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Sánchez vuelve a los orígenes de su carrera en Bosnia y ensaya la presidencia de la UE

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, junto al mandatario serbio, Aleksandar Vucic, en Belgrado. EFE/EPA/ANDREJ CUKIC

Irene Castro

Mostar (Bosnia y Herzegovina) —
30 de julio de 2022 22:31 h

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“Me hace mucha ilusión este viaje”, reconoció Pedro Sánchez a los periodistas que le acompañan en el avión presidencial antes de poner rumbo a los Balcanes Occidentales. Para el socialista es una gira que tiene un componente emocional añadido: fue asesor del alto representante de la ONU en Bosnia y Herzegovina Carlos Westendorp tras la cruenta guerra que asoló la región en los años 90. Entonces no había cumplido aún los 30. Su estancia en Sarajevo fue el comienzo de su carrera profesional y política, que después dio muchas vueltas hasta llegar a la presidencia del Gobierno, desde la que ha vuelto ahora a ese país para apremiar a los cambios que les requiere su ingreso en la UE.

Poco menos de un año antes de ostentar el liderazgo rotatorio de la UE, que es uno de los momentos que más ansía de su mandato, ha ensayado con la visita a cinco de los países de los Balcanes y ha vuelto a pasear, con cierta conmoción, las calles de Mostar, uno de los lugares más castigados por la guerra y en cuya reconstrucción los militares españoles tuvieron un papel relevante. Desde 1992, más de 46.000 soldados españoles han participado en las misiones de la ONU, la OTAN y la UE –las tropas estuvieron desplegadas 18 años–. Acompañado del alcalde de la ciudad, ha colocado una corona de flores en la Plaza de España, donde están homenajeados los veintitrés militares españoles que perdieron la vida. Después han hecho un recorrido por el casco histórico, incluido el famoso puente, que estaba atestado de personas que aguardaban el salto de un joven desde lo alto. Los militares españoles colaboraron en la recomposición del puestos, que fue derruido y reconstruido posteriormente con las mismas piedras.

Previamente, en Sarajevo, se ha reunido con los representantes de la presidencia tripartita –hay tres presidentes que se turnan cada ocho meses–. Les ha dejado un recado ante la situación de crisis política que atraviesa el país y que, en buena medida, perjudica el ingreso en la UE: “reducir la tensión, diluyendo la retórica actual que no contribuye al avance”, “evitar acciones divisorias para regresar, en consecuencia, a las instituciones” y “poner las necesidades de la ciudadanía por delante pues la ciudadanía es la principal beneficiaria de las reformas pendientes”. Posteriormente se ha reunido también con los líderes de la Cámara de los Pueblos y ha visitado el Ayuntamiento de la capital, que es una simbólica biblioteca que fue quemada en 1992 y en cuya restauración participó España con una contribución económica de un millón de euros. Ver por dentro ese edificio que había sido devorado por las llamas ha sido lo que más le ha impactado.

Más allá del factor personal, es en el extranjero donde Sánchez recibe las pocas satisfacciones que ha tenido durante su mandato. Lo exprime y se le nota hasta el punto de arrancar una comparecencia con uno de sus homólogos reconociendo que han hablado de baloncesto, una de sus principales aficiones. En esta ocasión, también se llevó una alegría con un grupo de turistas españoles que se desplazaron de Sarajevo a Mostar porque se enteraron de que iba a estar allí y se marcharon, tras dos horas de espera, con una foto.

Sánchez es el primer presidente español que visita Serbia, Montenegro, Macedonia y Albania. El objetivo del viaje ha sido enviar un mensaje nítido: más Unión Europea. El horror de la guerra de los Balcanes, que aún se puede comprobar en los restos de balazos y metralla en los edificios próximos a la sede de la presidencia en Sarajevo, y también en los edificios aún derruidos de Mostar y la ofrenda floral en la Plaza de España. Es precisamente el drama de Ucrania el que está detrás del impulso que la UE se ha conjurado a otorgar a la adhesión de los países de los Balcanes Occidentales que lleva años de letargo. Precisamente por ese retraso, los líderes de los Balcanes dieron un golpe en la mesa recientemente coincidiendo con el paso que dieron Ucrania y Moldavia en tiempo récord ante el desafío de Rusia. 

