La publicación del libro “La France pour la vie” (Francia para toda la vida), supone un intento del expresidente francés Nicolas Sarkozy, actual líder de la oposición, de cerrar las heridas de su mandato pensando en su retorno a la carrera por el Elíseo.
La obra se ha convertido en el evento político de Francia, incluso antes de su publicación, y también en un éxito editorial, como prueba que se haya situado en cabeza de las reservas a través de internet y que el editor haya previsto una tirada inicial excepcional de 120.000 ejemplares.
A través de 260 páginas, de las que algunos extractos han sido ya publicados por la prensa, Sarkozy reconoce errores cometidos durante su presidencia (2007/2012), se muestra “humano”, pero también apunta algunas propuestas para el futuro.
Aunque en declaraciones al semanario Le Journal du Dimanche aseguró que el libro “no es una declaración de candidatura”, su publicación se produce a diez meses de las primarias que organizará su partido para elegir al candidato a la Presidencia en 2017, por lo que muchos observadores lo consideran una forma de allanar el camino.
Una “pieza importante para su proyecto de reconquista del Elíseo”, según Le Monde; “una etapa clave en su reconstrucción política” para Le Journal du Dimanche.
Mientras los sondeos le sitúan muy lejos del exprimer ministro Alain Juppé en esas primarias, el presidente pretende asentar las bases de su remontada.
Para ello necesita reconocer algunas equivocaciones durante su mandato y asumir algunos errores para presentarse como un hombre “más maduro”, que ha aprendido de su paso por el Elíseo. Aunque de momento no agrega que esa experiencia puede servirle para su retorno.
Un paso que el presidente del partido Los Republicanos todavía no ha dado, aunque en Francia pocos dudan de sus ambiciones, que sus allegados aseguran que hará públicas cuando se aproximen las primarias de noviembre.
Poco importa que un reciente sondeo señalara que más del 70 % de los franceses considen que Sarkozy “forma ya parte del pasado” político del país.
Sarkozy no ve en ello el final de su carrera: “En una pareja que se divorcia, si siguen insultándose, en el fondo es que todavía se quieren, que no han pasado página”, asegura al Journal du Dimanche.
De las cuestiones por las que Sarkozy muestra su arrepentimiento en el libro se deduce que si vuelve a la carrera electoral en 2017 lo hará con un programa marcadamente de derechas.
El expresidente lamenta no haber derogado la semana laboral de 35 horas o el impuesto de la fortuna, que graba a los más ricos del país, tal y como se había propuesto hacer al principio de su mandato.
“Tendría que haber llegado hasta el final”, asegura en el libro, donde también afirma que abrió “demasiados frentes”.
En materia de inmigración, Sarkozy apuesta por la línea dura, propone acabar con las ayudas sociales para los sin papeles y endurecer las condiciones de entrada en el país: “Sin contrato de trabajo no hay entrada en el territorio nacional”.
“Muchos piensan que no gané en 2012 porque fui demasiado lejos. Yo pienso, al contrario, que fue porque no fui más lejos”, indica.
Decididamente liberal, Sarkozy asegura que bajaría de forma inmediata un 10 % el impuesto sobre la renta y que liberalizaría el tiempo de trabajo mediante las negociaciones con las empresas para conseguir que se puedan generalizar las horas extraordinarias.
También rectifica en algunas de sus actuaciones como líder de la oposición, como por ejemplo el matrimonio homosexual, que prometió abolir si volvía al poder y que, en el libro, asegura que mantendrá.
Sarkozy no se muestra muy crítico con su sucesor, François Hollande, por quien asegura no sentir “ni amargura ni desprecio”.
“No tengo ninguna cuenta que saldar con él ni ninguna venganza pendiente (...) Conozco su habilidad para manipular y preparar trampas (...) Sabe esconder, ocultar e incluso transgredir la verdad”, afirma.