El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha telefoneado este miércoles al presidente del PP, Pablo Casado, para abordar la renovación de órganos constitucionales como el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que se encuentra en una situación de interinidad desde 2018 por el bloqueo del PP, que se ha negado hasta ahora a cerrar un acuerdo con el Ejecutivo utilizando para ello distintos argumentos. Esa postura de los populares ha hecho que el máximo órgano de los jueces, que sigue haciendo nombramientos de magistrados del Tribunal Supremo, mantenga la mayoría conservadora pactada por socialistas y populares cuando Mariano Rajoy gobernaba con mayoría absoluta.
La llamada, sin embargo, no ha servido para desbloquear esas renovaciones ya que, según han explicado fuentes de la dirección nacional del PP, Casado ha mantenido sus “condiciones”, que pasan por excluir a Unidas Podemos de la negociación pese a ser uno de los socios del Ejecutivo. “Nosotros mantenemos nuestra posición. Y lo que hemos hecho ha sido responder la llamada del presidente y reiterarle nuestras condiciones”, aseguran en el equipo de Casado. El tono de Moncloa es más conciliador que en otras ocasiones: habla de “constructiva conversación” con el jefe de la oposición por primera vez ya que hasta ahora los comunicados tras las llamadas o encuentros enfatizaban la actitud de “bloqueo” del PP.
A todas las exigencias que ya estaban encima de la mesa, el líder del PP ha añadido la necesidad de una reforma electoral para abordar el problema del voto rogado, nombre con el que se conoce la exigencia de que los españoles en el extranjero deban manifestar en las respectivas embajadas su deseo a votar como requisito previo para poder participar en los distintos procesos electorales. “Pablo Casado ha reiterado sus condiciones para el reforzamiento de la independencia de los órganos constitucionales, la neutralidad de los medios públicos y el consenso para la reforma de la ley electoral”, han explicado fuentes del PP.
Según han confirmado a elDiario.es fuentes de la dirección nacional de los populares, esa referencia a la ley electoral se refiere al voto rogado. El equipo de Casado considera que “el actual sistema es muy complejo” y, por ello, su objetivo “es reformar con consenso y garantías”. Desde Moncloa ven factible ese consenso ya que las conversaciones para la modificación legal del voto rogado están avanzadas.
El cambio del sistema de voto para los españoles en el extranjero también figura en las materias que enumera Moncloa en su comunicado sobre la llamada telefónica, además de la renovación de órganos constitucionales cuyo mandato ha expirado, tales como el Consejo General del Poder Judicial, el Defensor del Pueblo y el Consejo de Administración de RTVE. Sin embargo, el mensaje es más optimista que en otras ocasiones. La Secretaría de Estado de Comunicación informa de que Sánchez y Casado “han mantenido esta tarde una constructiva conversación telefónica sobre el reforzamiento institucional” que, a juicio de Moncloa “necesita” España.
Hace justo un año, el 17 de febrero de 2020, el presidente y el jefe de la oposición abordaban el asunto con un resultado diametralmente opuesto para Moncloa: “El Gobierno constata que el PP sigue instalado en su estrategia de bloqueo”. “Pese al nuevo llamamiento del presidente del gobierno a cumplir íntegramente la letra de la Constitución del 78, la conversación no ha permitido avances y sólo ha servido para comprobar que la posición de bloqueo del PP sigue siendo la misma”, lamentaba Moncloa hace tan solo dos meses.
La conversación entre el jefe del Ejecutivo y el líder de la oposición llega tres días después de las elecciones catalanas en las que el PSC resultó la fuerza más votada y el PP sufrió una fuerte debacle, perdiendo uno de sus cuatro escaños, logrando el peor resultado de su historia en Catalunya y siendo traspasado por Vox, que le triplicó en el número de escaños.
Sánchez pidió a Casado ser “una oposición útil”
Este mismo miércoles, a primera hora, Sánchez y Casado habían mantenido un nuevo rifirrafe en el Congreso, en el que el presidente del Gobierno le había pedido al líder de los populares retomar las negociaciones para renovar el CGPJ y otros órganos constitucionales. “Tiene que elegir: o el camino de la moderación o el camino de la perdición, oposición útil y sentido de Estado u oposición en la que se ve su complejo ante la ultraderecha que representa Vox”, le decía Sánchez en el Congreso al líder del PP, que había mantenido una retahíla de reproches y acusaciones contra la coalición, especialmente contra Pablo Iglesias.
“Mi tarea como presidente es garantizar la estabilidad política –respondía Sánchez a la pregunta de Casado de si va a cesar a su vicepresidente segundo–. Entiendo que está liderando la oposición y que tiene que criticar al Gobierno de España, pero me gustaría que asumiera un papel de oposición útil, que arrimara el hombro, que cumpla con sus obligaciones constitucionales que renueve el CGPJ, el Defensor del Pueblo o el Tribunal Constitucional”.
“España necesita un Gobierno que garantice la estabilidad política y necesita oposición útil que no esté bajo el influjo de la ultraderecha”, le pedía Sánchez, que se refería varias veces a lo largo de su intervención a la necesidad de que PP y Ciudadanos se desmarquen de la extrema derecha tan solo dos semanas después de haber señalado que Santiago Abascal tenía “más sentido de Estado” que el jefe de la oposición por haber salvado el decreto ley de los fondos europeos.
Durante su intervención, Casado había pedido a Sánchez que “siga el ejemplo de Draghi”, el nuevo primer ministro italiano “o acabará como Tsipras”, el expresidente griego de izquierdas, y le ha exigido que cese al vicepresidente Iglesias, “como le han pedido 200 personalidades de la izquierda”, en alusión al manifiesto firmado por exdirigentes socialistas como Joaquín Leguina o Nicolás Redondo Terreros. “Su Gobierno es el camarote de los Marx, están enfrentados en luchas intestinas sobre vivienda, pensiones, reforma laboral, ley trans, el Sáhara, Rusia o Bolivia”, le rerpochaba el líder de los populares al jefe del Ejecutivo.
Sin avances para el desbloqueo
“Y para sostener ese caos tiene muchos platillos en el aire”, ha ironizado Casado, antes de preguntar a Sánchez cómo va a retomar “su noviazgo” con ERC “manteniendo su pinza con Vox y su pacto con Bildu”. “No por mandar a Illa a Catalunya desaparecen 90.000 muertos, ni con Calviño en Bruselas se evaporan cinco millones de parados”, ha proseguido el líder del PP.
Es en ese clima de distanciamiento y enfrentamiento total en el que se ha producido la llamada de Sánchez a Casado, que según ambas partes se ha mantenido en la cordialidad, pero en la que, por el momento, no han alcanzado acuerdos para avanzar en el desbloqueo de la renovación de instituciones que se encuentran en situación de interinidad desde hace meses.