Génova. E intentan hurgar en las posibles dudas internas que el liderazgo del gallego esté generando entre sus propias filas. 

“Va a resultar que es a Feijóo a quien no quieren en campaña en los distintos territorios”, decía este lunes la portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE, Pilar Alegría, en rueda de prensa. Las máquinas socialistas llevan semanas a pleno rendimiento para dibujar a un líder de la oposición en horas bajas ante su electorado y sin perfil propio a la hora de tomar decisiones sobre el rumbo de su partido en asuntos de tanto calado como el Medio Ambiente o la política de vivienda. 

De ambos temas ha hecho bandera el Gobierno de Pedro Sánchez, que ha conseguido centrar gran parte del debate político de esta precampaña en terrenos pantanosos para Feijóo. En el caso de la crisis climática el PSOE ha aprovechado el suelo inestable en el que se ha adentrado el Ejecutivo autonómico de Juan Manuel Moreno en Andalucía con sus planes para los regadíos de Doñana, expresamente censurados por los científicos y por la justicia europea. 

Ante la polémica, los socialistas recriminan al líder del PP que sea incapaz de tener discurso propio y haya actuado con un “seguidismo sonrojante” ante las “veleidades negacionistas de Moreno Bonilla y de Vox”. Una crítica idéntica a la que le hacen por “plagiar” la política de vivienda de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid y no pasar de la liberalización de suelo para construir más como alternativa a los anuncios hechos por el presidente para impulsar vivienda pública tras aprobar la ley que limita además los precios del alquiler.

La tesis que sostienen en Ferraz es que, tras meses de anticipar que arrasarían en las urnas e incluso después de definir la contienda del 28M como una “moción de censura” contra el sanchismo, la cita electoral llega en un mal momento para la derecha. “Estamos hablando de los precios del alquiler o de la protección del Medio Ambiente porque son los problemas que tiene la gente. Y en esos debates tenemos las de ganar porque Feijóo está demostrando que ni tiene equipo, ni tiene planes”, cuentan en Moncloa. 

Vivienda y Doñana, pero también la gestión económica o la aplicación de la ley de memoria democrática tras la exhumación de Primo de Rivera, serán algunos de los temas que Pedro Sánchez saque en la contienda de este martes en el Senado, para la que en el Gobierno tienen puestas todas las expectativas de que quede en evidencia el contraste entre un presidente “en plena forma” y un Feijóo “empequeñecido”.