En pleno debate en España por el futuro del Valle de los Caídos y la exhumación de los restos de Francisco Franco, enterrado allí, Sánchez ha hecho hueco a última hora en su agenda para desplazarse al memorial, un emblema nacional de la reconciliación del país y un reconocimiento a los represaliados por el régimen militar.
Sánchez ha recorrido las instalaciones acompañado de, entre otros, la nueva ministra de Cultura chilena, Alejandra Pérez, quien sustituye desde hace sólo un par de semanas a Mauricio Rojas, obligado a dimitir precisamente por unas declaraciones despectivas que hizo en 2015 sobre el museo, cuya creación calificó de “montaje”.
“Más que un museo (...) se trata de un montaje cuyo propósito, que sin duda logra, es impactar al espectador, dejarlo atónito, impedirle razonar (...) Es un uso desvergonzado y mentiroso de una tragedia nacional que a tantos nos tocó tan dura y directamente”, sostiene el historiador Rojas en un libro.
Y es que en Chile, los temas relacionados con la memoria histórica aún dividen a la opinión pública, siendo en el espacio ideológico de la derecha donde se dan las mayores reservas a este tipo de iniciativas para divulgar la represión durante la dictadura de Pinochet.
En su visita por las instalaciones, Sánchez ha prestado especial atención al mural que ocupa varias plantas del museo en las que aparecen fotografías de los desaparecidos y las víctimas de la persecución política bajo el régimen de Pinochet. Frente a él, ha permanecido sentado varios minutos.
El jefe del Ejecutivo ha tenido ocasión de compartir con sus colaboradores la influencia que tuvo sobre él el golpe de Estado de 1973 que terminó con el Gobierno socialista, y democráticamente elegido, de Salvador Allende. Fue este acontecimiento uno de los principales que movió a Sánchez a militar en el PSOE.
Precisamente, antes de dirigirse al museo, Sánchez se ha reunido con la hija de Allende, la senadora Isabel Allende, quien le ha entregado la medalla presidencial de Salvador Allende, que el líder socialista español ha recibido “cargado de emoción”, según ha relatado él mismo en su cuenta en Twitter.
Sánchez también ha dejado un testimonio de su visita al museo, firmando en el libro de visitas. “A la dirección y los trabajadores del museo, con la esperanza de que la memoria democrática de nuestros pueblos alumbre un futuro de paz”, ha escrito a modo de dedicatoria.