Padrino de la adhesión de Bosnia

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, viajó en junio a Montenegro, Kosovo y Macedonia del Norte, y en mayo fue a Serbia, Albania y Bosnia y Herzegovina. La visita fue previa a la reunión que los líderes de esos países mantuvieron con los dirigentes de la UE el 23 de junio, antes de la celebración del Consejo Europeo en el que se concedió el estatus de candidato para la adhesión a Ucrania y Moldavia. De aquella cita, en la que los líderes de los Balcanes mostraron su enfado, salieron los compromisos de explorar formas innovadoras de avanzar en las negociaciones de adhesión, incentivar las reformas y avanzar en la integración gradual entre la UE y la región de los Balcanes Occidentales.

Sánchez pretende 'apadrinar' el caso de Bosnia y Herzegovina, que es el único estado de la región que no tiene siquiera el estatus de candidato, pese a haberlo solicitado en 2016. A Ucrania se le concedió en tiempo récord en plena guerra y en aquel Consejo Europeo el mandatario español ya defendió con vehemencia que se le dé el estatus a ese país, un gesto que ha agradecido el presidente de turno, Šefik Džaferović. Según explicó a los periodistas en una conversación informal en el avión, Bosnia y Herzegovina tiene que llevar a cabo catorce reformas y su propuesta es que reciba luz verde si cumple las siete más importantes (relativas al estado de derecho y la ley electoral, entre otras). La idea es que los procesos de unión puedan dar frutos durante al presidencia española de la UE e incluso antes, según dijo Sánchez a los periodistas.

Apoyo al diálogo sobre Kosovo

El mejor recibimiento lo tuvo en Serbia, donde el presidente, Aleksandar Vučić, consideró a España uno de los mejores amigos del país y quiso agasajarle con un cena con interpretación de la canción 'Un año de amor' de Luz Casal incluida. Hasta 3.000 banderas decoraban las farolas de las calles de Belgrado y los luminosos también emitían la rojigualda, que en la noche viernes iluminaba también uno de los principales edificios de la capital. En la declaración conjunta, Sánchez animó a su homólogo a profundizar en el proceso de integración, que es junto con Montenegro el que va más avanzado: “Ahora es el momento”. “Si los países balcánicos prosiguen con sus reformas, no dudéis de que España va a estar siempre a vuestro lado”, expresó el presidente, que defendió ante las autoridades del país las sanciones impuestas a Rusia, que Serbia no apoya y que fuentes gubernamentales explican que es porque los serbios las sufrieron.

Lo que agradeció especialmente el presidente serbio fue el apoyo de España en relación a Kosovo y a las conversaciones entre Belgrado y Pristina. “Hay que respetar la integridad territorial de las naciones y del derecho internacional”, afirmó Sánchez, que preside uno de los pocos países que no reconoce la independencia que Kosovo declaró en 2008. No obstante, durante el mandato del socialista ha habido una relajación de la posición respecto a Kosovo. Sánchez, al contrario que Mariano Rajoy, que dejó su silla vacía en una cumbre UE-Balcanes por la participación de su homólogo kosovar, sí se ha sentado en citas de ese tipo.

Primera visita de la UE a Macedonia del Norte y Albania tras el desbloqueo

La gira seguirá en Montenegro, que era el país que llevaba más ventaja en el proceso de adhesión a la UE tras solicitarlo en diciembre de 2008 y recibir el estatus de candidata dos años después, aunque sufrió un parón. El socialista mantendrá sendos encuentros con el presidente y el primer ministro antes de poner rumbo a Macedonia del Norte y Albania, donde mantendrá encuentros con las autoridades análogas. En Moncloa dan especial relevancia a que Sánchez sea el primer mandatario que visita esos dos países tras desbloquearse las negociaciones para su ingreso, que en el caso de Macedonia del Norte fue declarada candidata en 2005, pero Bulgaria bloqueaba la entrada. Finalmente, la propuesta realizada por Emmanuel Macron durante su presidencia de la UE, que requerirá un cambio constitucional para reconocer derechos de la minoría búlgara, ha permitido desbloquear la situación. 

La gira termina en Albania, que también había mostrado su profundo malestar por la dilación del proceso, aunque en su caso pidió la entrada en 2009 y recibió el estatus de candidata en 2014. En Tirana, Sánchez ofrecerá una rueda de prensa antes de volver a Madrid para participar en la reunión del Consejo de Ministros en la que, además de las medidas de ahorro energético y la ley de secretos oficiales, se nombrará al nuevo Fiscal General del Estado tras la dimisión de Dolores Delgado. La cita se ha adelantado para que Álvaro García pueda prometer su cargo ante el rey el martes en Marivent, donde Sánchez acudirá también para el tradicional despacho estival con el jefe del Estado antes de marcharse de vacaciones hasta aproximadamente la cuarta semana de agosto, cuando retomará la actividad con una nueva reunión del gabinete y previsiblemente una nueva gira por Latinoamérica. 

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