Sánchez propone a Isabel Celaá como nueva embajadora en el Vaticano
Relevo en la representación de España ante el Papa. Pedro Sánchez quiere a la exministra Isabel Celaá como nueva embajadora ante la Santa Sede. El Ministerio de Exteriores ha solicitado ya el plácet diplomático y está a la espera de recibir la respuesta del Vaticano, según han confirmado fuentes gubernamentales a elDiario.es.
Sánchez prescindió de Celaá en la profunda remodelación del Gobierno que acometió en el mes de julio, con la que buscó una renovación de caras y un rejuvenecimiento del ala socialista del Gabinete, pero ahora le encuentra acomodo en uno de los puestos más jugosos de la carrera diplomática.
La exministra de Educación ha estado meses en la diana de la derecha por la ley de educación con la que el Gobierno derogó la 'ley Wert' y que, entre otras cuestiones, ha quitado peso a la asignatura de religión en el currículo escolar al no contar para la nota media ni tener una alternativa como sucedía hasta ahora. Al haber impuesto límites a la concertada, la 'ley Celaá' tiene en pie de guerra a ese sector.
La también exportavoz del Gobierno durante la primera etapa de Sánchez en Moncloa sustituirá en el cargo a María del Carmen de la Peña, una diplomática con un amplio bagaje que la llevó antes a ser embajadora en Etiopía, Seychelles, Yibuti, Qatar y como observadora permanente ante la Unión Africana. La que ha sido la segunda mujer en representar a España ante la Santa Sede se encamina a la jubilación dentro de unos meses, según fuentes gubernamentales.
La noticia, a la espera de la respuesta de la Santa Sede, ha sido recibida con sorpresa en el Episcopado español, que no esperaba un nombramiento así. “No sabemos a qué atenernos, si es un desafío o un intento de mostrar una cara 'católica' ante Roma”, explica un alto eclesiástico español.
El nombramiento de De la Peña en el Vaticano se produjo tres días antes de que la exvicepresidenta Carmen Calvo viajara a Roma para entrevistarse con el número dos de Francisco, Pietro Parolin, en un momento delicado para las relaciones entre el Gobierno y la Iglesia en plenas negociaciones para la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos.
Las relaciones con la Iglesia las ha asumido ahora el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, que ya ha comenzado los contactos con la conferencia episcopal para los objetivos que el PSOE se marcó al llegar al poder y que se tienen que abordar en tres subcomisiones (la situación de los bienes inmatriculados y que puedan ser reclamados por sus legítimos propietarios; el pago del IBI por los inmuebles que no se dedican al culto y la Obra Pía de Roma).
El gran asunto que se le atraganta al PSOE desde hace años es la revisión de los acuerdos con la Santa Sede. Ni siquiera está sobre la mesa que a Celaá le toque abordar el Concordato. La revisión de los acuerdos con el Vaticano es una histórica promesa del PSOE, pero que no figura en el acuerdo programático sellado con Unidas Podemos, que reclama renegociar los acuerdos. Sánchez rebajó su compromiso con la denuncia del Concordato en el último congreso del partido en el que los socialistas apostaron por llevarlo a cabo con “diálogo” y “consenso” con la Iglesia y las fuentes consultadas reconocen que no hay ninguna intención de activar ese proceso.
Celaá, que antes de ser ministra fue consejera de Educación en Euskadi, donde tenía una larga trayectoria parlamentaria, no será la primera embajadora con cariz político en el Vaticano. El histórico socialista gallego Paco Vázquez ocupó ese mismo puesto a instancias de José Luis Rodríguez Zapatero. Previamente lo había hecho el diplomático Jorge Dezcallar, procedente del CNI.
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